Procuro Olvidarte

Can I be him?

Pasaron los días y yo solo veía a Mimi cuando iba a la academia. Nos mirábamos de vez en cuando y le dedicaba alguna que otra sonrisa tímida. Apenas hablábamos y no sacamos el tema de nosotras dos en ningún momento y lo prefería así. Agoney estaba de aquí para allá conociendo a la gente y sobre todo lo vi muy pegado a Raoul, quién sabe. Mi voz había mejorado un poco con el paso de los días y emocionalmente me encontraba mejor ya que dejé de darle tantas vueltas a las cosas y solo me limité a hacer bien mi trabajo. Jadel me había llamado unas cuantas veces pero le dije que esperara a que Agoney volviera a Canarias, que ahora mismo me apetecía disfrutar de él. Me apenaba la idea de que se marchara en un día pero aún me quedaban horas para disfrutarlo.

-Anaaaa, ¿has visto el grupo de WhatsApp?— Dijo Amaia apareciendo de golpe detrás de mí.

-Umm... no, ¿qué pasó?—

-Mmm, la chica nueva, ¿Mimi?— Asentí.- Bueno ella quiere hacerle una fiesta de despedida a Agoney en su casa esta noche y nos ha invitado a algunos del grupo.— Le sonreí.

-Ay, que bien. Seguro que le hace mucha ilusión.—

-Sí, ¿tú irás?— Me preguntó curiosa.

-Pues claro, tenemos que despedirnos de él.— Amaia me sonrío y después me dio un abrazo de despedida y se marchó de la mano de Alfred.

Cogí mi teléfono para ver eso del grupo que me había comentado mi compañera y contesté que yo me apuntaba también. A los cinco minutos escuché como sonaba y lo desbloqueé, Mimi me había contestado con un: "genial, que ganas tengo♥️". Fuera como fuese, cogí mis cosas para salir de la academia, Ago había vuelto a mi casa y estaba echándose una siesta allí. Justo cuando abrí la puerta, Mimi me agarró del brazo, era inconfundible su tacto.

- Ana Banana, ¿traes tú a Ago?— Me miró con una sonrisa de lado a lado.

-Claro, si está en mi casa.—

-Perfecto, solo era eso.— Ambas nos quedábamos en silencio y todo se volvió algo incómodo. Solo nos mirábamos.

-Mmm... esto... ¿nos vemos luego?— Mimi me asintió y se marchó por su lado.

Fui corriendo a coger mi coche para llegar rápido a casa y que me diera tiempo a prepararme. Realmente estaba pasando el límite de velocidad pero estaba muy ansiosa porque Ago viera todo lo que estábamos preparando para él.

Cogí mis llaves de casa y cuando me paro a meterla en la cerradura escucho una voz grave bastante fuerte. Vaya, parece Jadel. Y entonces comprendí, no es que lo pareciera, es que era Jadel. Cuando entre en casa encontré, posiblemente, la peor situación que querría ver. Agoney estaba en el sofá con el puño rojo y la mejilla morada.

-¿Que cojones ha pasado?— Me tiré corriendo hacia Ago.

-Nada, no ha pasado nada.— Jadel me miró y pude notar que iba borracho.

-Claro, esto se lo hizo el solito, ¿eh? Ago dime que ha pasado.— Agoney siguió en silencio y Jadel solo me miraba. - !Que me digáis, joder!—

-No pasó nada, que Raoul y yo fuimos a un bar cerca de tu academia y nos encontramos con tu novio y amigos suyos.—

-¿Y?— Miré a Jadel.

-Pues que Agoney se buscó que le metieran un puñetazo.— Contestó él.

-Estaban hablando cosas horribles de ti y me metí por medio, tu novio me llamó maricón de mierda y a su amigo le pareció razón suficiente para darme un puñetazo.—

-¿Esto es en serio, Jadel?— Le apunté con el dedo.

-Amor, estaba un poco borracho y yo, no sé sabes que estamos mal y tú estás en la academia con esa chica y yo...—