Perezosamente abrió los ojos y sonrió un poco para apegarse al cuerpo cálido de la persona de al lado. Le sujetaba con fuerza por la espalda y cintura haciéndole sentir protegido y descansado. El castaño arrugó el entrecejo un tanto confundido, ahora que lo pensaba, ¿quién era el que le abrazaba? Intentó alejarse un poco del cuerpo grande que le sostenía con fuerza, pero no pudo lograrlo. Levantó el rostro encontrándose con el rostro, apacible y descansando, de Reo.
- Mi... Mibuchi-san – llamó Kouki removiendo al mayor. ¿Cómo habían terminado así? Bueno, eso realmente no era lo importante. – Mibuchi-san – volvió a hablar sin obtener respuesta alguna. Deseaba levantarse, sentía su cuerpo un poco adormilado por la posición pidiéndole a gritos que se moviera.
- No parece que quiera despertar aún – escuchó decir a alguien a sus espaldas. Su cuerpo dio un respingo y logró reconocer la voz del pelirrojo de Rakuzan. – Kagami ya ha preparado el desayuno- avisó acercándose mientras Furihata contenía un ligero sentimiento de inquietud. Cuando, Akashi, estuvo lo suficientemente cerca, ayudó al chihuahua a lograr escapar, de una vez por todas, de los brazos del mayor.
Kouki observó, sin mucho detenimiento, el semblante relajado que tenía Seijuro. Era distinto. ¿Eso quería decir que el loco de las tijeras se había ido? Su pecho tuvo una momentánea opresión, ¿se habrá olvidado de su charla en la noche anterior? La verdad es que el castaño se había visto bastante entusiasta a escucharle y preguntar sobre los distintos temas que podía conllevar el pelirrojo. ¿Cómo debía tratar a éste?
- ¿Sucede algo? – preguntó Akashi al sentir las miradas furtivas y cortas que recibía por parte del de Seirin. Kouki negó lentamente desviando su vista, él quería poder conocer más a Seijuro y a Mibuchi. Ambos eran personas bastante extravagantes, cada uno a su manera. ¿Por qué no ser amigo de ellos? Eran amables y atentos. Aunque lo demostraban de distinta forma.
Ambos chicos bajaron, dejando dormir a solas a Mibuchi, hasta llegar al comedor.
– Buenos días, Furihata-kun – le saludó cortésmente Kuroko con una ligera sonrisa. – Buenos días, Akashi-kun – el ex emperador sonrió por la diminuta diferencia en su tono de voz, después de todo, no lo hacía con el mismo entusiasmo que con el castaño.
- B... Buenos días, Kuroko – correspondió el saludo para luego dar un ligero bostezo que cubrió con su mano izquierda e hizo que sus ojos se pusieran llorosos. Los otros dos se deleitaron con esa vista, uno más que otro.
- ¿A mí no me piensas saludar, Kuroko? – preguntó el tigre saliendo de la cocina con los platos en las manos para colocarlos en la mesa.
- Contigo aquí, no creo que sean buenos días, Kagami-kun – respondió el pelo celeste con simpleza y recibiendo un gruñido de molestia por parte de Taiga, quien, casi de inmediato, sonrió al ver el rostro adormilado del castaño y se acercó para despeinarle sus suaves hebras cafés.
- Buenos días, Furi – le dijo de manera cariñosa bajando su mano hasta la mejilla del castaño.
- Buenos días, Kagami – le respondió con una tímida sonrisa dejándose hacer. <<Quizás, de esa manera, se saludan en América>> pensó desviando la mirada tras unos segundos.
Kuroko, molesto por la escena, dio un manotazo al brazo de Taiga para que le soltará. – Demasiadas confianzas, ¿no crees, Kagami-kun? – comentó en tono amenazante y cortante mientras caminaba a su asiento en la mesa.
- Pues no parece que a Furi le haya desagradado – contestó el otro con provocación al mismo tiempo que tomaba asiento frente al chico fantasma.
Furihata, sin desvanecer su pequeña sonrisa, dio a mostrar la confusión que tenía por la situación, ¿siempre se habían llevado tan mal sus compañeros? No lo creía, siempre los miraba juntos, y por su mente había pasado, más de una vez, que ese par tenía una relación más allá que solo amigos. Aunque ignoraba que la razón, por la que casi todo el tiempo permanecieran uno a lado del otro, era porque se vigilaban mutuamente para evitar que les fuera robado el cachorro.
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Fundanshi-kun
FanficEn la escuela Seirin existen muchos tipos de personas, pero entre ellos se encuentra Furihata Kouki, un estudiante de primer año que es un fundashi y escribe fanfics sobre los famosos chicos que conforman la llamada "Generación de los milagros". Lo...