Almas Unidas//Niall Horan [1].

CAP 29

Narrator's POV

Al tocar el timbre que anunciaba la finalización de la jornada escolar, Marceline tomó su bolso, recogió algunas cosas de su casillero y se dirigió a su hogar. Al llegar, se topó con la sorpresa de su hermano había invitado a los hermanos Wolf

—sigo sin creer que me hayas ocultado que tenías un hermano, Bryan—dijo su mellizo, observando al menor de los Wolf como si fuera un ser de otro mundo

—no te lo oculté, sólo...omití ese detalle, no es para tanto—le respondió el mayor de los Wolf cambiando la música del ambiente

—sabes que por más que intentes cambiar la palabras significa lo mismo.—Alzó un poco el tono de voz

el humano rodó los ojos y alzó ambos brazos indicando que se rendía—bien, pero ahora saber que tengo un hermano menor, quién no se parece en nada a mí

Marshall quitó su vista del hermano de su mejor amigo y murmuró—tienes razón, no tienen mucho parecido...exceptuando sus ojos

Peter agachó su cabeza y entrelazó sus dedos mientras ambos adolescentes hablaban de él como si no estuviera ahí; Marceline, molesta ante la escena, cerró la puerta de golpe captando la atención de los tres

—hola hermanita—la saludó su mellizo sonriendole—, ¿conoces a Peter?—apuntó al chico

—¿al hermano de Bryan que han estado observando y analizando como si fuera parte de un experimento?—preguntó sarcarticamente—, sí. Se sento a mi lado a la hora de almuerzo, mientra ustedes se lucían frente a las chicas de plástico.

Bryan frunció el entrecejo y le preguntó—¿estás molesta?

la chica se acercó a las escaleras y le respondió ironicamente—no, para nada, me pone muy feliz que esten viendo a tu hermano como si fuera de otro planeta—vió que este iba a responderle pero le cortó el habla diciendole—, cállate, no quiero oír ni una respuesta idiota como las de siempre—alzó ambas cejas y miró a Peter, quien le sonreía—. ¿Qué esperas?, acompañame

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Eran las nueve y media de la noche, Niall se econtraba sentado en su cama tomando sangre de un vaso mientras leía las cartas que se envíaba con Charlotte. La mayoría de ellas eran sin sentido, pero a ambos les gustaban; cuando a la chica no la dejaban salir de su casa, su amigo Liam hacía de paloma mensajera.

Hubo un año en que el chico tuvo que acompañar a su padre y hermano a unos viajes al extrangero, en ese tiempo Horan le escribió un libro a su chica, el cual estaba hecho para pedirle matrimonio, al terminarlo, dejó varias hojas en blanco para poder recortar un cuadro en donde iría el anillo; envió el libro por correo, pasó todo ese tiempo nervioso, preguntandose cosas como: ¿Lo habrá recibido? ¿lo habrá leído? ¿le gustó? ¿se encontró con la sorpresa dentro de este?. Así que cuando llegó a la ciudad un jueves en la madrugada, fue corriendo a la casa de ella, para su sorpresa, Charlotte se encontraba en el balcón de su habitación en pijamas, esta al verlo le alzó su mano izquierda para enseñarle que tenía el anillo en su anular, esa fue la mejor madrugada de su vida.

Recordar cosas como esas a veces lo ponían feliz, hasta se reía solo; pero esta vez fue lo contrario, le dio pena y rabia, ya que le habían quitado a su Charlotte, y ahora que estaba de vuelta, no sabía si podía recuperarla.