I'm feeling lucky tonight

3K 97 6
                                    


Lo único que recuerdo de aquella noche es estar yendo con Agoney hacia una discoteca a la cual él no dejaba de repetir que quería ir desde que pisó por la mañana Madrid.

Agoney es mi mejor amigo de toda la vida y como yo me vine hace unos años a Madrid con Jadel, él me ha estado echando mucho de menos. Y yo por igual, eh. Hace unos meses me informó de que había comprado los billetes de avión ya que yo no podía ir a Canarias. Me puse tan feliz... Estuvimos toda esa mañana de pesados, que si abrazos, que si algunas lagrimillas, que si "te había echado tanto de menos"...

-¿Todo bien con Jadel por aquí?— Preguntó Ago, agarrándome de las manos.

-Bueno, ya sabes cómo es...—

-¿Egocentrico y egoísta? Pues claro que lo sé, pero quitando todo eso, ¿todo bien?— Dijo mientras bebía un sorbo de su café.

-Ay, sí... de verdad Ago, Jadel tiene malas cosas pero también muchísimas buenas.— Le dije sonriéndole, no me gustaba para nada que las dos personas más importantes de mi vida no se llevaran bien.

-Bella, lo soporto porque es tu novio y ya sabes que intento tragarlo pero es tan molesto...— Puse los ojos en blanco.—Vale, perdóname. Pasemos del tema Jadel.— Sí, sería mucho mejor.

Seguimos hablando de cómo nos había ido todo y enseguida se acercó la hora de comer. Quise llevarle a algún restaurante pero se negó rotundamente y acepte a pedir comida a domicilio. El tiempo con Agoney pasaba volando, era como un hermano para mí.

-Ana, ¿como vas? 14:30

-Bien. Feliz de estar con Ago.14:31

-¿y no me echas ni un poquito
de menos? 14:31

-Jad, no empieces. Has sido tú           
                      quien quería irse. 14:33

-Paso, Ana. 14:33

-Ya está dando problemas el idiota de tu novio, ¿verdad?— Agoney me pilló con el móvil.

-No, tranquilo. Era mi madre.— Evidentemente no me creyó porque después de eso estuve de morros toda la tarde.

De verdad que no los entendía a ninguno de los dos. ¿Tan difícil era que se llevaran bien? Vamos, Ago es un cielo aunque demasiado directo y Jadel... bueno, Jadel es especial, pero es un buen chico también. El caso es que yo salía perjudicada porque el tema me ponía realmente triste. Se me quitaron las ganas de comer y de estar haciendo la idiota todo el tiempo. En fin, parece que Jadel siempre sabe como arruinarme un buen momento. A mi tampoco es que me guste ir con sus amigos pero igual voy, solo porque sé que a él le hace ilusión.

-Anita, alégrame la cara, nos vamos de fiesta está noche.— Dijo Agoney abrazándome de golpe y no pude evitar soltar una sonrisita.

-Ago, ¿pero que dices? No avise a Jadel...—

-Jadel se puede ir a tomar por culo, tú y yo nos vamos a montar la fiesta de nuestra vida.—

Y bueno, dos horas después estábamos camino de la discoteca gay a la que quería ir. Sí, gay. Que, a ver, yo no lo soy pero por un amigo hago lo que sea. Me haría muy feliz ver a Agoney pillando cacho en Madrid, sería hasta gracioso. Según él me había dicho que conocía a no sé quién de la discoteca y entraríamos gratis, al fin y al cabo... Algo es algo, ¿no? Tenía ganas de pasar un rato bailando con Ago, es que hacía siglos que no me iba de fiesta sin Jadel. En fin, llegamos a Gran Vía y por el camino hacia la discoteca, a mi querido amigo se le ocurrió que podríamos tomarnos unos chupitos de whiskey porque necesitaba entrar a mear urgente. Ahí fue cuando yo ya empiezo a recordarlo todo un poco mal, de todas formas sé que llegamos a nuestro destino y Agoney no dejaba de llamar por el teléfono a alguien.

-Vamos, estamos esperando a que salgas por nosotros, chica.— Dijo Agoney algo alterado.

¿También habría mujeres? Oh, ya lo creo que sí. Minutos después de eso vi a una mujer acercarse a nosotros. Wow. Era un poquito más alta que yo y rubia, era muy atractiva para que engañarnos.

-Perdona, Ago. Estaba trabajando y he salido lo más rápido que he podido.— Dijo la chica dándole un abrazo a Agoney.

-Te pesa el culo, Mimi.—

Me quedé callada mirándola durante unos segundos. Yo creo que ninguna de las dos sabíamos cómo reaccionar así que me presenté de golpe.

-Bueno, yo soy Ana, amiga de Ago.— Ella me sonrió y asintió.

-Ya, él me habló de ti, yo soy Mimi, encantada.— Le devolví la sonrisa.

Entramos al local y creo que todo comenzó a ponerse cada vez más turbio. Al principio estuve bailando con Agoney pero llegó un momento en que lo perdí y me acerqué a la barra. Estaba esa chica, Mimi, poniendo copas. Al principio, no se dio cuenta de mi presencia pero eso no duró mucho.

-Supongo que Agoney te ha dejado sola.— Dijo elevando la voz y sonriéndome.

-No te equivocas.—

-Bueno, debe de estar bailando por ahí, aquí estarás bien.— Me estaba empezando a poner algo nerviosa, ella no dejaba de mirarme.

-Sí, bueno... no tengo nada mejor que hacer. Por cierto, ¿de que conoces a mi amigo?— Ella comenzó a reírse como si le hubiera contado un chiste, en fin, no entendí.

-Bueno, soy bailarina y fui a Canarias con mi grupo de baile. Por la noche, en una discoteca, Agoney estaba por ahí y se puso a perrear conmigo, desde entonces somos muy amigos.—

Después de eso, comencé a beber un poquito de más y ella siguió preparando las bebidas. Más de una vez me pilló mirándola, que corte. Recuerdo pensar que era muy risueña, y bueno... también muy guapa.

-¡MIMI, SAL DE AHÍ, VAMOS A BAILAR!— De repente vi como Agoney se acercaba de golpe y aunque Mimi se resistió al principio, no tardó en caer en su plan.

Me quede en la barra mirándolos y riéndome, Agoney iba hasta el culo. Mimi se movía muy bien, normal que fuera bailarina, Dios. Justo cuando empecé a pensar en Jadel, una mano se hizo con mi muñeca y tiró de mí.

-Tú también bailas.— La voz de Mimi hizo que mis huesos temblaran por un momento.

-No, no... de verdad que no. Por Dios, que vergüenza.—

-¡ANA, MENEA ESE CUERPO!— Ahora era Agoney el que me había agarrado y no dejaba de zarandearme.

Por el rabillo de mi ojo pude ver como Mimi no dejaba de reírse, vaya, que maja. Al final, hasta yo acabe riéndome. Cuando me vine a dar cuenta, Agoney había vuelto a desaparecer y sentí el impulso de volver a la barra con Mimi.

-Creo que debería enseñarte a bailar.— Se acercó pasándome un vaso el cual me lo bebí de golpe.

-Algún día, quizás.— Otra vez esa sonrisa, que linda.

Creo que seguimos hablando por un rato, pero de repente sonó Beyoncé y pareció que se vino arriba. Saltó la barra y me susurró algo, no lo recuerdo bien. Solo sé que me encontraba en medio de la pista con Mimi agarrándome la cintura y medio local estaba chillando con la canción de la mismísima reina Beyoncé.

-¿Sabes no ser un poste?— Me preguntó de golpe.

-Joder, Mimi, no me hundas más.— Le dije mientras me agarró una mano para darme una vuelta. Yo creo que podríamos ser buenas amigas.

-A tu favor, voy a decir que eres muy guapa y que sé que cantas fenomenal, Ago presume muy bien de ti. — Me puse muy roja, al menos creo que así lo sentí, podía sentir el calor en mis mejillas.

-Tú también eres muy guapa.— No sé por qué dije eso, pero lo hice.

Seguimos allí por un rato, bailando y sé que sentí su boca cerca de mi cuello pero tampoco me alarmé. Quizás hacia mucho que no salía de fiesta, ¿no? Es decir, forma parte del salir de fiesta pero no hay nada de malo en ello. Yo solo sé que me mantenía muy pegada a ella.

Y ahora os digo, acabo de abrir los ojos y estoy en su cama.

Creo eso de ser buenas amigas...

Procuro OlvidarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora