Juego de seduccion |hashley|

Capitulo 13

Si le gusto pongan Voto o Comenten..Me ayudarion mucho

---------------------------------------------------------------------------------------------------

Leyó en los ojos de Ashley el recuerdo de otro beso, otro reto. Pero sabía que Ashley apenas tenía recuerdos de lo que había ocurrido aquella noche y eso lo consolaba. No quería que aquellos recuerdos empañaran ese momento. Solo se trataba de un beso. Pero se engañaba si creía que se trataba tan solo de un beso. Harry lo sabía y su cuerpo también. Pero no quería que Ashley lo notara. Notaba el latido de su corazón con inusitada fuerza en el fondo de su pecho. Notó también la tirantez en los pantalones. Una oleada de deseo invadió su cuerpo y se quedó paralizado delante de Ashley.

—¿Cuánto tiempo piensas quedarte ahí parado? —preguntó Ashley con la misma expresión de desafío en sus ojos.

—¿Tienes prisa?

—Bueno, no…

Harry aprisionó las manos de Ashley entre las suyas. Muy despacio, deslizó la mano libre debajo de su larga melena hasta entrar en contacto con la nuca húmeda de Ashley. El vello se pegaba a su piel como llamas ardiendo. El pulso acelerado de la sangre creó un tumulto de sonidos sordos en sus oídos. El universo a su alrededor perdió consistencia y tan solo la figura recortada de Ashley permanecía enfocada. Estaba preciosa y era suya.

—Tienes que tomar aire —recordó al comprobar que Ashley había dejado de respirar en el instante en que la había tocado.

—De acuerdo —aceptó y al tomar aire sus pechos rozaron el torso de Harry.

El vestido verde de Ashley no era demasiado atrevido. Harry apenas podía intuir la piel pecosa que precedía la curva de sus pechos bajo la tela. Pero la idea de ese tejido escondiendo los pechos suculentos de Ashley casi le provocaron un infarto. Ashley volvió a tomar aire y él atisbo un segundo su ropa interior. Era el conjunto que había comprado con él la otra tarde. El recuerdo de aquellas prendas tan íntimas y tan minúsculas lo asaltó de improviso. Apretó los dedos sobre la nuca de Ashley y ella inclinó la cara.

Harry bajó la cabeza y tocó con su boca la vena palpitante en la sien de Ashley. Notó la sorpresa de Ashley mientras proseguía el recorrido de sus labios hacia la mejilla. Harry descubrió el intenso sabor de su piel. Calibró cada respuesta de Ashley ante un nuevo contacto. Deslizó la punta de la lengua de forma experimental sobre el párpado de su ojo izquierdo. Ashley murmuró algo incomprensible. Harry repitió la misma secuencia en el otro párpado. La respiración de Ashley se chocaba de forma brusca contra la garganta de Harry. Se estremeció al sentir la mano de Ashley junto a su cintura. Apartó la mano de Ashley y la obligó a dejar el brazo pegado al cuerpo.

—Esa lección llegará… más adelante. De momento, reprime tus instintos.

Harry le continuó donde lo había dejado. La piel de Ashley era increíblemente suave en contacto con sus labios. Podía imaginar el intenso olor de la canela mientras pasaba de una mejilla a la otra, previo paso por la punta de la nariz. Ashley cerró los dedos dentro de su mano. Sus pechos rozaron el torso desnudo de Harry cuando, de forma casi imperceptible, se acercó a él. Harry se separó un poco para no encender la llama de la antorcha en que se había convertido su cuerpo.

—No hagas eso —la regañó Harry, cuya erección recordaba al mástil del velero.

Rozó con sus labios la comisura de la boca de Ashley. Ella emitió una suerte de gemido que nacía de la profundidad de su laringe. Harry reprimió el impulso de tumbar a Ashley sobre la cubierta de madera y aplastarla bajo el peso de su cuerpo. Tenía que mantener la templanza. No quería asustar a Ashley ahora que estaba tan cerca de alcanzar la gloria. Tan solo había tres partes de sus cuerpos en contacto. Los dedos apoyados en la barandilla, la mano de Harry en su nuca y la superficie de su boca sobre sus labios. Pero sintió que todo su organismo estaba sensibilizado hasta el límite. El aliento de Ashley olía como el refresco que acababa de tomar. Era dulzón y burbujeante. Era la medicina que Harry necesitaba para curar todos sus males, pero desafortunadamente estaba a dieta.