El guitarrista de la esquina.

208 6 1
                                    

Camino lentamente hacia un futuro incierto; observo el piso, pues ahora tengo miedo de mirar hacia arriba. He sostenido mi corazón despedazado por largos meses, no he conseguido curarlo por completo, pero sobrevive. Mi alma pesa y me aplasta con rudeza...

  Hoy he oído su canto melodioso, he llegado a sentir sus dulces manos rasgar la guitarra con suavidad, lo miro y sus labios se rozan al compás de la canción, su mirada tan dulce, tiñe mi alma y todo cambia. Él es alto, su piel es tan blanca como nieve, pero sus mejillas están sonrosadas, tiene pestañas alargadas, su cabello es de color bronce, siempre porta una guitarra tras la espalda. Todo el tiempo está en la misma esquina, detrás de aquella ventana; por un segundo su mirada se ha cruzado con la mía...Qué pena.

  El guitarrista con los días ha cambiado mi forma de ver las cosas, su música improvisada absorbe mis pensamientos y crea un nuevo sentimiento dentro de mí. Guitarrista sin nombre, tan cerca, tan lejos: entra en mi mundo.

Poesía, marea y caféDonde viven las historias. Descúbrelo ahora