La Familia Khan

Capítulo 1: ¡Noticia Inesperada!

Luego de la enorme odisea por la que tuvo que pasar, Rizvan al fin logró conocer al presidente Obama y decirle en persona: "No soy terrorista", logrando así su objetivo, su misión había sido cumplida, su largo y agotador viaje al fin había acabado.

Luego de aquello, Mandira y Rizvan regresaron a su hogar.

Al llegar a casa, el ya muy cansado hombre toma una ducha y decide tomar una siesta. Luego de media hora de sueño, la voz de Mandira se hizo presente en la habitación, musitando su nombre.

—¿Khan? —preguntó, sin embargo no obtuvo respuesta alguna, pues el nombrado se encontraba en un sueño profundo— ¡Khan, Despierta! —repitió, esta vez con una voz más fuerte y firme, demandante, logrando así despertarlo.

—¿Q-qué ocurre? —preguntó levantándose sobresaltado.

—Yo... Lamento despertarte, pero no aguanto esta culpa ¡Perdóname, Rizvan! No debí tratarte de la manera en que lo hice, es mi culpa que hayas tenido que pasar por todo esto y... —su disculpa se vio interrumpida debido a que no aguantó el llanto, las lágrimas saladas recorrían sus mejillas, empapándolas.

—No llores, Mandira —trató de reconfortarla— Estamos juntos de nuevo, y eso es lo que realmente importa.

Ella, entre lágrimas se abalanzó a sus brazos, abrazándole.

—No voy a dejarte ir otra vez —murmuró sonriendo en medio del llanto.

Un pequeño silencio se hizo presente entre ambos, no uno incomodo, sino todo lo contrario. Eso hasta que Mandira decidió romper ese cómodo silencio con una pregunta en la cual acababa de caer en cuenta.

—Cariño, desde que has llegado no has comido nada ¿Quieres comer algo?

—No, quiero comer mucho —respondió sonriendo cual niño pequeño.

Luego de aquella charla, poco a poco las cosas en la casa Khan se ponen feas.

─No me dejes Mandira ─murmuró Rizvan desesperado repetitivamente, mientras da incontables vueltas en la cama.

Mandira despierta debido a la incómoda situación─ ¡Khan despierta ¿Khan qué te pasa?! ─preguntó confundida mientras trata de despertarlo, hasta que lo logra.

Rizvan despierta, sobresaltado y enojado se dirige a la sala─ ¿Pesadillas otra vez? ─preguntó su esposa, sin que éste le respondiese. Luego de unos minutos, Mandira al notar que su esposo no regresa, se levanta a ver qué ocurre. Cuando llega, ve que éste está sentado en el sofá con la mirada perdida.

 A Mandira le partió el corazón ver a Rizvan con ojeras y un gran mal humor encima debido a la falta de sueño por el estrés postraumático─ Cariño ¿Estás bien? ─preguntó ella preocupada, sin embargo su esposo no le respondió, si no que movió la cabeza en forma de negación─ ¿Qué tienes? ¿Cómo te sientes? ─le preguntó mientras acariciaba su mejilla.

─¡Estoy harto y muy cansado, Mandira! ─exclamó él mientras poco a poco sus ojerosos ojos se cristalizaban. 

Mandira al ver a su amado tan deprimido, tomó su cabeza y la recostó de su regazo─ ¿Qué te he hecho? Cuanto lo siento ─susurró mientras acariciaba el cabello de su esposo.

Me encontraba en mi antigua casa, en la India. Estaba haciendo uno de mis pasatiempos favoritos, reparar cosas, un reloj de pared para ser exacto. La casa estaba sola y oscura. Me asusté cuando empecé a escuchar pasos en el pasillo, yo me quedé en la sala, no iba a investigar qué podría ser. Hasta que escuché a alguien exclamar─ ¡Rizu! ¡Rizu! ─. Sólo una persona en este mundo me ha llamado así hasta su muerte, mi madre. Seguí su llamado, el sonido venía del pasillo pero cuando me acerqué, las luces se encendieron y pude ver que mi madre estaba al final. Corrí hacia ella. Ella extendió sus brazos y me abrazó, tal como en los viejos tiempos.