Capítulo 5.

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Espero unos segundos y luego decido decirle algo:

─ ¿Y entonces? ¿Sólo subo al auto muriendo de frío además de que lo mojaré?

─ Relájate, Tara ─comienza a decir mientras rodea el auto y abre la puerta de conductor─ ¿Qué tal si te subes y dejas de preocuparte por todo?

Su pedido hace que cruza mis brazos sobre mi pecho y me quede parada sin acatar lo que me dijo. Se adentra al auto y cuando ve que yo no lo hago, abre mi puerta estirándose.

─ Sólo sube, no te haré nada ─su voz suena como si estuviera harto, así que hago lo que me dice y subo al auto, procurando no mojarlo mucho.

─ A ti solo se te ocurre mojarme con agua para detener mi llanto ─me quejo.

─ No suelo toparme con chicas llorando ─se mofa mientras enciende el auto.

─ ¿No sueles ser amable, o no sé, más atento? ─ruedo mis ojos.

─ No.

─ Ya veo porque andas muy solitario ─le suelto y pronto me arrepiento─ Y─yo...lo siento.

─ ¿Qué? ─comienza a manejar y me mira de reojo─ Es la verdad, ¿no?

─ No quise decir eso, Jacob.

─ Sí lo quisiste decir. Además, me gusta estar sólo. No es nada malo. Me hace sentir...bien, y me hace recordar que en el único que debo confiar siempre es en mí mismo.

Me quedo sorprendida por su manera de responderme y trato de responderle, pero no sé qué decir. Él nota mi silencio y sonríe orgulloso.

─ ¿Qué me dices tú? ─su pregunta hace que frunza el ceño confundida.

─ ¿Qué quieres que te diga?

─ ¿Qué piensas de estar sola? Así procuras a que no te hagan daño ─me mira de reojo y yo me encojo de hombros.

─ Pues, sí había sido una chica solitaria, antes de conocer a los que ahora son mis amigos.

El parece pensar en lo que dirá porque guarda silencio por unos segundos, pero después habla.

No me había parado a pensar en mi niñez, o en el comienzo de mi adolescencia, cuando sólo era una niña que buscaba a alguien para tener compañía. Odiaba estar sola, no me gusta para nada. No sé por qué, pero me hace sentir querida. Me hace sentir especial al saber que a algunas personas le caía bien.

Desde lo que sucedió cuando era pequeña, obtuve ese miedo a siempre estar sola y a nunca ser querida por alguien. Supongo que por lo que pasó con mi papá, influyó mucho en eso.

─ ¿Y qué sentías cuando no tenías a nadie? ─su pregunta me desconcierta.

Lo miro por un largo rato sin saber qué responder. ¿Qué le respondo? ¿Qué desde pequeña le temía a estar sola? Probablemente lo utilice para burlarme de mí, así que opto por una opción más factible: mentir.

─ Pues, supongo que bien. No sabría decirte con exactitud qué sentía porque sucedió hace varios años, pero creo que me sentía bien ─Asiente y una sonrisa ladina se desliza por sus labios.

─ ¿Sabes que es malo mentir? ─abro mi boca tratando de decir algo, pero no sé qué puedo decirle─ Supongo que ahora estás sorprendida porque te descubrí, o pensarás que eres mala mentirosa, pero no, sé cuándo una persona miente. Lo sé identificar, así que sé honesta conmigo y dime: ¿Qué sentías cuando estabas sola?

─ Ya te dije: me sentía bien conmigo misma ─mentí.

─ Me estás mintiendo, Tara ─insistió apretando sus labios─, pero si no me quieres decir, está bien.

Bloody Game [Pausada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora