CAPITULO 7

3.9K 473 35
                                    

Sara había tomado el auto de su hermano para llegar a Perpiñán, a las 10 am tenía la reunión con el inversor inglés, luego, iría a supervisar la nueva sede, la empresa estaba montando oficinas en varios puntos de Francia y el mundo para mayor facilidad tanto de los futuros inversores como de los negociadores, pronto se abriría una nueva en su departamento y ella sería la encargada de la dirección de esta, así que debía estar al pendiente de la construcción, todo debía estar listo para dentro de un mes y es probable que ella no pueda asistir a la inauguración por lo que vendrá uno de sus superiores, no pueden haber errores.

Ese día había decidido ponerse un vestido beige que se ajustaba perfectamente a sus curvas, la capa base tenía un escote strapless con forma corazón y con manga larga, pero por encima tenía una capa de una linda y elegante tela semi transparente con algunas formas estampadas en ella que le daban cierto toque mágico a su atuendo. Por suerte, aun no llegaba el verano, aunque el clima era cálido así que se podía permitir el no usar saco.

Cuando tenía una reunión o negociación importante se vestía tan elegante y hermosa como le fuera posible, la ayudaba a sentirse segura de sí misma, de sus conocimientos, de sus palabras, la hacían sentirse poderosa, convincente, podía lograr lo que sea que se propusiera, así que ese día se esmeró; tenía unos tacones blancos de 10 cm, un bolso de mano del mismo tono de la tela base, se hizo unas ligeras hondas en su cabello que bien podían pasar por naturales y se puso unos aretes pequeños, no podía estar mas conforme con su atuendo.

Aun le faltaba hora y media confundiendo para legar al restaurante donde se haría la reunión cuando su teléfono sonó, tenía puestos sus auriculares así que solo tuvo que oprimir un botón para contestar.

-¿Si? –dijo al tomar la llamada.

-Señorita Boissieu, habla con William Prinsoul –su corazón se aceleró, era el inversor con quien tenía la reunión, por un momento reviso la hora en la pantalla del auto y vio que iba a tiempo, entonces, ¿Por qué la llamaba?

-Señor Prinsoul, ¿Sucede algo? Si mal no recuerdo nuestro encuentro será a las 10 y aún nos quedan casi dos horas –explico ella con la voz tan segura como le fuera posible intentando evitar el temblor de los nervios que le provocaban aquella llamada, por suerte en los últimos años adquirió cierta habilidad para esconder sus sentimientos.

-Sí, no se equivoca, lo que sucede es que tuve un problema con mi avión y no he podido viajar, sigo en Paris, en una hora sale un avión comercial, ya compre mi pasaje, pero como entenderá, no alcanzo a llegar a nuestra reunión, ¿Podríamos posponerlo a la cena? –Sara, a lo lejos, vio un restaurante junto a la carretera así que se acercó y estaciono frente a este, tenía que concentrarse en la conversación que estaba manteniendo y el manejar la desconcentraba.

-Bueno la verdad es que lamentablemente no puedo, en las horas de la tarde tengo una reunión que me es imposible cancelar –argumento, debía viajar de vuelta a la villa a eso de las 3 o no llegaría a casa de Alan a las 6, ya tenía su agenda preparada y muy bien organizada, si se retrasaba no podría llegar.

-¿Y qué le parece el almuerzo? Soy plenamente consciente de que es mi responsabilidad organizar la reunión, soy yo quien está incumpliendo y quería instalarme en el hotel antes de la reunión pero dadas las circunstancias, deme una hora a eso de la una de la tarde en el mismo lugar, el restaurante del hotel, prometo darle todos los minutos que sean necesarios para escuchar su propuesta, yo también estoy muy interesado en negociar con ustedes –ella rápidamente tomo la agenda que tenía sobre la silla del copiloto y la abrió, si adelantaba la revisión de la sede y no tardaba más de una hora con el inversor alcanzaría llegar, solo debía avisar a su nueva secretaria que iría a verla a eso de las 2:30.

Huyendo del amor - CAPITULOS DE MUESTRADonde viven las historias. Descúbrelo ahora