Q U A T T R O

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Viernes 10, Marzo 2017.

Querida Flaviana.

Mis padres son ingleses, pero yo nací en Italia poco después que se mudaran. Crecí y viví en Florencia, y no he encontrado lugar en el mundo más hermoso y vivo que ese. Aunque su clima sea una completa locura para algunos, yo amaba cada estación, amaba cada vez que mi hermano y yo íbamos a la Piazza Della Signoria en invierno y nos negábamos a usar abrigo o algo que nos mantuviera calientes. Mi madre siempre se molestaba mucho por eso y decía que podíamos morir de frio allá fuera, pero no nos importaba. La nieve solo era mágica si la sentíamos, no bastaba con verla.

Otra de las tantas razones porque amaba (amo) Florencia es por su famoso café Le Giubbe Rosse. Trataba de ir casi todos los días y siempre que iba había algún pretendiente mío o amigo de mi padre que pagaba las tazas de café que me tomase.

Un día en ese establecimiento apareció un amigo de mi padre que también era pretendiente mío. Era un señor de unos treinta tantos años y yo solo tenía catorce, pero de todas maneras se sentó cerca de mí y me invito a un cappuccino. Me asuste y lo rechacé. El caballero se ofendió al parecer, porque tiro del mantel rojo de la mesa y me dijo que era una niñita vulgar a lo que yo respondí con una carcajada. Mis padres me castigaron dos semanas por eso.

En ese pequeño lugar pasaron tantas y tantas cosas que siguen vigentes en mi mente, y no solo por mi hipertimesia, sino por la importancia que tienen en mí.

Lucian cree que debería hablarte más acerca de mi enfermedad, y si ella lo dice, pues que así sea.

Cuando tenía trece años me di cuenta que podía recordar cada detalle y situación desde los once, se lo conté a mis padres y ellos se extrañaron mucho e investigaron con los vecinos acerca de eso, pero fue realmente inútil porque ellos no sabían nada, y aparte no creían que fuera verdad y venían a nuestra casa a preguntarme si lo era, y no les bastaba con un simple sí, me hacían preguntas de esto y de lo otro.

Después de un tiempo todos en el pueblo me consideraban especial por dicha condición y algunos me usaban como libreta de información personal puesto yo era (soy) capaz de recordar fechas exactas, escenarios detallados y cosas que los demás pasan por desapercibido. Podría decirte con exactitud que ropa usé en mi cumpleaños número diecisiete y que color y características tenía el auto del que se bajó mi hermano con un pastel en los brazos.

Por sorprendente que parezca, literalmente no olvido nada.

Y no olvidar nada, no es tan fabuloso como parece, me ha traído muchos problemas que con el tiempo te iré escribiendo.

Con amore, Maggielane.

Letras de una pasión contenidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora