Naruto parqueó el auto y se bajó de éste, tocando el timbre un par de veces hasta que la puerta se abrió levemente, cruzando sus orbes llenos de vida con unos jade brillantes que reflejaban sorpresa al verlo ahí de pie. Sakura casi y se cae al no esperarlo, cerrándole la puerta en la cara al recordar cómo estaba de desaliñada, hablando desde el otro lado de la puerta para ser escuchada.
—Dame cinco minutos, por favor.
Naruto rio levemente y se recostó en el marco, pues no esperaba verla en pijama con el cabello recogido a la maldita sea. Al pasar el tiempo la madera se volvió a abrir, permitiendo que viera a Sakura peinada, levemente maquillada y con otra pijama. Juzgando por el cabello húmedo acababa de darse una ducha a la velocidad de la luz, porque ni él se había llegado a arreglar tan rápido.
—No tenías que preocuparte por cosas como esta —comentó mostrando sus blanquecinos dientes, siendo invitado a sentarse en el sofá.
—No dejaría que me vieras recién levantada —confesó sentándose a su lado.
Estaba tan nerviosa como adolescente que entra su novio a escondidas de sus padres. Sus pequeñas manos sudaban y su corazón se aceleraba al sentir sus orbes taladrándole la cabeza. Pensó en un momento sobre sus heridas pero estaban realmente mejor a cuando Sasuke las vio, pues no se habían infectado, cicatrizando rápidamente por el doctor que llevó Deidara sin su permiso, al igual que los tratamientos naturales que ocasionalmente le hacía consumir Sasori para su cuidado.
—¿Sabes Sakura? —la mujer tragó pesado ante la ronca voz- no me aguanté las ganas de verte.
Sus mejillas enrojecieron al punto de parecer un fruto rojo; siendo presa de sus sentimientos confesó.
—Yo también deseaba verte...
El Uzumaki la tomó de la mano y la acercó a él sin darle tregua a que lo esquivara. A Sakura le vibró los labios como esperando un segundo paso pero él no lo dio tan rápido, besando su mejilla de a poco, erizándola. Las varoniles manos se posaron en su cintura mientras su respiración se posaba entre la curvatura de su cuello, inhalando su dulce aroma.
—Esta vez no me detendré, Sakura.
Sakura sintió la garganta seca por sus palabras. Él olía tan bien que sentía que en algún momento enloquecería si él no se atrevía a faltarle el respeto como mujer con prontitud, porque lo había extrañado como un maldito demonio. Parpadeó con sus largas pestañas hasta que sintió una sonrisa de lado, quedando congelada al ser tanto el silencio que podría jurar que escuchaba su propio corazón latir con frenesí. Naruto presenció cada movimiento de su cuerpo, procediendo a besar la carne tierna. Sakura mordió su labio inferior ante la sensación que la recorrió.
—No hagas eso Sakura —susurró Naruto mientras mordía nuevamente, y es que oh Dios, ella sentía que en algún momento se derretiría en sus brazos- me gustaría escucharte.
Naruto no perdía de vista el más mínimo movimiento como si de un felino se tratara acorralando un ratón que muere por darle muerte entre sus dientes. Ella era tan adictiva que no sabía cómo mierda aguantó esa semana y media sin verla. Sakura al solo recordar lo que sintió en el único beso que se habían dado se erizaba; fue tan intenso que deseaba recordarlo con ímpetu, pero Naruto no le estaba dando el gusto al hacerla esperar. Su piel nívea reaccionó ante la línea de besos que provisionaba nuevamente el hombre, siendo de intervalo su lengua en algunos puntos específicos. Ella moría, se derretía siendo incapaz de retener un suspiro que causó placer en el Uzumaki. Sakura sabía que si permitía el paso Sasuke la haría mierda sentimentalmente, pero al diablo, ella lo deseaba tanto como cuando conoció a Sasuke y no se iba a cohibir de ello.
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LIAR [Terminada]
FanfictieEl amor, la obsesión, el desprecio, la humillación, la infidelidad. ¿Qué tanto te pueden dañar? Créditos de la portada a Annette-san.