Había sido un día agotador. Últimamente el trabajo, las cuentas, el alquiler, la presión de mis padres y mi cansino ex me molestaban. Necesitaba relajarme, tomar un descanso de todo y consentirme un rato a mí misma.
Luego de despojarme de mi ropa, me metí a la ducha y me di un baño con agua tibia. Necesitaba relajarme o el estrés iba a matarme. Trabajar en el área de publicidad de una compañía que constantemente necesitaba movimiento y nuevas propuestas, agotaba. Mi trabajo no era tan difícil, el hecho de ser jefa de algunos ineptos era otra cosa.
Pasé con suavidad la esponja con jabón por mi cuerpo. Dibujé círculos sobre mis pechos y bajé por mi cintura. Hacía semanas que no me daba placer a mí misma. Terminé mi ducha y fui directo a mi cajón "secreto". La toalla roja que cubría mi cuerpo cayó al suelo y busqué mi vibrador rosa. Aquel me acompañaba en mis noches más fogosas. Me tiré en la cama, separé mis piernas y encendí aquel aparatito. Lo llevé al nivel uno y estimule mi clítoris. A los pocos segundos sentí el deseo arder mi piel. Mi cuerpo, mi mente y mi alma pedían algo, sexo. Toqué mis pechos con una mano, acariciaba mis pezones rosas, cerré los ojos, mientras con el vibrador me daba placer en tan zona delicada. Abrí mis labios mientras ellos estaban húmedos, introduje varias veces aquel objeto duro. Necesitaba algo, algo grande en mi interior. Meses de abstinencia sexual me tenían al borde.
Me paré de un saltó de la cama. Dejé el vibrador en su sitio y busqué ropa interior sexy. Hasta ahí llegaba la abstinencia. Me coloqué unos jeans negros de cuero, una blusa con tirantes blanca, me calcé botas altas y fui por mi bolso en la sala. Tenía algo en mente. Conseguir dos ardientes chicos y llevarlos a casa. Bajé al garaje y entré en mi auto. Un BMW negro. Conducía a eso de las 12am en una ciudad que muy pocas veces duerme. Estacioné fuera de un costoso bar y fui directo a la barra. Una joven y hermosa mujer en busca de sexo era "presa" fácil. Las victimas serian otros. Esa noche sería exigente. A los 20 minutos un guapo chico se acercó a mí. Alto, moreno y con una mirada gris cautivadora. Charlamos un rato sobre cosas triviales, su nombre era Robert, era abogado de un importante bufete además de ser empresario, lo más importante es que era soltero y estaba dispuesto a pasar una noche distinta. Le propuse la idea de un trio, se negó estuve a punto de rechazarlo y buscar otro, pero algo en él me decía que con sólo su cuerpo y mi exigencias bastaría.
Nos fuimos en su auto, dejé el mío en el parquin del bar. Acepté ir a su casa. Era una mansión muy linda. Con estilo inglés, diseñada para lucir agradable a la vista y segura. Portones enormes y cercado eléctrico. Por segundos dude si meterme a la casa de un desconocido. A la final muchos solían tener fetiches extraños. Dejé las dudas de lado al entrar. Me ofreció un trago de whisky escoces. Me habló un poco de su casa antes de saltar sobre mí y mis labios. Acepté gustosa su lengua en mi boca. Me deleité con sus besos. Dejé el vaso en el mini bar y subí mis piernas alrededor de su cintura.
"Te deseo, Meredith..."Dijo él entre besos.
Llevé mis manos a su cuello y busqué profundidad en sus besos. Él gustoso me llevó hasta el mueble marrón que estaba en la habitación. Desabrochó sus pantalones y pude ver una enorme erección en su boxer.
"Si me deseas, follame." Le sugerí mientras me quitaba la blusa y dejaba al descubierto mis lindos y redondos pechos en un ajustado brasier blanco. Él se quitó la ropa y dejó al descubierto un hermoso y ardiente cuerpo marcado. No tanto como un fisicoculturista, pero si lo suficientemente bueno como para calentarme más.
Se acercó a mí y lo alejé, le dejé en claro que quería quitarme yo solita la ropa. Cuando ambos nos encontrábamos desnudos en la habitación le pedí que se arrodillara y acerqué mi sexo a su boca. Sus maravillosos labios me dieron el sexo oral más excitante que jamás había recibido de mi antigua pareja. Me retorcí sobre mis pies de placer, tomé su cabello entre mis dedos mientras pedía más. Me dejé correr sobre su boca y él bebió hasta la última gota de mí. Con las piernas aún temblorosas por tal orgasmo, lo hice sentarse sobre el mueble y me subí sobre él. Me preguntó si tomaba la píldora o si prefería que él se colocara un condón.
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Cautiva En Sus Brazos +18
Mystery / ThrillerMeredith es una joven que tras una ruptura fatídica dice dejar todo su pasado atrás, con ello consigue enterrar al fantasma de su ex muy profundo en su mente, sin embargo, lo que no tiene previsto es que caerá en las sensuales garras de su captor, R...