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Después de aquel desagradable episodio en el baño algunos días atrás, Jimin había tomado una determinación: iba a olvidar a Hoseok. Se había prometido a sí mismo esforzarse de verdad para conseguir quitárselo de la cabeza. Jungkook y Taehyung se habían preocupado cuando, al día siguiente de lo sucedido, el rubio les contó todo lo acontecido en el baño aquella noche, aunque los dos se mostraron alegres cuando Jimin les dijo que estaba dispuesto a intentar olvidarse de Hoseok en serio. Los dos le brindaron palabras de apoyo y abrazos para que se sintiera algo mejor, recordándole que siempre les tendría a ellos. A Jimin no se le escapó la expresión de decepción de Taehyung mientras relataba toda la historia, y se sintió mal por, tal vez, destruir las esperanzas de su amigo tan de golpe, pero también pensó que quizás sería mejor así.

Los primeros días que pasaron en el campamento después de aquello, Jimin empezó a temer que Hoseok fuera por allí a visitar a Seokjin, pero se tranquilizó un poco cuando los días fueron pasando y Hoseok no apareció. Si al llegar allí había querido verle, ahora pensaba que no sería capaz de soportar la idea de cruzarse con él, al menos no allí ni en aquel momento.

Jimin había decidido intentar olvidarse de él durante todo el campamento, y lo había conseguido con bastante éxito. Aunque a veces le era inevitable recordarle porque había ciertos lugares en los que su mente había creado recuerdos que parecían imborrables, la verdad era que cuando llegaron al penúltimo día de campamento podía asegurar que incluso se lo había pasado bien. Había compartido muchas cosas con Taehyung y Jungkook, había conocido a gente nueva, había aprendido cosas y había entrenado como nunca para preparar su prueba de acceso final en sus ratos libres.

Si algo tenía claro es que iba a conseguir entrar en aquella Escuela, no le importaba nada más. Sus sueños estaban por encima de sus problemas. No iba a dejar que nada le paralizase. La idea de encontrarse con Hoseok cuando fuera a la Escuela había cruzado su mente un par de veces y el estómago le había dado un vuelco, pero él no iba a dejar que el miedo a algo que ni siquiera estaba seguro si iba a pasar frenase sus deseos de convertirse en lo que llevaba años soñando. Seguiría esforzándose hasta el final.

Aquella noche, sus compañeros del campamento habían propuesto hacer una pequeña fiesta de despedida, con el consentimiento de los responsables, quienes finalmente habían aceptado, bajo la condición de que también les dejasen unirse a la celebración. Jimin había querido negarse, pero Taehyung y Jungkook le hicieron prometer que iría porque tenía que esforzarse por pasárselo bien hasta el final del campamento, tal como les había prometido, así que finalmente no le quedó más remedio que resignarse a asistir a aquella fiesta, aunque en el fondo no tuviera ganas de celebrar nada.

Al terminar las últimas actividades, todo el mundo se retiró a preparar sus maletas, ya que al día siguiente sólo tendrían una pequeña reunión para despedirse de todo el mundo a media mañana y luego volver cada uno a su casa. Cuando después de cenar, ducharse y medio arreglarse para la fiesta, Jimin se encaminó a la orilla lago, donde finalmente se había decidido llevar a cabo aquella celebración, una sonrisa se dibujó sin querer en su cara al sentir ya de lejos el ambiente festivo que desprendía el lugar. Quizás podría llegar a pasarlo bien aquella noche. Cuando llegó, pudo ver a gente bailando y cantando, alzando las copas, y se acercó a la barra de bar improvisada (una mesa plegable llena de botellas, cosas para picar y vasos) para servirse un vaso de cerveza. Estaba a punto de empezar a servirse cuando de repente alguien le quitó la botella de las manos. Se giró con expresión enfadada y suavizó su mirada asesina al encontrarse con la amable sonrisa de Seokjin.

—Los bebés no deberían beber estas cosas.

Jimin sonrió con burla.

La verdad era que le hubiera gustado odiar a Seokjin con toda su alma, porque entonces todo hubiera sido más fácil, pero al pasar días con él allí, le había resultado imposible desarrollar un sentimiento de odio por alguien que parecía desprender amor y amabilidad con cada palabra, cada sonrisa y cada mirada. Y si él no hubiera podido apreciarlo por sí mismo, estaba seguro de que Taehyung se habría encargado de hacerle ver que Seokjin no era malo y que no tenía la culpa de nada. Y tampoco hubiera podido negarle eso.

Step by Step (Hopemin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora