Capítulo 11

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- ¿Sólo eso? ¿Qué tiene eso de malo? – preguntó Kagami pormenorizando el asunto. Se recargó, como quien no quiere la cosa, en la silla del comedor.

- Kagami-kun, ¿sabes lo que eso significa? – interrogó Kuroko con escepticismo patente mirándole de reojo, observando cómo se encogía negando. << Tal y como un idiota. No, más bien, como un Bakagami.>> pasó por su mente mientras resoplaba con resignación.

El tigre le miró con los ojos entrecerrados intuyendo lo que pensaba su amigo. - ¿Acaso tú sí?

Tetsuya negó lentamente para luego voltear su mirada con Akashi, quien se hallaba aún sentado frente a ambos. - ¿Qué quiere decir eso, Akashi-kun?

Seijuro, que hasta el momento se había quedado callado, esperando a que dejaran de interrumpirle, se aclaró la garganta cubriendo su boca con un puño, como si estuviera a punto de decir algo muy importante. – Bueno, todo esto se remonta principalmente al anime, que debo suponer ya tienen conocimiento de ello – preguntó de manera silenciosa alzando una de sus cejas. Ambos chicos, Kagami y Kuroko, asintieron. – Verán, existe una variedad de categorías en ésta, tales como shojo, shounen, etcétera como las películas.

Tanto la luz como la sombra de Seirin se vieron impresionados ante el conocimiento que contenía el emperador en cuanto al tema. Tetsuya arrugó levemente el entrecejo al querer adivinar el rumbo que tomaría la plática.

- Está bien, creo que eso lo entendemos. ¿Entonces estás tratando de decirnos que Furi es un otaku? – le interrumpió Taiga recargándose en la mesa con rostro confundido.

- Yo no tendría problema con eso, realmente. Si eso hace feliz a Furihata-kun, lo aceptaré. Claro que antes de casarnos haré que vista uno de esos llamados cosplays. No sé cuál podría quedarle bien – dijo pensativo el pelo celeste a la vez que tomaba su barbilla.

- Yo creo que uno de sirvienta le quedaría bien, pero sería mejor que lo usará en la noche de bodas que tendré con él – opinó Kagami imaginándose el atuendo de falda corta negra con un mantel blanco encima y unas medias blancas con volantes en la orilla delineando la silueta de las torneadas piernas de Kouki como una segunda piel.

- Por primera vez estamos de acuerdo, Kagami-kun. Aunque seré yo quien se case con él – consintió con una pequeña sonrisa el 11 de Seirin y en sus mejillas se pintó un ligero sonrojo al pensar en que podría ver directamente la piel bronceada del castaño con el conjunto dejando las mangas caídas un poco debajo de los hombros. – Aunque uno de enfermera no estaría mal.

La imagen de Kouki vistiendo un atuendo corto y de color blanco hasta la mitad de los muslos junto con medias tres dedos arriba de las rodillas, sentado en un sofá de color crema al tiempo que intentaba cubrirse en vano jalando el atuendo. Las mejillas rojas por la vergüenza, evitando la mirada que le observa hasta el último de los gestos que hace.

Seijuro sacudió levemente la cabeza para borrar de su mente tal cosa. El bochorno que se había presentado en su rostro desapareció sin ser interceptado por los otros dos que se hallaban aún perdidos en sus fantasías.

- Sin embargo, eso no es todo – habló Akashi luego de tranquilizar su corazón que se había visto alterado por su propia imaginación.

- ¿Qué más debemos saber? – preguntaron al unísono saliendo de sus ensoñaciones.

- Que a Furihata-kun le gusta el yaoi – respondió con obviedad el pelirrojo de Rakuzan, a lo cual los otros dos lo miraron confusos. Seijuro soltó un suspiro para sosegar la poca paciencia que le quedaba. – El yaoi se trata de amor entre hombres, también conocido como Boys Love. Quiere decir que a Furihata-kun le gusta leer, ver, saber y escribir sobre las relaciones amorosas entre hombres. Personas del mismo sexo – explicó como si hablará con un par de niños pequeños.

Fundanshi-kunWhere stories live. Discover now