Las reuniones de escritores de fanfics le gustaban. Era una manera de poder hallar nuevos amigos con los que podía charlar de manera casual sobre los gustos que tenía. Aunque realmente la gran mayoría de las veces en las que se reunían, tanto lectores como autores, solía haber más chicas.
No es que Kouki tuviera miedo de ellas ¡Eso jamás! Pero la idea de ser el único hombre en una reunión de fujoshis no le agradaba en demasía. ¿Razón? Sería principalmente por el hecho de que lo denotarán como el pasivo en una relación bajo el sobrenombre, que según ellas decían tenía escrito en el trasero, "uke con necesidad de seme". También estaba el hecho de que fuera manoseado "accidentalmente" por las chicas que tenían una personalidad bastante dominante y que se les denominaba como "tachi" en el aspecto del yuri. Pero todo eso se quedaba corto cuando se llegaba al punto en el que comenzaban a buscarle una pareja y preguntaban a algunos prospectos sobre lo que pensaban de él. Eso definitivamente le hacía sentir mucha vergüenza y desear que la tierra se lo tragará.
Obviamente no todas las chicas eran así. Había otras que, aunque le decían que se vería bien con tal y cual vestimenta y a lado de un atractivo chico, respetaban sus ideales en cuanto a su persona. Una de ellas, y de las que se había sorprendido recientemente sobre su afición por el yaoi, era Momoi Satsuki. Quedaban de verse de vez en cuando para intercambiar ideas o para recomendarse algún manga o novela que les hubiera gustado.
- Ah~ - el suspiro que salió de la boca de Furihata delataba que comenzaba a preocuparse. Se supone que desde hacía 30 minutos se encontraría con su reciente amiga, Momoi. Miró su reloj de mano por séptima vez en el lapso de tiempo que llevaba esperando. << 10 minutos más y me tendré que ir. Luego le avisaré que tuve otro asunto >> volvió a decirse Kouki mientras miraba alrededor.
- ¡Furihata-kun! – la voz melosa de la chica pelo rosa le indicó que se hallaba cerca y logró divisarla por el lado derecho a la vez que está alzaba el brazo con entusiasmo y paso acelerado. – ¡Perdón por haber tardado! – se disculpó la chica una vez estuvo frente a él y unía sus manos con los ojos cerrados.
- No te preocupes, Momoi-san. Me alegra que hayas podido llegar – dijo con sincera alegría el castaño y le dedicó una sonrisa que Satsuki le devolvió.
Ambos entraron a la cafetería en la que se solían reunir, la cual se hallaba en el centro de Tokio y las paredes se encontraban en color blanco de donde colgaban unas cuantas fotos al estilo vintage. Después de escoger una mesa cerca de uno de los tres ventanales que daban a la calle, pidieron algo para comer mientras estaban en el local.
- Me preocupó el que hayas llegado tarde, ya que usualmente eres bastante puntual cuando quedamos – comentó Kouki en lo que esperaban su pedido y aprovechaba a acomodar su mochila en el suelo, puesto que donde se hallaban sentados eran sillas de madera con almohadones.
- Lo sé – respondió haciendo un mohín infantil la chica y que hizo que Furihata riera ligeramente. – Verás, últimamente hay un usuario entre las páginas de fanfics, al parecer es un hombre – soltó lo último como si fuera un secreto que nadie más que el castaño debiera escuchar. – El caso es que este usuario ha estado preguntando acerca del yaoi y todo lo que conlleva. He estado hablando con él y le he dicho que podríamos encontrarnos uno de estos días para llevarlo a una de las reuniones, pero esta reacio a negarse – Momoi se cruzó de brazos, luego de haber explicado dando manotazos y haciendo ademanes que a su amigo le parecieron graciosos.
- Puede que se trate de alguien bastante tímido, pero deberías decirle que no tiene nada que temer, que no es el único hombre que gusta de eso – dijo con tranquilidad el otro a la vez que recargaba sus antebrazos sobre la mesa y entrelazaba sus propios dedos.
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Fundanshi-kun
FanfictionEn la escuela Seirin existen muchos tipos de personas, pero entre ellos se encuentra Furihata Kouki, un estudiante de primer año que es un fundashi y escribe fanfics sobre los famosos chicos que conforman la llamada "Generación de los milagros". Lo...