Cuerdas del corazón (SwanQueen)

Capítulo 2

Capítulo 2
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Henry había cumplido su palabra, y el día anterior, antes de reunirse en la cafetería con su esposa e hija. Fue a hablar con su amigo John, para que le pidiera de favor que su sobrino llevara a dar un paseo en su velero a Regina.

Justo por eso, Regina se levantó temprano y se encaminó al muelle. Cora no pudo hacerle compañía, por lo que estaba esperando sola a que apareciera el sobrino de John.

-Disculpe… ¿es usted la hija de Henry Mills?-. Escuchó una voz con marcado acento británico a sus espaldas.

-Tu debes ser el sobrino de John… es un gusto, soy Regina Mills-. Dijo extendiendo la mano para estrechar la suya. Pero el tipo se le quedó mirando con cara de idiota.

¡Genial, otro más!-. Pensó –En la pequeña Swan fue tierno, pero en él ya es frustrante. Espera… ¿acabo de decir que Swan es tierna? Bueno, no importa.

Ya tenia el brazo entumecido te tanto tenerlo extendido, por lo que se aclaró la garganta para llamar la atención.

-Oh lo siento… soy Robin… Robin Locksley-. Dijo al fin estrechando su mano. Pero al parecer ahora no quería soltarla.

-Me devuelves mi mano por favor…

-Lo lamento milady, pero jamás pensé conocerla en persona, es… un sueño.

-Entiendo-. Dijo con una pequeña sonrisa forzada –Bueno… ¿daremos es paseo?

-¡Claro!, por aquí-. Dijo guiándola hasta la embarcación.

-Wow… muy impresionante-. Dijo ella sinceramente.

-Gracias. Fue el último regalo de mis padres antes de morir.

-Lo lamento.

-Tranquila, eso fue hace mucho… bien, ¡vámonos!-. Dijo soltando la cuerda que afirmaba el velero al muelle.

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El paseo fue genial, Regina adoraba salir al mar. Y Robin fue muy agradable y divertido después de su primera impresión de él. Hablaron de muchas cosas, congeniaron bastante bien.

Luego del paseo, Robin la invitó a almorzar, viendo que aún era temprano y que moría de hambre, la morena accedió.

-¿Y no se enoja contigo por no decirle tío?-. Preguntó la morena divertida.

-No. Lo he llamado toda mi vida “pequeño John”, cuando yo era un niño él decía que llamarlo “tío” lo hacia parecer más viejo y menos cool con las chicas-. Respondió el castaño haciendo reír otra vez a Regina.

-Me gusta la relación que tienen.

-Es el mejor tío que he podido  tener… cuido de mí, como si fuera su hijo cuando quedé huérfano.

-Deberían existir más personas así en el mundo-. Dijo ella, mirando de reojo el reloj  –¡Oh Dios! ¡Se me ha hecho tarde! Debo volver a casa-. Poniéndose de pie rápidamente, cogió sus cosas.

-Deja que te lleve en mi coche, llegarás más rápido-. Dijo sacando su billetera y pagando.

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Cora se encontraba en la cocina, preparando jugo de manzanas, aprovechando que el árbol daba mucho del fruto. Cuando escuchó el timbre. Miró al reloj de pared.

Las 15:00 hrs. Seguro era Emma. Regina le había dicho que llegaría a esa hora para las clases de matemáticas. Pero… ¿donde estaba Regina?

-Hola Emma.