Ley de relatividad I

324 17 0
                                    


Al día siguiente me levanté antes que mi prima, fui al baño, me lavé los dientes e hice mis necesidades y lavé mi rostro. Fijé mi vista en Michelle que seguía durmiendo en su cama placidamente

ella siempre ha sido de sueño pesadoni siquiera la música de su hermano la lograba despertar y eso era motivo de ciertas burlas dentor de la familia quienes por cierto al parecer mi tía y mi

mamá aún no despiertan; dentro de la locura que se había presentado los últimos días dejé mi móvil en mi maleta, apagado, me resultaba frustrante el hecho de que mi padre me enviara mensajes y me

llamara cada cinco jodidos minutos, hurgué dentro de ésta y lo saqué, mirando la pantalla y oprimiendo el botón de inicio, a los diez segundos al ver que nada ocurría saqué la conclusión de que estaba

muerto, necesitaba recargarlo pronto, busqué el cargador pero no lo encontré.

-Genial, lo que me faltaba.- pensé con fastidio e impotencia, ahora tenía que comprar otro. Al salir de la habitación ví la puerta de la habitación de Josh estaba abierta, se me ocurrió pedirle

prestado un cargador, abrí sin tocar y me encontré con mi primo frente a un espejo sin camisa, la sorpresa se dió al verlo no solo sin camisa sino por los moretones que tenía a lo largo de su

abdomen especialmente en la zona de las costillas observando y palpando las zonas moradas.- ¡Josh ¿qué te pasó?!-Pregunté con preocupación y sin negarlo algo exaltada, inmediatamente él tomó una

camisa negra de mangas largas que yacía en su cama y se la puso para luego cerrar la puerta y dejarnos encerrados.

-Mira.-Dijo suspirando.- Lo que viste no se lo puedes decir a nadie, a nadie ¿entendido?- sentenció apuntandome con el dedo mientras se sentaba

en su cama.

-Pero Josh...-Musité procesando el hecho de ver a mi primo herido y el que me pida silencio.-Pero mi tía...-iba a seguir pero él me calló.

-Especialmente a ella, mira.-Suspiró fijando sus ojos a los míos.-No quiero preocupar a mi mamá, esto es algo que solo me concierne a mi, además ¿qué haces en mi habitación?-Preguntó

levantándose de su cama y situándose en frente mío.

-Venía por un cargador, me preguntaba si tenías uno extra, tu hermana sigue dormida y el resto también.- djie señalando el móvil en mi mano izquierda, la incomodidad de la escena era palpable.

Dio media vuelta y buscó en su buró entre uno de sus cajones me dediqué a observar mejor su habitación, paredes blancas con afiches de bandas reemplazando a las de superhéroes que recordaba

decorando la cabecera de su cama semi doble con cobertores grises, un escritorio con un ordenador portátil negro, un librero considerable lleno de libros y cómics al lado de su armario todo color caoba

una ventana que daba al otro lado de la cerca con cortinas y cortinas azules y después de algunos minutos sacó un cable blanco y me lo extendió.

-Toma.- agarré el cable y volví a verlo, dejando muy de lado el hecho de sus golpes, se veía algo mejor de su resfriado.-Gracias Josh.- agradecí a mi primo.

-De nada.-Iba a salir hasta que lo volví a escuchar su voz llamándome.-Y jane...por favor, no le digas nada a nadie.-Suplicó con voz lastimera y cansada, rápidamente lo encaré con algo de

impaciencia, repito, desde lo de mi padre el tema de la honestidad hacía cierta mella en mi conciencia.

-Josh, mira, no le voy a decir nada a mi tía pero debes ser tú quien se lo diga.-Retomé mi camino hasta la salida de su habitación.

West Side StoryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora