#4 A unos pasos

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Los rayos de sol entraban por la ventana. Lentamente me puse de pie y fui por mi mochila. Tomé de ella mi botella de agua, bebí algunos tragos y la devolví a su lugar. Me asome al jardín en donde comprobé que la infraestructura había resistido a la perfección la horda de zombis del día anterior. Los vasos de cristal que había puesto en la puerta seguían en su lugar. Me dolía un poco la cabeza debido a la resaca que me produjo nuestro "juego". Me dispuse a despertar a Jhacky quien seguro estaría peor que yo con la resaca. Debía tener el mayor cuidado posible al despertarla (Ya saben cómo se ponen las mujeres si las despiertas) y definitivamente no quería que me apuñalara creyendo que soy uno de esos apestosos de afuera.

Subí las escaleras al segundo piso como si tuviera todo el tiempo del mundo. Me acerqué a la habitación y toqué lo suficientemente fuerte para que ella me escuchara. No hubo respuesta. "Bueno, ¿quien se despertaría temprano con una resaca como esta?". Abrí la puerta y entre a la habitación. Jhacky se encontraba en la cama hecha un nudo con las sabanas, seguro es la primera vez que duerme así desde que empezó todo esto. Me acerqué a ella y la examiné con la vista de arriba abajo. Pasé mi mirada desde su cabello castaño, a sus largas pestañas, a sus labios "Dios, desearía besarla", y sin darme cuenta mi vista se dirigió más abajo. "Parece que no está usando su blusa, ¿Qué otra cosa no estará usando?" De pronto ella se movió como percibiendo la presencia de alguien y abrió los ojos:

-Buenos días-dijo sonriendo tiernamente- ¿Buscas algo?

¡Mierda! ¡Oh mierda! ¡¿Se despertó?! ¿Se habrá dado cuenta que la veía como idiota?

-¡¿Qué?! - sentí como se me subía el rubor a las mejillas- N...No. Nada. Creo que después de que comas algo podremos partir.

-Bien. Bajare en un minuto- dijo mientras sonreía abiertamente.

Se sentó en la cama dejándome confirmar que no estaba usando nada más que un sostén negro en la parte superior de su cuerpo. No pude evitar dirigir mi vista hacia esa parte de su anatomía y sorprenderme por lo jodidamente hermosa que eran, ella se sonrojó ligeramente al ver en donde estaba fijada mi mirada, pero inmediatamente volteé la vista hacia la puerta.

-Eh, te veo abajo.

-Jejeje está bien.

Con tantos autos tapando las calles, lo único que podíamos hacer era caminar hasta la escuela tratando de encontrar atajos entre los callejones y evitando ser vistos por los caníbales putrefactos que encontrábamos de vez en cuando.

-Hey, allí hay otro.

-Yo me encargo.

Me acerqué por la espalda al maloliente cadáver y con mi cuchillo le asesté un golpe en la cabeza tan fuerte como pude, haciendo que éste cayera de golpe al piso. Me tomó un par de intentos retirar el cuchillo de su cabeza pero luego de recuperarlo regresé con Jhacky que estaba a unos cinco metros de mí.

-Ya llevo ocho el día de hoy.

-¿Los cuentas?

-Intento romper un record.

-Seguro te ganaría.

-¿Quieres apostar, niña?

-Si yo mato más zombis que tú, harás lo que te ordene en las siguientes veinticuatro horas.

-Hecho-. "¡Esta es mi oportunidad! Una vez gane podré ordenarle que me dé un beso y no podrá hacer nada, bueno un beso y quien sabe..."

Jhacky se acercó a dos de ellos que caminaban hacia nosotros. Pateo a uno de ellos en la parte de atrás de la pierna lo que hizo que este cayera sobre el otro. Jhacky aprovecho que ambos estaban en el suelo para acabarlos de un golpe en la cabeza con su cuchillo. Volteó hacia mí con una mirada divertida que era como si dijera "vas a perder". De pronto un tercer muerto la sujeto de la espalda intentando usar su peso para lanzarla al suelo. Era un muerto aterrador. Tenía la mitad de la piel de la cara colgando del lado derecho, lo que dejaba ver la parte frontal del cráneo que además estaba lleno de gusanos. Éste logró caer sobre Jhacky, pero antes de que este pudiera morderla, disparé. Este dejo de moverse inmediatamente. Corrí lo más rápido que me permitían mis piernas hasta estar con ella. Le quite al cadáver de encima, ella se veía pálida, más de lo normal. Apenas tuvimos tiempo de movernos, cuando nos dimos cuenta que había una horda enorme caminando hacia nosotros.

-¡Corre!

Empezamos a correr en dirección contraria a ellos, lo que nos estaba alejando de nuestro objetivo. Es increíble como las cosas se pueden ir a la mierda en menos de un segundo. Corrimos algunas calles hasta que de pronto sentí un golpe en el pie que me hizo tropezar y caer abruptamente al piso. Uno de ellos me sujetaba la pierna y no encontraba mi Glock en las cercanías. El cadáver mordió la punta de mis Converse pero no logro atravesarlos. Jhacky se encontraba disparándoles para que no se acercaran demasiado a mí, pero era tarde. La horda estaba encima de nosotros. Como pude golpee al cadáver que me sujetaba con mi pierna libre y este me soltó. Me incorporé como pude y alcé la vista. Eran demasiados.

Todo parecía perdido. Iba a morir aquí y ahora y sin poder hacer absolutamente nada para salvarla a ella, la única persona que me importaba en este momento, vi su expresión. Era igual que la mía. Horror total.

Me acerqué a ella y sujeté su mano. Estaba temblando. Nos vimos a los ojos durante unos segundos. Por alguna razón al sentir su piel, perdí la noción de lo que ocurría. Cerró sus ojos. En mi cabeza, como si fuera una película, las imágenes de lo que viví con ella dieron vueltas en mi mente, trataba de pensar únicamente en su sonrisa y en lo mucho que la iba a extrañar. De tener unos minutos más...

Los gruñidos de los cadáveres se escuchaban a unos pasos. "Mierda. Lo único que lamento es no haberle dicho jamás lo que sentía, lo que ella significaba para mí"...

Una lluvia de disparos cayó sobre los cadáveres justo cuando se disponían a devorarnos vivos. Abrí los ojos lentamente. Todos los zombis que estaban hace solo unos momentos frente a nosotros se encontraban tapizando la calle. Un grupo de personas se acerco a nosotros:

-¡Wuuu! ¡Eso estuvo cerca!

-¡Seguro se cagaron en los pantalones!

-¡Mejoré mi puntería!-.

Uno de los tipos del grupo se acercó hasta estar frente a mí.

-Jajajaja, seguro la sintieron cerca ¿verdad?

El tipo que tenía enfrente usaba un sudadero negro, un pañuelo que le cubría la mitad inferior del rostro, pantalones café oscuro y botas militares.

Se quitó el pañuelo que lo cubría. Mis ojos se llenaron de lágrimas.

-¿Estás bien? ¿Oliver?

...


Las Reglas del FinWhere stories live. Discover now