A los 3 días de haberme encontrado con Luna después del instituto, todo transcurría de una manera muy tranquila. Es más, parecía que nada había afectad o nuestra relación de algún modo.
- ...y pues, tenemos que cambiar unas ciertas cosas -me decía.
- Claro, no creo que tenga problema -le respondía.
La última vez que tuve contacto con ella ese día fue aproximadamente a las 10 de la mañana, cuando hablábamos de lo que aparecía en un canal de noticias. No pensaba nada malo, porque sabía que seguro ella tenía cosas que hacer, o algún trabajo del instituto y, por eso no me preocupaba que no me escribiera en todo el día.
Tuve una clase normal en el instituto, donde compartía aula con una compañera llamada Xiomara, a quien conocía desde hacía ya 3 años, en nuestra primera clase del instituto.
- Y, la chica con la que salías, ¿sigues con ella? -preguntó.
- Pues, es algo complicado -respondí- pero creo que se está solucionando de a pocos.
Ese día, tardé más de lo normal en llegar a casa, por el embotellamiento que se había generado en medio de la autopista. Cuando llegué a casa, en mi celular se activó la opción del Wii Inalámbrico, y gracias a eso, se pudo leer algo en mis notificaciones:
"Luna te ha enviado 2 mensajes"
En ese instante, yo imaginaba que era como un saludo o quería que la ayudara con algo, pero sumamente difícil de creer lo que ella me estaba tratando de explicar.
- ...y es por eso que, me veo obligada a no tener una relación contigo. Lo siento.
En ese momento, no podía creer lo que estaba sucediendo. No sabía que pensar, o tratar de no confiar en lo que decía en aquel mensaje, que por desgracia, se perdió a causa de una falla en mi celular.
Muchos se preguntarán ¿Qué decía ese mensaje?
La respuesta es sumamente interesante, y además muy directa. Ella me estaba diciendo que no quería volver a tener una relación conmigo, no porque ella lo quiso así, sino que su familia, y sus amistades más cercanas la estaban "comiendo viva", o en otras palabras, la regañaban por haber regresado conmigo.
- Eso sí que no me lo esperaba -le escribí.
- En verdad, perdón -respondió.
Después de ese incomodo momento que pasé, solo atiné a preguntarle lo único que al menos podía pasar entre nosotros.
-Igual podemos ser amigos, ¿no? -pregunté.
Ella no respondió en ese momento, pero aceptó. Muchas veces comentaba sobre estas situaciones a mis amigos, pero era la primera vez que me pasaba así que, no había remedio.
"Yo conozco ese lugar donde revientan las estrellas"
Esa pequeña frase, se quedaba rondando en mi cabeza por varios minutos. Y entonces se me ocurrió que, ella y yo ya habíamos tenido una muy buena relación de amigos antes, ahora era tiempo de que resurja, pero esta vez poder lograr algo más: Lograr que ella me quiera de nuevo, o lograr que podamos estar juntos.
Nuestra nueva relación amical fue en sí, larga. Llegó un momento en que nos tratábamos de una manera especial, es decir siendo amigos, parecíamos enamorados. Y así, pasaron los días, semanas, y nuestra relación se fortalecía, de a pocos.
Hasta que llegó una fecha en donde, podíamos pasarla súper: el día de San Valentín, o "el día del amor y la amistad". Ella y yo nos pusimos de acuerdo para salir aquel día, para poder pasar unos buenos momentos juntos.
Aquel día lo pasamos en el centro de la ciudad, caminando, bajo las miradas de miles de parejas que salían y se divertían al mismo tiempo que nosotros. Eso sí, a mí se me ocurrió una idea que casi todos han olvidado.
- Como no celebrar el 14 de febrero, con un picnic en el parque -le dije a Luna.
Compramos una gran cantidad de comida, que más que todo era comida chatarra, pero no nos importó. Almorzamos, escuchando hermosas canciones del rock argentino, mientras la gente nos veía y sonreía al vernos felices en ese momento.
- ¿Crees que compramos demasiada comida? -pregunté.
- No lo creo -respondió- aunque después puede que nos de hambre.
Terminando de comer, nos dedicamos a cantar y a ver como ese parque se empezaba a llenar de parejas románticas, mientras nosotros, un par de "amigos" estábamos sentados en el césped, aparentando algo que no estaba pasando.
- ¿Me acompañas al instituto? -preguntó.
- Claro, después voy a mi clase porque hoy hay examen- respondí.
Luego de acompañarla a su clase, me dirigí a mi sede del instituto, para poder rendir mi examen de mitad de ciclo. Fue algo sumamente divertido, el recordar nuestro alocado día, pero en si valió la pena. Llegada la noche, atiné a no escribirle a nadie, ni responder mensajes. Estaba muy cansado, no quería saber nada de nadie en ese momento; hasta que, se me ocurrió escribirle algo a Luna, después del buen día que tuvimos.
- ...y, bueno sabes lo que aun siento por ti, y gracias por pasar este día conmigo. Se te quiere eh.
No fue muy ingenioso, pero la intención de comunicarle mi felicidad era muy fuerte. Tanto así que, hasta pensé que ella podía escribirme lo mismo, pero como suele pasarme, me volví a equivocar.
Luna no respondió aquel mensaje hasta después de una hora, donde dejaba en claro algo.
- ... además, solo somos amigos, ¿recuerdas? -escribió.
En realidad, no me sentí mal por eso, ya que ella al final me explicó algo que supuestamente era cierto.
- Nosotros queremos estar juntos, pero solo somos amigos. O mejor dicho, de cómo nos tratamos, somos amigos con derechos, o solo amigos que se quieren demasiado -escribió.
Eso en sí, me dejó con una pequeña satisfacción, ya que ella dejó en claro que si quería estar conmigo, solo que por otras razones, no podíamos.
En ese preciso instante, apagué mi teléfono para poder dormir. Mi cuerpo se había quedado sin energías, y necesitaba poder recuperarlas; eso sí, antes pensé en lo que había pasado aquel día.
- Entonces, somos casi ex que son amigos y se quieren. Bueno, eso es algo -me decía a mí mismo.
Claro, hubiera preferido otra cosa, pero el término estaba bien usado y explicaba nuestra situación emocional. Además de que, era mejor no apresurar las cosas, ir paso a paso para recuperarla, era mi objetivo; solo atiné a ser feliz, de cualquier manera con ella.
Estaba muy feliz por lo acontecido, y tenía en mente volver a recuperar a Luna, de cualquier manera u otra. Era difícil si, pero no imposible.
"Yo conozco la escalera en espiral hacia la cúpula"
Esa frase resumía perfectamente lo que tenía que hacer, recorrer un camino muy largo, para poder lograr mi objetivo, que era volver a tener una relación con Luna.
Cerré mis ojos, tratando de conciliar el sueño, pero sin antes pronunciar una parte de una canción muy querida por los fans de Soda, la cual me inspiraba para recuperar a Luna:
"Te rescataré, te rescataré"
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Solíamos decir: "Siempre Prófugos"
Novela JuvenilHistoria basada en hechos reales. José, un joven común y corriente, empieza a entrar en un mundo lleno de cosas que pensó nunca iba a experimentar, y que tienen que ver con un solo sentimiento: el amor. Para ello, atraviesa diferentes adversidades...