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Me visto con una camiseta sencilla de color azul, unos vaqueros grises y la sudadera de deporte de mi instituto -esa que todos los deportistas tienen y todas las chicas sueñan con que se las regalen-.

Vale, hoy no estoy para bromas, no lo estoy. Para nada, ni me acerco. Tengo miedo, terror, desesperación, culpabilidad ¿he dicho ya miedo? y estoy inquieto, muy inquieto.

Bajo las escaleras de mi gran casa y llego a la cocina, pero mi madre no está sola, la acompañan -charlando seriamente- dos policias, gracias a Dios uno de ellos los reconozco como el padre de Mark.

Me paso las manos por mi cabellos rubio y cierro mis ojos azules dejando soltar un suspiro.

-Buenos días.- digo agradablemente.

Los dos policías me miran seriamente pero entonces Bob me guiña un ojo tranquilizándome.

-Hola Kristopher, espero que no tuvieses pensado asistir a la escuela- me dice el policía desconocido.- Estás en un lío chaval ¡te vas a la cár...!

Mis ojos estaban apunto de salirse de las órbitas pero Bob intervino.

-Steve por favor...- dijo rodando los ojos- déjame hablar a mí y a ver si guardas esa emoción para la fiesta de jubilación del conserje Bowers de la comisaría.

-Si señor.

Uff... menos mal, un novato.

-Hola Kris, hablé un poco con Mark y Vanessa, les dije que te avisasen para que no asistieses hoy a clase, espero que lo hicieran.

-Señor Thompson, si lo hicieron señor, aunque este vestido no iba a ir a la escuela señor, además apenas quedan veinte minutos para que comience y es lo que tardo en llegar y todavía no he desayunado señor.

Mark siempre le decía señor a su padre al acabar cada frase y aunque lo hiciese en broma se me acabo pegando la costumbre.

-Está bien Kris- Bob me sonrió pero su mirada reflejaba tristeza- siento lo que tenemos que hacer, pero así es el protocolo. Descuida que sólo será hasta la comisaría.

-¿Hacer qué?- pregunte inquietante.

Pero entonces el novato, Steve, sacó unas esposas de su bolsillo.

-Entiendo.- dije seriamente- ¿Podría desayunar primero?

-Me temo que no, ya estamos tardando.

Asiento con la cabeza y extiendo mis manos. El novato con una sonrisa de felicidad me coloca las esposas y me susurra al oído: -Es la primera vez que hago esto.

No le doy importancia y mi mirada viaja hasta mi madre, quien está con las lágrimas a punto de salir.

-No te preocupes mamá.

Después de darle mi mejor sonrisa salgo de mi casa caminando entre Bob y Steve.

Bob tiene aspecto triste -supongo que por hacerle esto al mejor amigo de su hijo y sobrina-, sus ojos miel están más oscuros que de costumbre y su rostro luce cansado, a pesar de su edad suele estar en buena forma física, pero hoy no lo parecía, y su pelo castaño grisaceo despeinado, algo no común en el. Por otro lado, el novato Steve luce feliz por llevar a su primera persona a comisaría, tiene los ojos color café y el pelo rubio e impecable, no cabe duda de que está en buena forma, aparenta jovén y sin duda lo es.

Mientras caminamos al coche de la policía una motocicleta se estaciona enfrente de la casa de los Benson y un chico alto moreno, de ojos color chocolate y pelo café baja de su moto y se quita el casco, dejando así que se vea parte del tatuaje de su cuello.

¿Quieres ser mi novio?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora