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¿Por qué? ¿Por qué hiciste algo así, Nico di Angelo? Solo dime una razón, te juro por mi amor hacia tí que te perdonaré toda.
Tan solo dime una tonta razón, tan solo dime que no fue mi culpa el que hayas hecho eso.
Tal vez debí de pasar más tiempo contigo o dejar de ser tan mojigata.
Pero aún pensando millones de posibilidades no lo entiendo. ¿Qué te hizo cometer infidelidad?
...
Y ahí estaba yo como siempre,sentada en la arena viendo el mar. Ese era un día común en el campamento,aunque había una posibilidad de que un monstruo saliera del mar y me comiera.
Si, el positivismo no va conmigo.
–¡Celeste! ¡Celeste!–Alguien gritaba mi nombre a lo lejos pero yo ya estaba medio dormida en la cálida arena de la hermosa playa del Campamento Mestizo.–¡Celeste! ¡Linda, despierta belleza!
Abrí los ojos y ví unos ojos marrones algo tapados por el cabello ondulado de el chico de Hefesto. Estaba demasiado cerca para mi gusto pero como el sueño me ganaba lo ignoré.
–Soy mayor que tú, respétame enano.–Me levanté empujando al menor con la palma en su frente. Me miró asesinándome con su oscura mirada, de un momento a otro cambió su expresión a una incómoda y algo triste.–¿Qué pasa? ¿Leo?
–Hay algo importate que debo mostrarte.–Dijo cogiendo mi mano,sentí lo cálido de su tacto, no se si fue por las pequeñas llamas de fuego que salían de su cabello.–Solo...solo entiende que lo hago por tu bien.
–Me estás asustando,Valdéz.–No dijo ni una sola palabra más hasta que nos escondimos en un arbusto cerca de la cabaña de Afrodita. Me parecía realmente extraño que estemos cerca de esa cabaña ya que mi amigo parecía tener una alergia contra esta desde que vi a Jason con Piper besándose dentro de esta.
–En serio, lo siento. Lo siento tanto, Celeste.–Susurró con los ojos brillosos al ver la escena por la ventana.
Yo no supe que hacer. Sentí como las lágrimas bajaban por mis mejillas,sentí el abrazo que me dió Leo Valdez, sentí el dolor de un corazón roto al ver a mi novio durmiendo desnudo junto a una Hija de Afrodita.
Definitivamente eso era peor que ser comida por un monstruo marino.
.
–¿Estás segura de esto, Celeste?–Me preguntó Leo Valdéz preocupado al ver como hacía una mochila con las pocas cosas que tenía dentro del campamento. Lo miré al colgarmela en la espalda, sonreí sin una pisca de gracia.
–¿Te parece que bromeo con esto, Leo?-Agarré un lapicero y escribí lo principal hacia Quirón.
"Quiron,lo siento.Me voy del Campamento, sin explicaciones. Me llevo a Willy conmigo.
Con cariño, Celeste."
–Listo,ahora ¿Me acompañas hacia la cabaña de mi hermano?–Leo resopló acompañandome hasta la cabaña de Hermes.
Toqué suavemente la puerta siendo resivida por los gemelos Stoll despinados y adormecidos. Sin decir ninguna palabra sacaron a mi hermano menor con sus maletas para seguir durmiendo. Willy estaba muy cansado, se notaba en sus lentos movimientos y tiernos bostezos.
—Nos vamos cariño.–Lo cargué apoyándolo en mi hombro para que siga descansando. Percy apareció de la nada cargando las maletas.—¿Y tú que?
–Me siento ofendido de que no confíes en mí.–Perseus hizo un mojín mientras Leo bufaba.–Sabes que Nico está destrozado, deberías conversar con él y-
–No–Jackson no habló más hasta que llegamos al auto de mi padre que esperaba para meter mis maletas.–Adiós, chicos.
Sin más que decir me fuí por la carretera con mi hermano en brazos y una promesa que nadie me haría romperla.
No volveré con Nico aunque me ruegue de rodillas.
AÑOS DESPUÉS
–Celeste, un chico te busca.–Habló mi hermanito desde la cocina con una mandarina a medio comer. Apenas tenía 12 años y casi alcanzaba mi altura.
–¿Sabes quien es?
Negó.
Con una mueca por la interrupción, abrí la puerta. Lo que ví ahí empezó a reanimar un llama dentro de mí...
—Celeste, tenemos que hablar.
Y no era precisamente de amor o afecto hacia el Hijo de Hades.
