Capítulo 9

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Las decisiones rápidas son decisiones inseguras – Sófocles

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El beso la tenía abrumada. Jamás había sentido unos labios tan suaves como los de la rubia. En cuanto Emma, respondió el beso, su estomago se revolvió maravillosamente como nunca antes. Se sentía como una niña con su primer beso.

Recordó vagamente que nunca se sintió a si la primera vez que besó. No como todos los libros y canciones de amor contaban. Pero besando ahora a Emma, se sentía flotando en una nube... en una dulce y maravillosa nube.

Separando sus labios, soltó un suspiró juntando sus frentes y con los ojos aún cerrados, aspiró el perfume de la más joven con una sonrisa en los labios.

-Lamento no habértelo dicho ese día. Me dejaste sorprendida y no pude reaccionar hasta que ya te habías ido-. Dijo separándose y mirándola.

-Regina...

-Sé que te hice sentir mal. Lo siento mucho yo... aunque no lo creas me cuesta mucho demostrar mis sentimientos... A menos que sea cantando-. Reveló con una sonrisa nerviosa.

-Sí, me sentí ridícula... pero ahora ya no. Y... me temo que no puedo aceptar tus sentimientos-. Dijo soltando sus manos.

-¿Qué?-. El corazón de la morena ahora corría a mil por hora y no por la misma razón de hace un momento.

-No puedo estar contigo cuando sigues amando a mi hermano. No quiero estar como David, cuando tú te vayas una vez que te des cuenta que esto no es lo que quieres. Y Daniel es un fantasma demasiado grande.

-Eso no es cierto, Emma...

-No hace ni dos días que estabas llorando por su ausencia Regina-. La interrumpió levantando un poco la voz. –No quiero esto... por favor vete.

-Emma... -. Su voz comenzó a temblar.

-Es mejor dejarlo aquí, que llegar a un punto de no retorno-. Dijo la rubia derramando algunas lágrimas –Tú no me amas... te darás cuenta de eso pronto.

-Sí lo hago... y te lo voy a demostrar-. Dijo Regina, con gran determinación, limpiándose las lágrimas –Solo espera-. Salió de la habitación, mientras la rubia lloraba silenciosamente.

Salió de la casa, subiéndose a la moto con rumbo desconocido. Necesitaba alejarse por un momento. No ver, ni hablar con nadie.

Con eso en mente, tomó dirección hacia el bosque... la naturaleza siempre relajaba su mente.

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-Emma...

-No quiero hablar ahora abue...

-¡Ah... no!. A mi me respondes-. Dijo tajante –¿Porqué rechazaste a Regina?

-Por que...-. Sorbió limpiándose las lágrimas –Necesito saber si le gusto por ser yo y no por ser el recuerdo de Dany-. Miró a su abuela haciendo un puchero.

-Ay mi niña-. Se sentó junto a ella en la cama, abrazándola –Yo ya lo tengo muy claro. Pero si esto te hace sentir segura, entonces tienes mi apoyo.

-Gracias abue

-Pero te digo... Si de verdad le gustas a Regina, ella no se va a rendir. A mi me dejó bien claro que no te quería como una más en su lista, y yo le creo.

-¿Será cierto?

-Cariño. ¿Creí que sabias cuando la gente mentía?

-Sí... pero tengo miedo.

Cuerdas del corazón (SwanQueen)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora