Almas Unidas//Niall Horan [1].

CAP 31

El vampiro compartió por un buen rato con el chico, ambos lograron hacer dormir a la pequeña Kathy y pudieron subir al techo de la casa. Ambos miraban como la gente pasaba por la calle y escuchaban conversaciones de otras personas en completo silencio, hasta que Damian le preguntó a Marshall

—¿cómo va todo con Lauren Haynes?

Sky lo miró de reojo y le respondió—bien, muy bien

—¿sigue siendo perseguida por los cazadores?—el adolescente asintió y el adulto bufó—, esos infelices no se cansan

—no—negó—, ellos nunca se rinden—frunció el entrecejo—. Hace unos días tuvimos una cita en el cine y ella captó que había un cazador en la sala, pero este no venía por ella, sino que por un hombre lobo que estaba sentado al último

este miró a su amigo y le preguntó—¿qué hicieron?

—nada, apenas terminó la película salimos del lugar, ella quería ayudar al chico pero...—suspiró—, el pobre ya no podía ser salvado, tenía una marca en el cuello

—¿esas la que te hace un "amigo", que en realidad se acerca a tí para una misión?

—así es, cuando te marcan...ya es demasiado tarde, lo peor es que el chico no se había dado cuenta de su marca

—que mal—volvió a mirar hacía la calle—, por eso soy de pocos amigos y medio frío con los demás, no quiero arriesgarme a tener una amistad con un cazador encubierto

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Era lunes y los mellizos tenían que volver a su rutina semanal, pero algo fuera de lo normal hicieron que Marceline se escondiera en el armario del conserge, por primera vez en su vida, la acechaban para robarle las respuestas de la tarea que habían dejado en Biología; eso la sorprendía bastante, ya que nunca la habían molestado. Al cerrar la puerta retrocedió unos pasos, pero dio un brinco al sentir que había chocado con alguien, esta lo miró sorpendida y frunció levemente el entrecejo

—¿Peter?

el chico le sonrió algo nervioso y metió sus manos a los bolsillos delanteros de su jeans—hola, Marceline

—¿qué haces aquí?—obervó su ojo morado—, ¿quién te hizo eso?

—Bryan—sintió las finas manos de la chica en su rostro y cerró los ojos—, me golpeó hace un rato por estar tratando de compartir con él un rato, me dio verguenza así que me escon...—un dedo rozó su ojo y soltó un quejido

la chica se alarmó y murmuró—lo siento, no fue mi...

—no te preocupes, sé que no quieres dañarme—abrió los ojos—, tranquila.