Sasori observó el mensaje que recientemente mandó Karin, confirmando que la dosis diaria era suministrada correctamente, y que hasta ahora nada se sospechaba desde adentro. Todo gracias a que el psiquiatra a cargo de la Hyüga era Kabuto, uno de los médicos más sucios con los cuales se había topado en su vida, y vaya que se había encontrado con muchos. Y Karin, la perfecta mujer que movería las manos por algo de dinero fácil.
Su mirada se fijó en el vacío de la habitación, pensando en la jovencita que probablemente estaba perdida en sus pensamientos, y es que si tenía suerte saldría viva. Todo dependía de qué orden diera Sakura sobre ella, o tal vez, moriría de una sobredosis. Y aunque fue uno de los mejores coños en los cuales estuvo, no valía la pena. Frío, así era él.Se tumbó en la colcha y observó como Sakura ingresaba a la habitación, cambiándose delante de él sin pudor alguno. Sonrió de lado al ver que era hora de darle mimos a la mujer que lo tenía en la palma de su mano. Sintió el colchón hundirse a su lado y la abrazó, acariciando sus hebras rosadas a su gusto. Las fosas nasales se inundaron del dulce perfume, durmiéndose con ella.
Flash Back:
El iris café se posó sobre los verdes al verla salir desnuda del baño, paseándose por la habitación como si nada pasara dentro de ella. Sasori sintió como el calor inundó su ser, estando sentado en el colchón mientras Sakura se agachaba a abrir uno de los cajones para sacar alguna braga. ¿Qué demonios tenía en la cabeza la niñata? ¿Qué no se daba cuenta que lo ponía a vibrar a mil?
—No andes por ahí desnuda como si nada —frunció el ceño y la sujetó de la muñeca, jalándola hacia él—. Puede verte cualquier enfermo.
La jovencita de 15 años rio despavoridamente, negando con las manos en el aire.
—Oh Sasori, eso lo hago porque eres tú —comentó con una sonrisa, una sonrisa que se borró al sentir como los dedos masculinos se deslizaron por su columna vertebral, causando una extraña sensación en su vientre bajo.
—¿Crees que no siento Sakura? —. Sujetó su mentón y la miró ambivalente— ¿o crees acaso, qué no provocas nada en mí? —la frialdad en su voz no hacía más que dejarla estática, subiendo el ardor a sus mejillas, sintiendo como sus virginales labios eran besados, mientras seguían dibujando en su húmeda espalda por las gotas de agua que resbalaban de su cabello.
Sasori desde ese día creyó que Sakura sería suya, pero no contaba con que él terminara siendo de ella.
Fin del flash back.
Sasori abrió los ojos y se encontró solo en la habitación, causando una extraña sensación en su pecho, la cual conocía bastante bien, porque era un hombre al fin y al cabo, y entendía de sobre manera que aunque Sakura en algún momento estuvo con él no era más que una perra que se entregaba a quien más le hacía vibrar su corazón, porque si hablaran de temas adultos, él podría asegurar que la hizo pasar los mejores orgasmos de su vida, además de ser el primero entre sus piernas. Pero no, él no se lo diría jamás, y probablemente moriría con eso, porque le tenía un cariño del diablo. Y No se atrevería a entregarla a la policía tampoco, al menos no él, pero alguien en algún momento lo haría, pues él no era tan ciego como pensaban.
♥♥♥♥♥♥
Sakura observó los papeles frente a ella, levantando una ceja al no entender qué diablos hacía la foto de Naruto frente a ella. Hidan sonrió de lado y cogió la información que Pein estaba brindándoles, mirando de reojo a Sakura. Tenía una expresión que lo hacía excitar tanto, esa expresión de horror que le mostró cuando la penetró una y otra vez sin su consentimiento.

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LIAR [Terminada]
FanfictionEl amor, la obsesión, el desprecio, la humillación, la infidelidad. ¿Qué tanto te pueden dañar? Créditos de la portada a Annette-san.