Capítulo 5

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Había rebuscado en las cajas que habían traídos aquellos tipos. Encontré mis libros, la mayoría los había leído, otros estaban en lista de espera. Sin teléfono, Tablet o conexiona internet alguna, me tocaba leer y aguardar a que Robert fuera razonable y me devolviera todas mis pertenencias. Tomé entre mis manos Su virgen cautiva y me senté en el sofá de la sala y leí con tranquilidad. Iba por la página veinte, Los hermanos Gavin, Slade y Dex, estaba intentando proteger a Hannah de un misterioso acosador. Un ruido distrajo mi atención del libro. Coloqué una marca página y dejé el libro sobre el sofá. Hacían faltan sillas, una mesita y un televisor en aquel lugar. Me acerqué a la puerta principal y por el huequito vi a Andreas y otro tipo, supongo el que debía estar atrás vigilando. Ambos se veían en actitud sospechosa.

"¿Tú estás de acuerdo con esto? "Oí como le preguntaba el otro. Pelirrojo, ojos verdes claros y con una barba de unos días. Se veía más joven que Andreas.

"Aaron, no se trata de estar de acuerdo o no. Es nuestro trabajo y hay que cumplir las reglas. "Andreas sacó una cajetilla y encendió un cigarrillo. Aaron tomó uno también y le dio fuego.

Ambos fumaron en silencio bajo la luz de la luna. Debían ser como las 9p.m Había cenado medio sándwich de atún y una sencilla ensalada.

"Ella no quiere estar aquí. El jefe la secuestró y al gato. "El pelirrojo miró a Andreas y éste le dio otra calada a su cigarrillo antes de dejar la colilla en el suelo.

"Sí, lo sé. Pero se cumple lo que él pida. Además no me veas con esa cara. No pienso torturarla o algo, la chica se está portando bien. "Se encogió de hombros y tomó la mano libre de Aarón.

"Cuando terminemos con el contrato quiero irme contigo a New Jersey. Te extraño, Andy. "Aaron dejó caer el cigarrillo a medio terminar y lo pisó pagándolo, para luego besar los labios de Andreas.

Tapé mi boca con mi mano y los miré en silencio. A decir verdad hacían linda pareja. Segundos después de un dulce beso Aaron fue hacia el lugar donde debía estar y llamé a Andreas.

"¿Se le ofrece algo? Señorita "Preguntó al abrir la puerta y verme al otro lado.

"Salir..."Dije y él negó con su cabeza.

"Lo siento, señorita. Tengo órdenes de no dejarla salir sin el permiso del señor Meyer. "Dijo y asentí.

"Lo sé. Solo probaba. "Le di una media sonrisa y vi la calle detrás de él. "Lo que llamó mi atención fue el olor a cigarrillos, ¿Me das uno? "Este dudo en si darme uno o no y la final tendió su cajetilla.

Eran Malboro's rojos, me pasó su encendedor azul y le di fuego. Tomé una larga calada y me recosté sobre el marco de la puerta.

"Prometo no darles problemas a ti y al otro si me dan cigarrillos a la hora que los pida. "Dije y éste asintió.

"De acuerdo, señorita. "Dijo y continúe fumando mi cigarrillo en silencio.

Los minutos transcurrieron y el cigarrillo se acabó. Mi ansiedad fue disminuyendo. Andreas estaba parado junto a mí, tranquilos a la espera de alguna orden o algo. Ambos éramos marionetas de Robert, él nos movía a su antojo.

"Gracias por el cigarrillo, Andreas. Buenas noches. "Dije retirándome.

"De nada, señorita Meredith. Feliz noche. "Dijo él y cerró la puerta.

Caminé en dirección a mi nueva habitación. Robert no sabía si vendría. Me despojé de mis pantalones de ceda de pijama, me quedé en una blusa lila de ceda y mis bragas rosas. Me recosté sobre la cama y cerré los ojos.

Cautiva En Sus Brazos +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora