Capítulo 13

2.4K 284 10
                                    

Antes de que pudiera llegar Itharhed a su destino, su coche había sufrido un percance en el camino saliendo mal librado, por lo que fue necesario evacuarlo y llevarlo nuevamente a sus tierras. Por supuesto, Lord Gastron se sintió aliviado al saber de este suceso, ya que le daba algo de tiempo para idear y llevar a cabo su plan. Sí Itharhed quería nietos, nietos tendría, esperaba que su convalecencia se prolongara por varios meses hasta que los tiempos cuadrasen y milagrosamente Sarah diera a luz a su hijo.

Por otra parte, Sarah después de esa crisis de fiebre no trató más de recordar, lo único que sabía es que su madre había muerto hace poco y ella había quedado huérfana, algunos días en medio de la noche se despertaba toda acalorada, porque sus sueños la llevaban a una pradera donde un joven guapo y buen mozo le extendía la mano. Sin embargo, cuando  ella trataba de sostenerlo este se desvanecia llegando a pronunciar solamente una palabra ¡Encuentrame!

William, en todo ese tiempo se había convertido en un amigo, un confidente, al menos eso es lo que pensaba Sarah; la realidad era otra, aquel hombre de ojos cristalinos desde el día que la vio, había quedado encandilado con la belleza de la desconocida, pero sabía que no podía confensarle sus sentimientos, al menos no por ahora.

- Sarah, porque nuevamente te quedas parada frente a ese cuadro- dijo William con tono curioso.

- No lo sé, simplemente es como un lugar que no quiero olvidar. Cuando pienso me invade la nostalgia y melancolia- dando un suspiro- pero en mis sueños siempre esta presente, a veces siento que me llama, que quiere decirme algo... pero entre más lo pienso, menos consigo encontrar la conexión con lo que me sucede ahora.

-Calma pequeña, las respuestas se presentarán ante tí el momento menos esperado.

-Gracias William, no se que hubiera sido de mi sino estuvieras aqui.

William se torno sombrío, quería conquistarla, amarla pero Sarah tenía una especie de muro invisible, era como si evocara incoscientemente a alguien que posiblemente era el amor de su vida.

Los días pasaron y Henry practicamente se había convertido en un gitano, que viajaba por todo el reino, buscando a la joven de cabellos dorados que se le había presentado en el río. Dika, no mencionó nada pero intuia que el Gadjo recordó algo más por eso su busqueda incesante.

Tanto Sarah como Henry estaban marcados por sueños destrozados y sobre todo por su falta de memoria. Sin embargo, Enid conjuró algo hacia el cielo Almas tan puras y gemelas no deben permanecer alejadas por mucho tiempo. Aquel decreto, se cumpliría sólo que la vida pondría tantas trabas como fuera posible.

Intima TraiciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora