CAP 11

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Desperté toda sudorosa y me senté con rapidez en la cama, al darme cuenta que había sido sólo un sueño solté un largo suspiro

"Eso fue muy real" pensé.

Había terminado de cambiar mi pijama cuando tocaron la puerta—pase quien sea que sea—dije malhumorada

Vi la perilla girarse y a mi madre asomando la cabeza en la pequeña rendija que había abierto—¿cómo estas?—preguntó de buen ánimo—has tenido una larga siesta

Mire el reloj en la mesita de noche, 21:30 hrs—ahm, al parecer sí—respondí acomodando mi camiseta de dormir

Crystal entró a la habitación y cerró la puerta detrás de ella—vine hace un rato pero estabas durmiendo y bueno, no me podías escuchar, pero ahora que estas despierta—relamió sus labios demostrando cierta ansiedad—avina qué

Cepillé mi cabello con ambas manos mientras pensaba que podía ser, pero no se me ocurrió que podía ser—no logro adivinar—admití

—¡Mccurdy me invitó a cenar!—exclamó alegre

Alcé ambas cejas sorprendida, se habían conocido hace menos de veinticuatro horas y ya tenían una cita

—Espera, ¿qué a pasado?—dije intentando relacionar todo

—Marks me dijo que estaban hablando y te sentiste demasiado cansada, así que te dejo tomar una siesta—pauso por unos segundos—y cuando mandé a Marshall con su novia donde ustedes ya te habías dormido

"De acuerdo, relacionemos todo, entonces parte de mi sueño no era sueño, ¿verdad?,  esto me confunde mucho" pensé

—me confundes—confesé

Crystal sonrió a medias y se burló diciendo—no e dicho ningún trabalenguas para confundirte, cariño

—pero, Marshall y Lauren me vieron despier...

—debo ir a dormir—me interrumpió—no quiero estar cansada mañana a las 20:00 hrs, tengo el presentimiento de que habrá chispa—me guiño el ojo—dulces sueños, mi bebé

—buenas noches, mamá—murmuré desconcertada

ella cerró la puerta y me recosté en la cama, toda esa conversación fue rara, en especial la parte en la que me dijo que yo me encontraba durmiendo cuando Marshall y su pareja entraron a mi cuarto, ya que recuerdo perfectamente haberlos visto, de hecho, hablé con ellos.

...

Abrí los ojos y observé a mi al rededor, estaba en ese bosque en el que me perdí, pero esta vez me sentía tranquila, los cantos de los pajaros eran música para mis oídos, alcé mi vista, había un cielo despejado, el sol iluminaba el lugar de una manera no agresiva, en ese momento supe que estaba soñando. Tuve un rato agradable junto a la naturaleza, observando a los animales que se cruzaban en mi camino, pero no todo es perfecto; minutos después los pajaros dejaron de cantar y todo se empezaba a nublar poco a poco, dejándome en claro que al go no andaba bien. Oí unas pisadas a lo lejos, gire mi cuerpo lentamente y pude verlo, era el mismo tipo que casi me mata la noche anterior

—¿creíste que te escaparías fácil, gatita?—preguntó con cierta arrogancia

su voz era gruesa, causaba escalofríos por todo mi cuerpo, pero a la vez se me hacía familiar, lo cual me causaba cierto intrigante

—¿cómo pudiste entrar a mi mente?—murmure retrocediendo

El tipo rió y apoyo su hacha en el suelo—eres un ser débil—pauso por unos segundos—y entrar a esa cabaña que he usado de tortura es muy fácil, fue llegar, entrar a tu habitación y encontrarnos aquí

me quede en silencio, no tenía nada que decirle en ese momento, así que continuó hablando—no es bueno mentirle a la ley, puedes terminar sola, sin que nadie te crea, mientras te ahogas con tus palabras

se refería a lo que le escondí al sheriff, intenté decir algo pero las palabras no me salían, sentí como mi garganta se contraía y mis cuerdas vocales se estrechan, haciéndome imposible hablar

—te quedaras sola en el patético mundo real—se acercó a mi arrastrando el hacha por el suelo, cortando los centímetros de distancia—por eso es mejor que mueras, para que no sufras al futuro, ¿no?—aunque estaba con una tétrica máscara, pude notar que sonreía

no podía respirar, me fui debilitando poco a poco hasta que caí de rodillas, el sujeto rió y se puso de cuclillas frente a mi, la distancia había quedado casi nula, podía oír su respiración calmada y el como relamía sus labios

—amo ese polvo que esparcí en tu almohada, porque va quitando el respirar y el hablar de a poco, hasta que queda en nada—acarició mi mejilla con su mano libre— me encanta jugar con mi victimas, como las orcas, lo hace más interesante

Levanté la vista, su máscara estaba sucia, pero a través de los dos orificios pude ver algo de sus ojos, al parecer eran azules

—tendráne confesaré algo, cuando te asesine, esperaré un tiempo y mataré a tus primos, esos mellizos son irritantes—asintió demostrando estar de acuerdo con ello—después a Grace Fassbender, sera tan fácil decapitarla—soltó el hacha—luego a tu sensual madre, antes de matarla la voy a...—rió—bueno, para que decir lo obvio—soltó un suspiró y palmeó mi mejilla—y por último será el irlandés, Niall Horan

Fruncí el entrecejo y apreté los labios con fuerza, al escuchar esas palabras me moleste, vi la vieja y usada hacha tirada en el suelo, moví mi mano para tomar el arma, el enmascarado seguía parloteando sin parar, así que le tomó por sorpresa cuando pude levantar su hacha y hacer un movimiento rápido, que le le dejo un gran corte en el brazo; este se quejó y perdió el equilibrio, cayendo al suelo, como pude me puse de pie, en el proceso se me cayó el arma, pero preferí correr lejos de él con las pocas fuerzas que me quedaban. Mientras corría, pude oírlo gritar

—¡ey!, hiciste trampa, y si haces trampa en este juego, ¡tus seres queridos mueren!.

Desperté acelerada, me senté en la cama y vi que la ventana de mi habitación estaba abierta, dejandome un mal sabor en la boca

"mierda, el tipo no mentía, entro a mi habitación" pensé, mire mi brazo y lo tenía cortado con las palabras 'siempre has estado bajo mi mirada'. Me estremecí, ¿cómo podía explicarle esto a mamá?, pensará que volví a autolesionarme. Me levanté cuidadosamente para no lastimarme el tobillo y fui haciendo pequeños saltos con mi pie derecho al baño de la habitación, me mire al espejo, la sangre que corría mi brazo bajaba lentamente; abrí el grifo del lavamanos para limpiar los cortes y enrrollé mi antebrazo con la toalla que se encontraba colgada, luego de estar apoyada a la pared por un rato, pensando en todo lo que me ha pasado últimamente, salí del pequeño cuarto, encontrandome con los mellizos, mirándome sorprendidos

—Hola Chi...—Marshall me tiró una especie de brillo en la cara, haciendo que me picara la nariz y garganta— ¡¿qué Mierda?! —pregunté tosiendo

mi vista comenzó a nublarse y mis rodillas flanquearon, lo último que recuerdo de esa noche fue mi cabeza chocando con el suelo.

Almas Unidas//Niall Horan [1].Donde viven las historias. Descúbrelo ahora