2. Capítulo

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Llegamos a la disco y es alucinante, tal vez debería de calmarme un poco.

Hay una fila enorme en la maldita entrada, no se como vamos a pasar y miró a los chicos.

-Tranquilos, podemos entrar jajajajaja tengo pases, además de ser sobrino del dueño ayuda chicos- Dice sonriendo Tomás será capullo me asuste.

Si me asuste, porque la ley dice que no puedes entrar a un discoteca hasta que tengas los veinte años, en cambio no dice la edad en la que puedes empezar a beber, aunque digan que puedes comprar alcohol y tabaco a los dieciocho años, cualquiera hace lo que le da la gana y todos nos hacemos los desentendidos.

Asentimos alegres.

Caminamos hacia la entrada del Tabú nos saltamos la fila siguiendo a Tomás.

Se ve que el guardia lo conoce porque nos deja pasar sin problemas haciendo que los de las filas se quejen.

Me da un poco de pena, pero hoy es mi día, más bien mi segundo día.

Entramos y lo primero que escuchamos es la música a todo volumen, lo segundo que vemos es a gente bailando alocadamente en la pista.

Bebiendo hasta reventar.

En mi opinión no se necesita beber hasta tener un coma etílico para disfrutar, pero esta es mi humilde opinión.

Todos mis amigos sonríen si hasta el amargado de Tomás, es raro verlo sonreír más de dos veces seguidas créanme.

-Chicos singanme, tenemos una mesa reservada.- Dice Tomás.

Como buenos chicos le hacemos caso.

Si buenos.

Llegamos hasta la mesa, si tuvimos que subir escaleras, porque la zona de mesas esta arriba sería la segunda planta, donde puedes ver a la gente haciendo el tonto o disfrutando.

Estamos en la mesa, una camarera linda se acerca y nos pregunta que queremos tomar, le decimos y ella apunta.

Hay que agregar que casi no se escucha nada y hay que estar gritando como puros salvajes.

Después de cinco minutos la chica viene con nuestras bebidas.

La mesa esta llena de bebidas y empezamos la fiesta.

Después de entrar en calor.

Los chicos empiezan a cantar más bien parecen que rebuznan cantándo el cumpleaños feliz, estos para la Voz no van.

Me uno a ellos y nos abrazamos.

Decidimos ir a la pista de baile y bailar.

Pero antes hacemos nuestro baile sensual en mitad de la pista, la macarena, mejor no pregunten mañana seguro que me arrepiento.

Después de bailar creo que la gente se partió de la risa, y nosotros caminando de lo más normal, nos separamos y cada uno va por su presa o su cazadora, no se sabe quien puede ser cazado.

Espero que ojalá ninguno ligue, después de esto, ¿qué? Me tengo que reír.

Los pierdo de vista, me voy a la barra y es hay donde veo a la mujer más fantástica que he visto en mi corta vida.

Aquel vestido negro ceñido hacen destacar sus preciosas curvas, tiene buena delantera y trasera, sumando que es sumamente bella, la miró disimulado.

Es bajita medirá como 1'64, castaña pelo hasta los hombros, piel aceituna, no consigo ver bien su cara, pero creo que tiene los ojos negros.

Después de cinco minutos no puedo dejar de verla dudo entre sí ir o no ir hacia ella.

Pero creo que se da cuenta que la observó, porque gira su cabeza y me sonríe creo.

Camina hacia mi, vale ya no creo nada estoy seguro que me a pillado.

-Hola, chico- Dice seductoramente, creo que soy yo el que se imagina cosas.

-Hola- digo simple.

Ella frunce las cejas y al final sonríe.

-Vaya eres de pocas palabras, pero eres muy observador- Dice sonriendo.

Dios que boca más sensual, ahora la veo mejor y es bellísima.

-¿Por qué lo dices?- digo nervioso.

-Llevas cinco minutos observandome, por eso lo digo.

-No era a ti, a quien observó sino a mis amigos haciendo un intento de ligue.- digo riendo, ya que en este precisó momento veo a James y Shasha Josef están fatal.

Ella mira y sonríe.

-Entonces a mi no era, que pena. Bueno que se le va a hacer ¡Chao!- dice girandose.

Lucas no lo hagas, esta mujer es peligrosa lo sabes, se sabe y se nota, pero como soy tonto lo hago.

*Odiota

~Gracias conciencia, pero lo sé.

-Espera, me llamó Lucas- digo llegando hasta ella agarrando su brazo y girandola apegando su cuerpo al mío.

*Todavía estás a tiempo de salir corriendo.

~Yo nunca corro.

Ella sonríe y dice...

-Dafne- dice, me mira con sus hermosos ojos y me pierdo en ellos, sonríe.

Soy un bobo.

-Empecemos de nuevo, ¿si?- digo.

-Si.

Nos sentamos juntos, charlamos un poco, salimos a la pista a bailar.

Si se puede llamar bailar, termine con mi amiguito bien despierto.

Después de unas cuántas horas.

Perdí la razón de mi ser y sólo era ella, Dafne.

Ella se acercó más pegándose a mi.

Y por fin lo hice junte nuestros labios, poco a poco comencé a mordisquear sus tentadores labios, a besar su boca a introducir mi lengua.

Nuestras lenguas enroscadas en un salvaje besó.

Dafne dejó de ser lo que aparentaba.

Y sacó lo que lleva dentro, tal vez sea mi perdición.

Mordió mis labios hasta llegar a hacer una herida en ellos.

Me llevo a la salida.....

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