Úsame

13.Capítulo

Es la hora de receso, los universitarios salen de sus respectivas clases incluso yo, camino lentamente por los pasillos interminables hasta salir del laberinto.
Voy pensando en mis cosas, para llegar a la Cafetería, pero m camino se ve interrumpido por dos jóvenes.

La más animada parece demasiado eufórica, es alta, tiene el pelo tintado de azul celeste, morena, tiene una belleza exótica.

La otra un poco más alta que la chica celeste, parece ser más tímida, su brazo está agarrado de la chica celeste se nota que a sido un poco arrastrada a esta situación incómoda, es realmente bella tengo que admitir, de cabello totalmente blanco, ojos grises, piel pálida, labios rosados finos.

-Hola, soy Afara Kouchner- dice la chica de cabello celeste- y ella es Ella Karenina- dice señalando a la de cabellos blancos.

No se si pasar de ellas, se una es tranquila a mi parecer y la otra se ve un poco caótica.

Me estira la mano y la apretó sólo por educación.

-Hola, me llamo Lucas. Bueno ¿en qué puedo ayudarlas?- digo dejando su mano, para apretar de la ms tímida.

La chica de nombre raro, sonrie ampliamente, mientras Ella con su mano libre se da golpecitos en la cara negando frenéticamente.

-Bueno no sé si quieras hacer esto, así que me gustaría que salieramos los tres para explicarte mejor, como una cita a tres bandas- dice sin parar de parlotear Afara.

-Bue...no sino quie...res Lo entendemos- dice Ella nerviosa.

Estoy a punto de negarme, pero en ese momento la chica celeste agita sus largas cejas haciendo un intento de puchero con sus labios. Sólo por eso aceptó para no volver a ver ese intento de conseguir algo.

-Si, pero esta tarde no puedo- digo intentando que me dejen respirar me atraigan un poco.

-Bueno pues chico no te olvides, mañana en CoffeDruks a las 21:00 ¿está bien?- dice Afara.

-Vale, chicas bya- me despido de ellas agitando mi mano izquierda.

¿Soy al único que le pasan cosas extrañas en la vida o qué?

Miró el reloj y veo que he perdido ya diez minutos, me dirijo a a cafetería veo a mis amigos sentados en el centro y me dirijo a ellos.

Saludo a Stefan, Amir, Tomas y James, si algunos de ellos ya estaban en ya en la Univerisad también están otros que se han incorporado dos nuevos al grupo William y Óscar Strankor son dos hermanos ambos de pelo castaño con flequillo son extremadamente pálidos son noruegos, miden lo mismo, Óscar es el mayor por un año.

Bueno me siento en m sitio, agradezco a los chicos que hallan pedido ya mi comida.

Se puede decir que somos una especie de chicos deseados y simpáticos, creo que le caemos bien a casi todos.

Mientras escuchó a mis amigos como, no me involucró en la conversación hasta que me llama Óscar enfrente de todos. Y ahora si que soy el centro de atención.

-Luc te he visto con dos chicas- dice Óscar sonriente.

Muevo la cabeza negando, los demás sirvan y dan Palmas.

-Sólo me estaban preguntando una cosa, no piensen ya mal, malditos brutos.- digo lo último sonriendo.

-Bro haz lo que te de la gana estas desanimado- dice Amir.

Y le sigue el siguiente.

-Lucy, desde hace tiempo estas mal, no nos hemos metido porque pensamos que no nos incumbe y tienes que hablar cuando estés dispuesto- dice Tomás.

-No vale perder la cabeza por nadie créeme- dice William perdiendo el brillo de sus ojos, Óscar le da una palmada en el hombro.

Y el siguiente hasta que por fin toca el bendito tiembre, salgo dejándolos con su crucigrama mental.

Me dirijo a mi siguiente clase y a la siguiente hasta finalizar.

Vuelvo a ver las dos chicas y las esquivó disimuladamente, no se han enterado de nada mejor. Ya en mí coche me dirijo a mi apartamento.

Dejó la mochila en el pasillo y los zapatos ando descalzo por mi casa.

Me dirijo hacia la cocina sacó todo lo que anteriormente compre, lo pongo todo en distintos bols, cojo un vaso y lo pongo todo en una bandeja, me dirijo al salón lo dejó todo en la pequeña mesa de madera, me dirijo al dormitorio me desprendo de mis ropas, lo dejó todo en el cesto de la ropa sucia, abro el armario y busco un simple pantalón de pijama y una camiseta básica blanca.

Salgo del dormitorio y voy de vuelta al salón. Me pongo cómodo en el sofá y enciendo la televisión la conecto al Netflix, busco que ver y pongo la serie Riverdale.

Comiendo y está ves sin llorar, está vez sólo un momento relajante, soy un chico normal mirando una serie, está vez sin pensar en nada más.
Esta vez estoy tranquilo, mi corazón deja de palpitar por un amor no correspondido.

Me centro en la serie y en la comida hasta quedarme finalmente dormido, en un sueño sin descanso.