West Side Story

Backfire III

Al día siguiente me levanté de muy buen humor pero con las piernas aún doliéndome, así que me levanté con cuidado de la cama para no caer por algún calambre, me cambié, lavé mis dientes y bajé a la cocina, encendí la cafetera, tomé un tazón y un vaso, preparé un poco de cereal y tomé un poco de jugo de naranja de la botella y lo vertí en el vaso, cuando el café estuvo listo tomé una taza,me serví un poco y me fui al comedor, comí despacio, era Sábado así que no había prisa, después de unos minutos apareció mi mamá en pijama y bata con el cabello algo desordenado.

-Hola cariño, buenos días.-saludó desde las escaleras mientras masticaba una cuchara de cereal.

-Hola mami.-la saludé después de tragar.

-¿Cómo dormiste?-preguntó yéndo a la cocina por algo para desayunar.

-Bien, aunque aun me duelen algo las piernas.-dije mientras apretaba uno de mis múslos con una mano.

-¿Quieres algún analgésico?-ofreció mientras se servía una taza de café y tostaba unas rebanadas de pan.

-No gracias.-dije mientras seguía comiendo, no era fanática de los medicamentos, mamá se acercó al comedor con su comida para sentarse frente a mi.

-Te vi algo extraña anoche en la cena.-comentó mamá y no pude evitar tensarme.-¿pasó algo que quieras contarme?-preguntó y yo solo pude ver y jugar con mi tazón.

-Sólo estaba algo cansada.-respondí sin verla mientras metía otra cucharada de cereal para evitar hablar.

Durante el desayuno no pude evitar seguir sintiéndome nerviosa, aunque por un lado quería hablar con mamá acerca del tema otro me decía que era una muy mala idea y que el peor escenario podía ocurrir,así que decidí enfocarme en comer y después de eso salir a caminar para de alguna forma evitarla y poder relajarme de alguna forma, cuando terminé tomé los trastes, los lavé y subí a mi habitación, unavez ahí lavé mis dientes y me dispuse a salir de casa, bajé y mamá veía el noticiero.

-Voy a salir a caminar.-avisé mientras ataba mejor mis zapatillas.

-No te tardes, va a llover.-dijo mi mamá y era cierto, estábamos a poco más de mitad de Noviembre y el invierno estaba a la vuelta de la esquina y las lluvias heladas eran cada vez más frecuentes juntoa las leves nevadas.

-Solo va a ser media hora, no creo que mis piernas den para mucho más, nos vemos.-dije saliendo de la casa para caminar hacia el parque en el que iba con Michelle algunas veces y donde fui con Elizabeth en nuestra casi cita, tomé mi móvil y mis audífonos, empecé a escuchar algo de country y pop, una vez en el parque vi que estaba casi vacío salvo alguno que otro corredor y algunos chicos en patineta, decidí ir por donde los corredores iban, así que subí el volumen de la música y empecé a trotar muy despacio, el aire frío era reconfortante y ya me había acostumbrado aunque extrañaba el calor de Tampa; llevaba unos

veinte minutos después sentí que era momento de volver a casa, las piernas no me dolían tanto así que dejé de trotar y empecé a caminar despacio, estaba disfrutando de la música hasta que escuché en mi lista de reproducción apareció una canción que apenas y recordaba que estaba ahí, una de las pocas que mi primo puso ahí, no tenía letra, tan solo era una melodía con lo que supuse eran violines, era suave pero con sentimiento, tomé el aparato y vi el nombre de la canción, "Hermosa", no pude evitar pensar en Elizabeth, ella era como el nombre de la canción, hermosa, tenía un cabello castaño muy bonito, una piel pálida muy suave, unos ojos verdes muy lindos y unos muy besables labios, sí, definitivamente quería ser una opción de pareja para ella, caminé saliendo del parque para volver a casa, cuando empecé a sentir unas cuantas gotas caer sobre mi cabeza, así que apuré el paso para evitar mojarme por la lluvia, unos minutos después llegué a casa sintiendo las piernas como gelatina, era un tanto incómodo pero era más soportable que los calambres del día anterior, entré a mi casa y vi a mamá en la cocina preparando algo de café, me saqué los audífonos y detuve la música.