Memorias de Xanardul: Las escogidas [#1]

5.- Magia de las sombras

Annevona Faistine, o "la traidora", fue la última en unirse a las brujas legendarias. Para ese entonces las brujas Inxi, Aliena y Aziza tenían un tiempo haber iniciado la revolución mágica, y de verdad creyeron que solo con ellas bastaría, pero el Dán tenía otra cosa preparada. No diremos que el gran espíritu se equivocó, hasta el momento había cumplido fiel con Luz eterna. El Dán escogió con sabiduría a las tres brujas legendarias, y sin duda sus intenciones fueron las mejores cuando decidió mover sus fichas y juntar a Annevona con ellas.

Al igual que Aliena Dulrá, el origen de Annevona era infame. Así como Aliena venía de una familia de hechiceros oscuros, Annevona también creció entre ellos. La diferencia era que Aliena fue considerada en su momento parte de la realeza, mientras que Annevona creció como una esclava más de aquellos miserables. Era una muchacha lista y creativa, pero no tenía poderes increíbles como las otras tres brujas. Toda su vida la pasó llena de maltratos, sufriendo la maldad del hombre y los hechiceros en carne propia. La vendieron como esclava, abusaron de ella tantas veces que pudieron matarla, la trataron peor que a un animal salvaje.

Había mucho dolor y resentimiento en el alma de la joven. Sus nuevas compañeras algo comprendían, después de todo llevaban toda su vida viviendo en la opresión hasta que decidieron liberarse. Pero no habían sufrido como ella, nadie las había usado tal como pasó con Annevona. Los años pasaron y esa joven al principio hosca se fue enterneciendo. Amaba a sus hermanas brujas y ellas la amaban, le dieron el cariño y la amistad que toda la vida le fue negada. ¿Cómo empezó el gran cambio entonces? ¿Cómo fue que Annevona se convirtió en "la traidora"?

Quería más. Fue ella quien poco a poco descubrió sus habilidades de adivinación, quien recopiló y mejoró una serie de sortilegios, encantamientos y hechizos. Sabía que su poder no era grande como el de las otras tres, a pesar de que ellas no se cansaban de decirle lo útil y valerosa que era, Annevona no se detenía. Necesitaba más poder, ya la habían pisoteado toda su vida y no volvería a pasar. Fue eso lo que Oscuridad perpetua aprovechó para entrar al mundo a través de ella. Una muchacha con dolor en el alma, alguien que sabía lo que era el sufrimiento. La Oscuridad se hizo pasar por un espíritu benévolo que la ayudaba, y cuando la tuvo entre sus garras fue demasiado tarde. Usó su dolor, su resentimiento y su tristeza para apoderarse de Annevona.

Ya no era ella, era un ser que servía a la oscuridad. Dejó de lado su bondad, era un monstruo. Decidió vengarse de todos los hombres y hechiceros. Conjuró un hechizo tan fuerte que quitó para siempre a los hombres la posibilidad de acceder a la magia. Los hechiceros se extinguieron, y por eso ya no existen en Xanardul, el poder quedó para siempre en las mujeres. Y una vez logró apagar la magia de los hombres, empezó su venganza. La Gran Masacre, le dicen. El día que Annevona mató a los hechiceros más honorables y poderosos. A algunos los convirtió en abominables criaturas, a otros los despedazó hasta nadar y bailar rodeada de su sangre. Así creó la temible magia de las sombras que dio origen a todos los males de este mundo.