Dos semanas después del nacimiento del pequeño Liam James, ya nos encontrábamos en Estados Unidos. Robert se mostraba más abierto conmigo, más cariñoso y no me dejaba sola ni un segundo. No pude despedirme de Hank ni enviarle algún mensaje. Me sentía extraña. Me sentía culpable, por no decirle toda la verdad a Hank y por ocultarle a Robert mis encuentros con Hank. Sabía que si Robert se enteraba podía ocurrir algo horrible. Damian se encontraba feliz con nuestro regreso, vi a Dexter detrás de las cortinas de una habitación y el minino no dejaba de maullar de felicidad y en forma de reclamo. Ya para la próxima me lo llevaría. Los días habían pasado tranquilos y las noches un tanto encendidas. Robert no quería que saliera de la cama.
Estaba sentada en el jacuzzi de la habitación que compartía con Robert cuando éste entró y me vio.
"¿Deseas algo de tomar?" Preguntó este y me mostró una botella de vino en su mano izquierda y dos copas en su mano derecha.
Asentí de forma positiva y este sirvió vino en ambas copas.
"¿Hay algo a lo cual celebrar?" Pregunté y Robert sonrió.
"No, nada especial por los momentos. Sólo es una buena noche." Dijo y me entregó una copa. Bebí un trago. Sabia fenomenal. Robert bebió de su copa y dejó de sonreír.
"¿Sucede algo?" Lo miré seria y este desvió la mirada.
"Sólo... Olvídalo. Iré a mi oficina. Sigue con tu baño, te dejo la botella." Robert dejó la botella sobre una mesita de vidrio y abandonó el cuarto de baño.
¿A ahora qué? Esos arranques bipolares de él se producían con frecuencia.
Terminé de beber mi copa, me levanté del jacuzzi y caminé hacía la botella. Me resbalé con un poco de agua que había tirado y caí de culo al suelo.
"¡Maldición!" Me levanté con cuidado del suelo y vi que la copa la sostenía en alto, no la había roto por lo menos. Tomé la botella de la mesita, salí del baño, desnuda y mojada. Caminé hacía el vestier, busqué el sitio donde estaban las toallas, tomé una y me sequé. Serví un poco más de vino y me senté en un banquito del vestier.
Había tomado por vicio beber y fumar más cigarrillos. Necesitaba olvidar, olvidar las cosas malas que había estado haciendo. Sólo quería cerrar los ojos y volver a los tiempos donde sólo me tocaba estudiar, salir con Hank y verme con mis amigas. Todo era más sencillo, en esos tiempos fui feliz. Con los ojos llorosos me llené otra copa, otra y otra hasta que se acabó la botella, terminé sentada en el suelo y con la cabeza recostada en el banquito.
"No soy mala, ¿Lo soy?" Dije en voz alta.
Las lágrimas empapaban mis mejillas pálidas. Intenté levantarme del suelo y mis pies torpes de a poco captaban mis deseos de levantarme. Caminé hasta la cama y me dejé caer en ella. No iría a otro sitio, moriría ahí. No podía ni caminar bien. Cerré los ojos e imágenes de Hank y Robert atravesaron mis pensamientos. Hank representaba lo bueno que había pasado en mi vida, habían sido 8 años maravillosos, crecí a su lado como persona, por otro lado Robert representaba mis demonios, mis temores y la lujuria. Robert era lo que se podía decir un pecado, mi pecado capital. Con Hank me hacía sentir en casa y con Robert al borde de un sexy abismo. Muy grande era la caída con Robert.
Entre pensamiento y pensamiento terminé dormida, desnuda y dolida.
***
La mañana siguiente un pequeño dolor de cabeza y ganas de hacer pis me despertaron. Me levanté de la cama y fui al wáter. Un ligero sangrado salió de mí y me dejó alarmada. Mi regla ya la había pasado. ¿Quizás era el sexo constante que había estado teniendo? Deseché malos pensamientos de mi cabeza, me limpié y decidí vestirme. Desayunaría, moría de hambre.
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Cautiva En Sus Brazos +18
Tajemnica / ThrillerMeredith es una joven que tras una ruptura fatídica dice dejar todo su pasado atrás, con ello consigue enterrar al fantasma de su ex muy profundo en su mente, sin embargo, lo que no tiene previsto es que caerá en las sensuales garras de su captor, R...