Mimi había necesitado un rato para recuperar el aliento sentada en el coche de Vicky, quien debía estar esperando en la oficina. Si es que éramos un cuadro y los chicos tenían razón cuando decían que no podíamos controlarnos.
El resultado había sido que nuestra salida de allí se había alargado más de lo esperado y yo me caía del sueño. Mimi había intentado convencerme de que comiera algo y me fuera a la cama, pero habíamos acordado cenar juntas y eso era lo que íbamos hacer.
- Tengo la sensación de que todo el mundo me mira el culo.
- Es que todo el mundo te mira el culo. Estás buenísima y llevas un vestido que te marca todo. - Ella se giró para mirarme y casi le estaba saliendo bien hacerse la ofendida.
- Encima no llevo bragas, es que a quién se le ocurre Ana. - Yo puse mi mejor sonrisa y me agarré a su brazo para andar a la par.
- No seas quejica, ha sido por una buena causa. - No tardó en reírse y soltarse de mi agarre para abrazarme en condiciones.
- Esta bien, tú ganas. ¿Qué quieres cenar? ¿Una grasienta pizza? - La verdad es que como me sacaba dos cabezas era bastante cómodo andar así con ella.
- Si fuera por ti vivirías a base de pizza, es bastante preocupante. Menos mal que estás todo el día bailando y quemas todo lo que comes, porque madre mía. - Ella se encogió de hombros y sacó el teléfono, supongo que para pedir la cena.
- Si como tanto es justamente porque bailo mucho, es lo bueno de hacer ejercicio. ¿Después de la clase de hoy no te apetece apuntarte? - Yo hice como si me lo pensara un momento.
- La verdad es que la clase ha sido una tortura, lo que ha venido después no tanto. - No pudo evitar reírse y darme un apretón.
- Claro, follar en unas duchas no tiene pinta de ser una tortura. ¿Pido lo de siempre? - Yo asentí y miré a nuestro alrededor.
Era verdad, Mimi llamaba mucho la atención. Ella era consciente, sabía que tenía unas armas muy concretas y las utilizaba. Supongo que por eso estábamos aquí ahora, porque ella había utilizado muy bien sus virtudes cuando nos conocimos.
Su mirada. Eso era lo realmente matador, cuando me echaba esa mirada era incapaz de no echarme a temblar. Incapaz de decirle que no.
- Tardan media hora en llevarlo a tu casa, así que vamos rápido y elegimos una película. - Espero que no acelerara mucho el paso porque sus piernas eran larguísimas.
- Eres una exagerada, nadie tarda media hora en elegir qué poner. - Ella se giró para mirarme y alzó las cejas.
- Ana por favor, eres la persona más indecisa que conozco. Así que vamos, no voy a cenar viendo un programa basura de la tele. - Vale eso sí me había ofendido.
- Son graciosos, tú te ríes cuando te paso cosas de First Dates. - Tiró un poco de mí para que siguiéramos andando y me pegó más a ella.
- A mí me parece perfecto que los veas Ana, no estoy invalidando que te gusten ni que sean graciosos. Pero eso no quita que sean una basura, yo veo Bitten y sé que es una serie bastante mierdosa.
- ¡Pero tendrás morro! A ti lo que te gusta de esa serie es el rubio buenorro.
- Culpable señoría, los únicos tíos que me gustan actualmente son a los que no voy a ver en la vida. Es maravilloso.
Rodé los ojos y pasé de responderle, se estaba volviendo de esas mujeres que no quieren a hombres cerca. En realidad lo veía hasta lógico después de ver lo trogloditas que eran.
Llegamos a mi casa casi un cuarto de hora más tarde, habíamos ido a mi ritmo porque al suyo me tendría que haber llevado en volandas.
- ¿Puedo darme una ducha mientras eliges película? Me noto un poco... bueno, ya lo sabes. Tu asalto en el coche y las consecuencias.
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Together; Warmi
Fiksi PenggemarMe tendré que quedar con las ganas de saber si besas tan bien como quitas el sueño.