Poseidón vs Percy Jackson

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Oh por los Dioses


Es lo que pensó la chica al darse cuenta quién la vigilaba mientras se cambiaba de camiseta. Esa misma tarde la había pasado con su novio, Percy Jackson.

Ahí, en su ventana estaba el dios Poseidón, el mismísimo padre de su amado novio. Pero eso era lo de menos, pensaba que sería Percy con sus estúpidas bromas de asustar la, no podía estar más equivocada.

Madre, Ayúdame. Por favor, no tengo ni idea que hacer.

Su cuerpo temblaba por el miedo de que pudiera hacerle algo, mientras que se tapaba a duras penas con sus brazos.

Unas grandes enredaderas que adornaban la ventana de su cabaña empezaron a moverse atando al dios de los brazos para de un tirón llevárselo , una voz le susurró al oído.

Querida Hija, cuidado que has conquistado el corazón de un dios.

En ese entonces no entendió las palabras de su madre, pero pronto lo haría.

...

Los días siguientes fueron un infierno para Amelia, cada vez que caminaba, sonreía o incluso lloraba sentía es inquietante mirada encima suyo.

¿Cómo he llegado a esto?¿Es un tipo de castigo?

Pensó la chica al ver una concha de mar, hermosa pero peligrosa.
Su madre ya le advertido de eso, de que Poseidón haría hasta lo imposible para conquistarla.

Eso no quiere decir que lo hará por las buenas.

Con ayuda de las enredaderas logró tirarlo hacia el lago en donde cada Sábado la pasaba con su novio. Eso era lo que más le preocupaba, que Poseidón la quiera para él sabiendo que su hijo salía con ella la atemorizada, no sabía que límites tenía un dios.

–¿Amelia?–La preocupada voz de su chico la hizo despertar del trance,volteo a verlo con lágrimas en los ojos.–¿Qué pasa?–La abrazó acariciando su lacio cabello azabache.

Para Amelia Singer la situación era estresante. Todo iba bien desde que llegó al campamento, se llevaba bien con las otras cabañas por su simpática personalidad, además tenía un lindo al cual quería.

No le gustaba para nada que un dios la acosara hasta cuando se está bañando. Que alguien usurpara en su vida robándole la tranquilidad que con tanto esfuerzo había formado.

Esa tranquilidad que poco a poco caía como una torre de naipes.

–Nada, Percy. Estoy bien.–El de ojos verdes la alejó limpiando las lágrimas que caían por sus mejillas.

–Ya claro, por eso ahora mismo estás llorando ¿Verdad? –La sentó en sus piernas pasando su brazo por los hombros de Amelia, llenándola de paz.

Amelia Singer era como una pequeña flor. Delicada, dulce, linda pero toda su hermosura se iba cuando alguien perturbaba su preciada tranquilidad.

Mientras Amelia cansada de la situación le contaba cada detalle sollozando. En otro lado, un hombre de cabellos negros y grandes ojos color mar. Vigilaba, analizaba y sonreía de forma tétrica, muerto de celos al ver como su Hijo abrazaba a la mujer de la que se había obsesionado.

Porque lo que sentía de ninguna manera sería amor.

Ella solo me pertenece. Amelia,mi hermosa Amelia Singer pronto serás mía, solo mía.

·OneShots·Percy Jackson·Donde viven las historias. Descúbrelo ahora