Capítulo 10.

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Llegué al salón después de haber recorrido la escuela con mis amigas y hablar entre nosotras. Estábamos dando ideas para la competencia entre los que se ofrecieron para ser jefes del consejo estudiantil, necesitábamos que Leila ganase. Evadí por completo el tema de las notas, a pesar de que veía a mis amigas inquietas por darles unas respuestas a todas las preguntas que tenían en ese momento. Ellas respetaron mi decisión y eso me alivia.

Leila me había contado que después de que discutimos, se enojó tanto que ni siquiera quiso hablar con Keith. Me disculpé pero ella dijo que él no le había importado su comportamiento, es más, había hecho de todo para alegrarle el día.

Kathy me contó que ahora creía tener algo serio con Lucas, ya que habían estado hablando mucho y estado tan juntos que descubrieron que se sentían muy bien junto al otro.

Me atreví a preguntarle sobre Sam, me dijo:

─ Ha estado hablando de esa chica, una tal Allison. Según él, se llevan muy bien. Ha preguntado por ti, pero sólo le he dicho lo que sabía: que estabas un poco estresada y no sabíamos por qué. Aunque supuse que tu humor también estaba así por lo de Sam.

No comenté nada después de que me dijo eso. Decidí no darle vuelta al asunto. Si él no sentía nada por mí, ¿por qué debía se sufrir por alguien quien solo me ve como una amiga? Además, lo he pensado y está claro que toda la que malinterpretó todo fui yo.

En fin, habíamos tocado muchos temas de los cuales quería decir para poder liberar la tensión que llevaba encima.

Me senté en mi asiento de siempre y me fijé que la mayoría de mis compañeros estaban aquí. No veía por ninguna parte a Jacob, quería disculparme por la manera en la que actué con él. Él...había intentado sacarme información y un poco de ayudarme y por mi inseguridad no le dije nada.

Solté un largo suspiro y saqué el libro de química, empecé a resolver unos ejercicios que no había hecho por andar pensando en todo lo que había pasado desde el lunes.

De repente, sentí que alguien tocó mi hombro con un lápiz y me giré con el celo fruncido hacia la persona que lo hiso.

─ ¿Cómo está la niña mentirosa? ─una sonrisa burlona fue deslizándose por sus labios.

─ Eh... ─me aclaré la garganta─ Bien, ¿Sabes? Después de que te enojaste conmigo, bien. ─solté sarcástica.

─ Sobre eso, no. No me voy a disculpar, si es lo que piensas que haré. Es muy difícil para que yo me disculpe con alguien ─aclaró mientras se sentaba en el asiento que estaba al lado mío.

─ Vaya.

─ Y lo otro que te quería decir era que: estoy aburrido y estar contigo hace que me divierta...

─ Oh, eso no me lo esperaba ─lo interrumpo con una sonrisa en mis labios.

─...ver tu sufrimiento ─continuó y seguido comenzó a soltar carcajada, burlándose de mi ingenuidad.

─ Eres un...eres un idiota ─crucé los brazos sobre mi pecho y fijé la mirada al pizarrón.

─ Oh vamos, admite que fue bueno ─tocó con su dedo mi brazo, pero aun así lo seguí ignorando─ Tara, anímate.

─ Eres bipolar, ¿te lo han dicho? ─dije con ironía.

Él puso una mano en su mentón y luego asintió repetidas veces haciendo que algunos mechones se movieran a su frente.

─ Sí, demasiadas. Pero siempre me ha valido mierda lo que piensan los demás ─y con eso me guiñó el ojo y volvió a lo suyo que era sacar un libro y ponerse a leer.

Bloody Game [Pausada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora