Ni puta, ni santa... Me llamo Cristina y punto

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Panamá City, Panamá
1988

-doctora, su paciente esta por venir- me dijo Claudia asomándose por la puerta.

-¿subiendo o en auto?- pregunté revisando mis carpetas de otros pacientes.

-subiendo- cerró la puerta.

Afirme despacio y me levante de mi silla acomodando mi falda larga pegada al cuerpo y nivel de la rodilla. Caminé hasta al frente del escritorio y revise mi ropa por si estaba bien. Esta mujer es esposa del exitoso hombre de negocio y exportaciones comerciales del país y ex embajador en Gran Bretaña. Debía lucir muy bien.

Tengo tantos clientes importantes, pero ella es la mas importante. Es joven y recién casada.

-por aquí...- dijo Claudia señalandole a la señora abriendo la puerta -entre-.

-esta bien-.

Era una señora muy elegante y demasiado joven. Yo tengo treinta y tres, ella debe tener unos veinte como máximo. Llevaba un vestido purpura de manga corta y tacones altos, el cabello recogido con un lazo y maquillada ligeramente, ya que estaba llorando.

-hola, buenas tardes- estire mi mano.

-doctora ¿como esta?, soy Luisa- me dio un ligero apretón.

-gracias Claudia, cierra la puerta- le indiqué para que nos dejara solas.

-por supuesto. Nos vemos- dijo cerrando la puerta despacio.

Ella es demasiado chismosa y es capaz de llamar a cualquier revista para contar todo lo que Luisa tiene por decir. La invité a pasar al otro consultorio y cerre la puerta con seguro y la otra también para que no escuche nada. Ella se sentó en el gran sofa mirando mi pileta pequeña de agua sobre la mesa y mis libros. Yo tomé mi libreta y pluma sentándome frente a ella en un gran sillon cafe de cuero.

-bueno Luisa...- la mire sonriendo -dime lo que debo saber y tu insistencia en la llamada para reservar tu cita-.

-doctora...- comenzó a llorar más –no sabe, es desesperante, siento que moriré en cualquier momento. Tiene que ayudarme como usted ayudó a mis amigas-.

-dime tu problema y yo te ayudaré- le dije muy calmada.

-son muchos problemas doctora, usted debe ayudarme. Usted es experta en eso del...- bajo la voz -sexo-.

-¿de que?- hice como que no escuchaba.

-sexoooo- dijo susurrando.

-¿secto?- me acerqué para escuchar mejor.

-SEXO SEXO...- grito y se cubrió la boca -disculpe-.

Reí apoyandome en el respaldar.

-Luisa aquí puedes decir todo lo que quieras acerca del sexo y preguntar todo lo que quieras saber, tengo un amplio conocimiento de aquello que tu no quieres ni mirar-.

-es que me da vergüenza doctora-.

-no lo tengas, no te reprimas. Eso hace daño. Cuentame tu problema-.

Ella limpio sus lagrimas y me contó.

Al parecer era recien casada y como lo supuse desde un principio, a penas tenía veinte años de edad y se había casado por compromiso con sus padres que también son inversionistas con el magnate mas adinerado del pais, Antonio Franco. Llevan solo tres años de conocerse y dos meses de casados. No les ha ido muy bien. Luisa aun es virgen y el dia de su luna de miel ella le pidió que sea romántico pero como no lo hizo ella se alteró y el simplemente se negó a tener sexo con ella. Desde ese momento el no piensa en tocarla y se ha disgustado  por ser ella tan seca y desabrida como la describió en una pelea que tuvieron. Al haber amenazas de divorcio ella recurrió a sus amigas que les iba tan bien en su matrimonio y le dijeron que la única solución era yo. Siendo sicóloga y recien graduada en sexología y habiendo tenido muchas experiencias a nivel mundial con la herencia de mi padre fallecido, mi único pariente, junto con muchos extranjeros, soy la indicada para ayudarla.

Historias cortas para dormir byMina Lang S.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora