Capítulo 15.
...
"Todos necesitamos un empujón".
-¡No puedo creer que ella te haya atrapado! -gritó Amélie en mi oído. Mis pasos apresurados hacia la salida para no encontrarme con Fitz eran exagerados. Ella me había devuelto el teléfono luego de pataleos, pero su expresión seguía siendo horrorizada. El iPhone apretujado entre mis dedos agarrotados sudaba junto con mis manos.
-Ojalá que no llame a Amanda -musité con voz temblorosa.
-Pero ella lo sabe, ¿no?
Amanda había sido la única persona que estuvo conmigo cuando encerraron a Harry, y había tenido que contarle absolutamente todo. Sorpresivamente, ella ya lo sabía desde hacía tiempo. Las noticias eran algo milagroso, después de todo.
Asentí. -Sí. Pero Byron no.
-¿Y eso qué? De todos modos, a ti no te importa lo que él piense de ti -se encogió de hombros, y yo me detuve de golpe, colocándome frente a ella. Sus ojos estaban muy abiertos.
-No de mí. Pero sí de mamá -grazné. Mi pulso acelerado descansaba en mi garganta seca, provocándome náuseas. -¿Te das cuenta de lo que pasaría si él se llegase a enterar de que Harry y yo salimos? ¡Huiría de nosotras! ¡Le diría a la policía! O peor aún, dejaría a mamá. Y yo no quiero hacerle eso a ella.
Ella miró hacia otra parte, y se mordió el labio inferior. Tomó aire. -Así que, ¿qué vas a hacer al respecto?
Vacilando, me di la vuelta y seguí caminando. Ella no tardó en igualarse a mi caminata. -No lo sé -admití. -Mientras ella se mantenga callada, todo estará bien.
*****
Me bajé de la motocicleta de Harry en West Park. Había estado algo nerviosa de salir con Harry esa tarde, ya que la profesora Fitz había visto mis mensajes con él, un criminal y ex presidiario, y de seguro que le diría a mi madre y a Byron que yo me estaba viendo con él. Para Amanda no sería una sorpresa, a sabiendas de lo enamorada que yo estaba de Harry, y de que él ya había salido de la cárcel y gozaba ahora mismo de sus veintiún años y su absoluta libertad condicional. Pero Byron, su novio... de seguro saldría corriendo de ahí.
Harry entrelazó los dedos cálidos y larguiruchos de sus manos con los míos. Había cierto nerviosismo en mi caminar, mis piernas temblorosas, mi cuerpo teniendo muchos rebotes. Era como si hubiera bebido toneladas de tazas de café expreso.
-Éste es uno de mis lugares favoritos -dijo Harry, su voz calmada y ronca. -Mi hermana y yo solíamos acampar aquí todo el tiempo.
-El camino es precioso -mascullé, mientras caminábamos más allá del letrero que enumeraba los momentos del uso del camino y un montón de advertencias sobre no tocar las plantas restringidas por un cordón amarillo. -Nunca me permitieron venir aquí antes. Mi mamá estaba segura de que estaba lleno de secuestradores.
-¿Y tú también creías eso? -bromeó.
-Quizá -admití, soltando un pequeño suspiro al final de la palabra.
-Y yo que pensaba que eras fuerte -se rió roncamente por lo bajo. -No te preocupes. Te mantendré a salvo de los grandes secuestradores malos.
Golpeé amistosamente su brazo, y comenzamos a subir una estrecha pendiente rodeada de árboles. Una pareja de edad con un labrador nos pasó en la dirección contraria, y tres ciclistas lanzaron soplos de viento a nuestros rostros cuando pasaron de largo y desaparecieron por la curva. Presté atención a mis pasos, con cuidado de no dejar que mis torpes piernas temblorosas se tropezaran con alguna de las ramas escuálidas que flotaban en el camino lodoso. Estaba aún demasiado nerviosa por lo que había ocurrido hoy en clase de la profesora Fitz, y el pensamiento se mantenía pululando en mi cabeza.
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Regresaste (Lost 2T)
Teen Fiction"Pensé que nunca iba a verte de nuevo. Y no podría pensar en una peor forma de morir."