La Familia Khan

Capítulo 8: Primer Día de Escuela.

Sin duda alguna, Sarah tenía razón, la pequeña Sameera había traído felicidad de una forma increíble a toda la familia Khan. Cuando ésta cumple sus 5 años, sus padres tienen la certeza de que ya está lista para comenzar la escuela.

─¡Mamá, papá, despierten! ─exclamó la pequeña saltando en la cama para despertar a sus padres.

─¿Qué ocurre Sameera? ─preguntó Rizvan soñoliento.

─¡Primer día de escuela, primer día de escuela!

─¡Ay! No quiero ir a la escuela... dame cinco minutos más ─dijo el padre tapándose de pies a cabeza con la sábana.

─¡Tú no, yo papá! ─comentó riendo.

─¡Oh! Cierto.

─Hija, aún es muy temprano ─dijo Mandira mientras la carga y la lleva de vuelta a la cama.

Luego de unas horas, toda la familia se alista para llevar a la pequeña a la escuela.

─Mira, ya llegó el autobús ─dijo Mandira─ Adiós niña de mis ojos, ámame hasta que... ya sabes.

─Adiós mamá, adiós papá ─se despidió Sameera, mientras se sube al vehículo.

Después de su partida, sus padres se dirigen a sus trabajos, mientras que a ella le dan la bienvenida a su primer día de escuela... no como lo esperaba.

─Buenos días alumnos, yo soy Carmen, y soy su maestra. Espero que todos nos hagamos amigos... y bien ya me presenté, ahora es su turno ─señaló a los niños.

─Yo primero ─dijo una pequeña rubia, levantando su mano─ Mi nombre es Amber Brown.

─Amber ¿Qué edad tienes? ─preguntó la maestra curiosa.

─Tengo 6 y medio.

─Muy bien ¿Cómo es tu casa?

─Mi casa es muy grande y tiene muchas habitaciones.

─Tus padres ¿Cómo son?

─Muy guapos, obviamente son mis padres. 

─Muy bien, puedes tomar asiento ¿Alguien más desea presentarse? 

─Yo quiero ─dijo un niño blanco de cabello negro─ Buenos días, mi nombre es Isaac Smith.

─¡Oh! Que educado... ¿Cómo es tu casa, Isaac?

─Mi casa es pequeña pero tiene un patio enorme y hay muchos animales.

─Bien Isaac... vamos chicos no sean tímidos, por eso les hago preguntas.

Luego de unas horas, todos los niños se habían presentado ante la maestra. Todos excepto Sam.

─Bien niños ¿Alguien falta? No es justo que ustedes me conozcan pero yo a ustedes no ─dijo la señora antes de soltar una carcajada.

Al escuchar esto, los niños inmediatamente señalan a la joven Sameera, quien se encoge de hombros por la timidez.

─Vamos hija, dinos tu nombre y tu edad ─dijo Carmen, incitando a la pequeña a hablar.

Sam se levanta de su asiento─Mi nombre es Sameera Chamatkaar Khan─dijo titubeando

─Que nombre tan raro ─comentó Amber soltando una carcajada haciendo que todo el salón soltara risas incómodas ante Sameera.

─Me lo dice la chica que tiene un nombre el cual es utilizado para secuestro infantil ─respondió Sameera, provocando un serio abucheo de parte de los niños hacia Amber.

─¡Hey! Silencio, respeto por favor ─exigió la Maestra─ Hija ¿Dónde aprendiste eso? ─preguntó curiosa.

─Lo oí en las noticias con mi papá ─dijo inocentemente.

 ─¿Sabes qué es un secuestro?

─Si claro, es cuando alguien rapta a una persona quitándole su libertad... mi papá me dice que esas son cosas malas. De gente mala, que hace el mal.

La maestra se queda en shock al escuchar las palabras de la pequeña─ ¿Qué edad tienes pequeña? ─le preguntó, asombrada.

─Tengo cinco ─respondió mostrando su mano abierta.

─No deberías estar aquí ─comentó Amber en voz baja, sin embargo fue escuchado por Sameera.

─¿Crees que por ser pequeña no soy capaz de saber cosas de grandes? ─preguntó Sameera firmemente.

─Ya basta Amber, por favor recuerda que queremos ser amigos todos ─dijo Carmen con voz suave y tierna─ Hija, acompáñame un momento, por favor ─le dijo a Sameera quien asiente y la sigue.

Ambas salen del salón de camino a la oficina del director.

─Señor Rodríguez, espero no molestarlo ─dijo la señora al entrar a la oficina.

─Ninguna molestia, pase adelante ─respondió el director muy amablemente─ ¿En qué puedo ayudarle?

─Me he quedado impresionada con ésta pequeña, y quisiera saber si es posible que sea adelantada ─sugirió ella.

El director se queda meditando por un momento mientras mira fijamente a Sameera con mala cara─ Dejame pensarlo... una pregunta niña ¿Eres musulmana? ─preguntó con mirada penetrante.

─Es complicado señor ─respondió rascándose la nuca─ Mi papá lo es, y mi mamá es hindú... así que digamos que soy de las dos.

─Ok ─pone los ojos en blanco─ Bueno niña, espero que no me hagas perder el tiempo.

Después de que el director le hiciera varias preguntas para su adelanto, el director buscaba cualquier error para negarselo, ya que éste odiaba a los indios. Pero sin embargo la pequeña era muy lista y acertaba en todas, hasta que Amber se asomó por la ventana de atrás, impidiendo a Sameera concentrarse.

─¿Qué haces aquí?... ¡Fuera! ─exclamó Sameera tratando de ahuyentar a Amber de la ventana.

─¿Qué ocurre? ─preguntó el director.

─Se lo digo a ella ¿La ve? ─dijo Sameera señalando hacia la ventana, donde Amber inmediatamente se esconde retirándose de la vista del director.

─¿Quien? ─preguntó nuevamente.

─Está bien, creo que sólo era una visión... ¿Podemos seguir con las preguntas?

─Pues... me temo que me has hecho perder 30 segundos de mi tiempo, creo que seguirás en el nivel que estás ─dijo con descaro.

─¿Qué?, pero... 

─No se diga más, puede volver a su salón de clases ─dijo sacando un enorme papeleo.

─Si señor ─respondió Sameera sin mucho afán.

─No te sientas mal, ninguno ha podido lidiar con él ─dijo Carmen al oído de la niña mientras pone la mano en su hombro.

«Es mi primer día de escuela y me gané un dolor de cabeza» pensó Sameera.