El chocolate tendría que haberle quemado la garganta, pero Ashley bebió sin ningún reparo y sujetó la taza entre las manos, contra su pecho. Tenía unas manos muy bonitas. Delgadas, finas y con uñas cortas. Deseaba sentirlas sobre su cuerpo. La respiración de Harry se volvió irregular mientras la miraba. Pese a la pésima influencia de su madre, Ashley siempre había sido una mujer sensata.
De alguna manera, había logrado guardar la pureza y la inocencia. Era lo que, en términos básicos, se conocía como «una buena chica». Era un raro ejemplar en los tiempos que corrían. A pesar de su cuerpo exuberante y voluptuoso, era una mujer saludable y natural. Ashley dirigió a Harry una mirada directa, algo severa.
-He venido porque eres el único hombre en el que confío, Harry. Tengo un problema.
Harry sintió náuseas al escuchar a Harry.
-¿Quieres casarte con él y esperas que te lo quite de encima?
-¿Casarme? ¿Deshacerte de él? -Ashley no salía de su asombro-. ¿De qué hablas?
-¡Por el amor de Dios, Ashley! Me refiero al tipo que te ha dejado embarazada.
-Harry, soy virgen -aclaró sin dejar de mirar a Harry como a un loco.
-Bueno, diablos, ¿y eso qué tiene que ver? ¿Qué? -un montón de pensamientos cruzados surcaron su mente-. ¡Vaya!
Tardó unos segundos en recuperar el ritmo normal de su pulso. Se pasó la mano por el pelo y se sintió ridículo.
-Perdona, pero tengo la costumbre de exagerar las cosas -masculló.
-Ya me había dado cuenta -dijo Ashley con seriedad.
Sus labios buscaron una tímida sonrisa, pero en sus ojos podía leerse la amenaza de algo que Harry no deseaba oír. Se había anticipado a la noticia y había metido la pata. Se relajó y se recostó sobre la silla.
-¿Qué clase de ayuda necesitas? ¿Quieres trabajar en el estudio? No hay ningún problema. Ya te he dicho que podemos encontrar algo para ti...
-No quiero que me busques un hueco en tu edificio para trabajar - interrumpió y lo miró con sus grandes ojos abiertos-. Quiero que me encuentres un marido.
-¿No vas a decir nada? -preguntó Ashley.
Luchaba para que los nervios no la traicionaran mientras miraba directamente a Harry, que estaba boquiabierto frente a ella. Si bien había albergado muchas dudas antes de dar ese paso, había confiado en que no tendría que ir más lejos. Toda su vida se habría simplificado muchísimo si Harry hubiera cortado de raíz su proposición y le hubiera declarado su amor eterno de una vez. Pero su plan no había obtenido los resultados apetecidos a simple vista.
La actitud de Harry con respecto a un arreglo de ese tipo no auguraba nada bueno para Ashley. Había quemado todas sus naves en un último intento con la esperanza de que Harry no la rechazara de nuevo.
No dejaba de pensar que diez años era mucho tiempo. Los dos habían madurado desde entonces. Ya no era la adolescente impulsiva e ingenua. Conocía a Harry mucho más profundamente y, si quería que el plan resultara, la idea de la seducción tendría que salir de su boca. Desgraciadamente, permanecía quieto con la misma expresión de asombro, incapaz de articular palabra.
-¿Y bien? -insistió ashley-. ¡Di algo!
-No tengo palabras.
-Te agradecería que superases tu incapacidad momentánea lo antes posible.
Ashley buscó en su bolso un cuaderno amarillo y un lápiz. Empezó a escribir, en la parte superior de la hoja, «Futuros Candidatos». Quería darle un poco más de tiempo a Harry para que asimilara sus palabras, y elaborar una lista era una simple excusa. Ashley levantó la mirada y comprobó que Harry la miraba de soslayo.
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Juego de seduccion |hashley|
FanfictionArgumento: Ashley Benson no recordaba un momento de su vida en el que no hubiera estado enamorada de Harry. Por desgracia, él era demasiado testarudo para darse cuenta. Harry la trataba como a una hermana pequeña, y estaba claro que no la veía como...