Ni puta, Ni santa... soy solo una mujer.

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Bocas del toro, Panamá
1993

—ya la viste...- comentó la señora chismosa desde el portal de su casa a otra chismosa del barrio que no tienen nada más que hacer que comentar de la vida del otro —que horror, sigue sin aparecer su marido-.

—dicen que es viuda- le respondió la otra.

Si no fuera por ellas, el barrio sería ideal. Casas frente al mar, la escuela a unos cuantos kilómetros, mi casa grande y con mucho espacio. No me puedo quejar. Por eso dejo que hablen mientras llevo a Gabriel a la escuela.

Lo subí al auto y entre al mismo saludando a las chismosas con la mano y sonriéndoles. Ellas me miraron y solo me dieron la espalda.

—idiotas- dije mientras entraba al auto.

Encendía el auto mientras veía a mi hijo hermoso jugando con su Spiderman de plástico.

No puedo creer que hayan pasado cinco años con este hermoso bebé a mi lado. Aún me parece increíble y siento que fue ayer que tuve esa discusión con su padre en lo que fue mi consultorio en la ciudad.

Debía salir cuanto antes de ahí para poder tener una vida mejor con mi hijo, así que me escondí en este pueblo pequeño y ahora trabajo de psicóloga de un colegio prestigioso y mi bebe vive tranquilo sabiendo que su papá murió y que ambos seremos felices juntos.

—mami...- me dijo el y le sonreí —¿en que piensas?-.

—en nada cariño- le mande un beso volado.

Me cuesta admitirlo pero es físicamente igual a Antonio, su padre.

Suspiré pensando en el y arranque camino a la escuela.

Llegamos justo a tiempo, lo deje en su salón y yo entré a mi oficina. Salude a un par de profesores y uno que otro alumno que medio conocía.

Pensaba en el futuro de mi muchacho, espero que también sea psicólogo o mejor un doctor en psiquiatría. Sería genial. Ambos ejerciendo lo mismo. Sonreí al imaginármelo.

Al abrir la puerta de mi oficina vi la carpeta roja. Hoy tenía la visita de los padres de una joven que se metió en problemas o más bien que metieron en problemas.

Debía estar atenta al caso de ese muchacho, Juan Carlos, que intento violar a una chica en el baño. Aunque aún sigue siendo dudoso para mí eso de que ella esté sola en el baño en pleno recreo y que la puerta este cerrada con seguro y que en las grabaciones se ve como ella lo seduce antes de que los dos ingresen para después aparecer la inspectora y ella empezará a gritar como loca.

Uish que problema.

Me senté a preparar mi evidencia para, no defender al chico, sino más bien aclarar las cosas.

Después de ese bochornoso momento, los dos fueron suspendidos y se deben presentar hoy por separado, ella en la mañana y el en la tarde para después sacar un veredicto de si se llama o no a la policia y se lleva a un caso más legal. Solo cruzo los dedos para que no sea así, no necesito ningún escándalo en esta escuela. Suficiente tuve cuando una de las madres me reconoció, era una clienta mía y como estaba hablando con su esposo pensó que le estaba coqueteando y casi que me atacó en pleno patio de la escuela para que ni lo tocará a su querido esposo, como lo definió, acusándome de pervertida.

Historias cortas para dormir byMina Lang S.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora