Bored.

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La luz azul neón del bus me molestaba en parte, casi todos estaban durmiendo y yo tenía al lado a Aitana que no quiso dejarme con nadie más en el bus para que no me comieran a preguntas. Ella estaba en la ventanilla y dormía desde hacía ya una media hora. Un poco más delante mío estaba Mimi, sentada en el asiento que daba al pasillo. La notaba agitada, ella tampoco podía dormir. Quise acercarme y disculparme, no había sido el sitio y quizás tampoco las formas pero ya para qué. Su pie no dejaba de golpear el suelo y de vez en cuando tocaba su pelo. Yo no dejaba de mirarla, en fin... Mi teléfono estaba apagado, no quería saber nada de nadie y además llevaba a la gente que necesitaba en aquel bus aunque a veces me miraban demasiado por no acabar de entender que pasaba.

Yo seguí dándole vueltas a la cabeza cundo de repente Mimi se giró a la velocidad de la luz y nuestros ojos entraron en un choque tremendo. Igual fueron cinco segundos pero a mí aquello se me hizo eterno. Sus ojos estaban tan tristes (seguramente por mi culpa) que no me lo perdonaría en mucho tiempo. Aparté la vista rápidamente y pude notar como ella aun seguía mirándome, yo solo miré a través de la ventana.

La primera parada fue Barcelona, después iríamos hacia Galicia, también iríamos a Valencia, Cádiz, Sevilla, Murcia... en fin, muchos sitios pero acabando en Madrid de nuevo.

Teníamos como tres días para ensayar en el escenario, que lo montarán todo bien, ensayar posiciones, dar últimos retoques vamos... Yo estuve muy ausente en todo, cuando cantaba mis canciones Noemi me pedía un poco más de fuerza pero, ¿de donde coño la saco? Me salté el ensayo de la canción de Havana hasta que no tuve más remedio porque si no todo el mundo acabaría comiéndome y echándome la bronca.

Me quedé detrás del escenario y empecé a jugar con mis manos. No veía a Mimi, quizás se habría rajado ahora ella. Agoney pasaba por ahí y me lanzó un beso, desapareciendo.

-Ana Banana, ¿lista?— Acarició mi cintura y se colocó a mi lado.

-No mucho.— Dije en voz baja, mirándola.

-Solo actúa, se te da bien.— Pensaba que había tirado las armas pero Mimi iba más cargada que nunca.

Ese comentario me hizo daño pero me lo merecía, la música empezó a sonar y tuve que salir al escenario, y todo iba genial hasta que tenía que empezar a compartir miradas con la rubia y acercarme a ella porque se acercaba la parte del baile. Yo intenté no desmontarme mucho pero cuando ella me sujetó por la cintura pedí que todo parara.

-Quiero cambiar de bailarín.— Dije sin pensármelo mucho.

-¿Tú piensas, Ana? A un puto día del concierto vas a caminar de bailarín...— Dijo Noemi agarrándose la cabeza.

-No es el primer feo que me hace.— Oí a Mimi detrás de mi.

-Ana, igual yo puedo intentarlo.— Dijo Vicki, la encargada del grupo de baile.

Vi como Vicki y Noemi empezaban a cuchichear, Mimi empezaba a ponerse nerviosa y seguro que me estaba matando con la mirada. Empecé a mirar a todos los lados del escenario buscando respuestas, ¿por que me comportaba como una cría? Fuera como fuese, Noemi dijo que tenía que hablar conmigo.

-Mira, no sé qué rollo te traes con Mimi pero estáis las dos insoportables y quiero que sepas que esto es tu trabajo, sé que voy a sonar como una borde y estupida pero tienes que dejar los problemas a un lado, en el escenario no ponéis en bandeja vuestros problemas, actuáis y solo eso, ¿entiendes?— Yo asentí, tenia toda la razón del mundo.

Volví al escenario y le pedí disculpas a una Mimi que solo me hizo oídos sordos. La verdad que la actuación salió a la perfección, igual sí que nos compenetrábamos bien pero yo estuve muy nerviosa durante el proceso. Una vez acabamos y la directora nos dio el visto bueno, vi como Mimi salió disparada de allí. Me sentí algo mal, es que no dejaba de cagarla pero bueno, que mas daba eso ahora.

En la hora de comer todos estábamos un poco dispersos y nos apiñábamos por grupos. Me senté con Aitana, Amaia, Roi, Cepeda y Alfred.

-Buah, está yendo todo genial eh.— Dijo Amaia con la boca llena de comida.

-Claro, lo dices tú que parece que eres una puta diosa y te sale todo perfecto.— Dijo Aitana metiéndole un codazo.

-No te quedas atrás, la verdad.— Dijo Cepeda refiriéndose a Aitana.

-Luis, por favor...— Aitana sonó cortante y yo pensé que pobrecito.

-¿Tú qué?— Preguntó Roi.

-Bien, supongo.— Miré a mi plato mientras jugaba con la comida.

-No sonaste muy convencida.— Dijo Alfred.

Noté como Amaia le daba un golpe debajo de la mesa ya que él pegó un pequeño brinco y, juro por Dios que me habría descojonando pero no estaba para nada de ánimos. Se hizo el silencio en nuestra mesa y podía notar que todos estaban bastante incómodos.

-Mimi tía, que guapa, es que buah.— Dijo de repente Amaia, haciendo levantar mi vista.

-Gracias, cariño. Es una de los trajes que tengo que llevar, ya sabes, no paro de ensayar.— Yo no sé pero parecía que las bragas de Amaia habían volado, y las mías también la verdad.

Después de eso me senté con Alfred en el sofá, el llevaba la guitarra y me dijo que cantara alguna canción. No sé, pensé en Volver. Él no puso ningún "pero". Mientras estaba cantando apareció Mimi y se quedó cuchicheando con Amaia y yo quería creer que no me estaba escuchando cantar pero parecía más pendiente de mi voz que de su conversación con la chica. Daba igual, todo parecía haber acabado.

Procuro OlvidarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora