Capítulo 15

1.8K 140 18
                                    



Dos semanas después del nacimiento del pequeño Liam James, ya nos encontrábamos en Estados Unidos. Robert se mostraba más abierto conmigo, más cariñoso y no me dejaba sola ni un segundo. No pude despedirme de Hank ni enviarle algún mensaje. Me sentía extraña. Me sentía culpable, por no decirle toda la verdad a Hank y por ocultarle a Robert mis encuentros con Hank. Sabía que si Robert se enteraba podía ocurrir algo horrible. Damian se encontraba feliz con nuestro regreso, vi a Dexter detrás de las cortinas de una habitación y el minino no dejaba de maullar de felicidad y en forma de reclamo. Ya para la próxima me lo llevaría. Los días habían pasado tranquilos y las noches un tanto encendidas. Robert no quería que saliera de la cama.

Estaba sentada en el jacuzzi de la habitación que compartía con Robert cuando éste entró y me vio.

"¿Deseas algo de tomar?" Preguntó este y me mostró una botella de vino en su mano izquierda y dos copas en su mano derecha.

Asentí de forma positiva y este sirvió vino en ambas copas.

"¿Hay algo a lo cual celebrar?" Pregunté y Robert sonrió.

"No, nada especial por los momentos. Sólo es una buena noche." Dijo y me entregó una copa. Bebí un trago. Sabia fenomenal. Robert bebió de su copa y dejó de sonreír.

"¿Sucede algo?" Lo miré seria y este desvió la mirada.

"Sólo... Olvídalo. Iré a mi oficina. Sigue con tu baño, te dejo la botella." Robert dejó la botella sobre una mesita de vidrio y abandonó el cuarto de baño.

¿A ahora qué? Esos arranques bipolares de él se producían con frecuencia.

Terminé de beber mi copa, me levanté del jacuzzi y caminé hacía la botella. Me resbalé con un poco de agua que había tirado y caí de culo al suelo.

"¡Maldición!" Me levanté con cuidado del suelo y vi que la copa la sostenía en alto, no la había roto por lo menos. Tomé la botella de la mesita, salí del baño, desnuda y mojada. Caminé hacía el vestier, busqué el sitio donde estaban las toallas, tomé una y me sequé. Serví un poco más de vino y me senté en un banquito del vestier.

Había tomado por vicio beber y fumar más cigarrillos. Necesitaba olvidar, olvidar las cosas malas que había estado haciendo. Sólo quería cerrar los ojos y volver a los tiempos donde sólo me tocaba estudiar, salir con Hank y verme con mis amigas. Todo era más sencillo, en esos tiempos fui feliz. Con los ojos llorosos me llené otra copa, otra y otra hasta que se acabó la botella, terminé sentada en el suelo y con la cabeza recostada en el banquito.

"No soy mala, ¿Lo soy?" Dije en voz alta.

Las lágrimas empapaban mis mejillas pálidas. Intenté levantarme del suelo y mis pies torpes de a poco captaban mis deseos de levantarme. Caminé hasta la cama y me dejé caer en ella. No iría a otro sitio, moriría ahí. No podía ni caminar bien. Cerré los ojos e imágenes de Hank y Robert atravesaron mis pensamientos. Hank representaba lo bueno que había pasado en mi vida, habían sido 8 años maravillosos, crecí a su lado como persona, por otro lado Robert representaba mis demonios, mis temores y la lujuria. Robert era lo que se podía decir un pecado, mi pecado capital. Con Hank me hacía sentir en casa y con Robert al borde de un sexy abismo. Muy grande era la caída con Robert.

Entre pensamiento y pensamiento terminé dormida, desnuda y dolida.

***

La mañana siguiente un pequeño dolor de cabeza y ganas de hacer pis me despertaron. Me levanté de la cama y fui al wáter. Un ligero sangrado salió de mí y me dejó alarmada. Mi regla ya la había pasado. ¿Quizás era el sexo constante que había estado teniendo? Deseché malos pensamientos de mi cabeza, me limpié y decidí vestirme. Desayunaría, moría de hambre.

Cautiva En Sus Brazos +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora