III

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Le supliqué a Roi que me dejara quedarme en su casa, no podía llegar y meterme en la misma cama que Jadel. Ni podía ni quería.

Acabamos cogiendo un taxi porque el pobre estaba preocupado por mí y no quería ponerme a andar hasta su casa. En realidad ni siquiera vivía tan lejos como para hacer tal despliegue de medios.

Estaba mareada. No sabía si era por el alcohol o por lo que acababa de hacer. Roi me sacó del taxi, me llevó hasta su casa y me dejó algo de ropa para que me diera una ducha tranquila.

Cuando salí él estaba ya tirado mirando algo en su móvil. Me señaló el hueco de la cama dándole unas palmaditas y sonrió. Me metí directamente bajo las sabanas y me acurruqué en su pecho.

- Cuando Luis se entere nos va a matar a los dos, luego dice que lo mejor siempre pasa cuando no está él.

- Bueno, si dejara de esfumarse en mitad de la noche para acostarse con una jovencita... - Escuchar la carcajada de Roi directamente desde su pecho me hizo sonreír.

- Hoy la has liado un poco eh Anita, menos mal que solo estábamos nosotros.

- ¿Qué sabes? Sé que has intentado cuidar de mí hoy y no te he puesto las cosas muy fáciles. - Él me dejó un suave beso en la cabeza.

- No he visto nada que tú no quieras Ana, soy tu amigo por encima de todo. - Cerré los ojos dejando que las palabras que me estaba diciendo me acariciaran.

- La he dejado Roi y lo peor es que me ha gustado. Yo no... - Él me meció un poco para que me calmara y no me echara a llorar ahí mismo.

- Ya está Ana, un error lo tiene cualquiera. No significa que no quieras a Jadel, no significa nada.

- O puede significarlo todo Roi. Ahí está el problema. ¿Y si todos estos años me he sentido así con Jadel por eso? - Subí la cabeza para mirarle.

- ¿Así cómo? - Frunció el ceño casi al instante.

- Incompleta. - Me estaba mirando como si fuera un Alien.

- Será mejor que pienses lo que vas a hacer. Consúltalo con la almohada y mañana o pasado decidas lo que haces. - Vaya forma de despacharme a dormir.

Salí del refugio que me había proporcionado su cuello y me di la vuelta bastante enfadada. Se supone que los amigos se apoyaban entre ellos, no había que mandarlos a dormir. En parte tenía razón, necesitaba meditar lo que iba a hacer antes de decidir nada.

Pero por otra parte, si estuviera tan bien con Jadel como creo... Bueno, ni siquiera hubiera pensado en seguirle el rollo a Mimi. De hecho era bastante más que seguirle el rollo.

Me quedé dormida pensando en todas las veces que había sentido admiración por las mujeres. Chicas guapas que me habían tenido hablando de ellas durante días. Modelos que me habían dejado sin habla con sus cuerpos.

Tal vez es que nunca había tenido el valor de admitirlo. De joven incluso me lo llegué a plantear cuando pensé que estaba loca por mi mejor amiga. Llegué a la conclusión de que solo era admiración y ahora no me parecía una definición muy adecuada.

Cuando me desperté Roi ya no estaba en la cama y supuse que estaba en la cocina por las voces que es escuchaban. Miré el reloj de la mesita y me quedé pálida al ver que eran las 3 de la tarde. Si casi me tenía que ir ya al teatro.

Me levanté sin muchas fuerzas y me encontré a Roi y Luis en la cocina haciendo la comida. Estaban cantando juntos, yo no entendía nada porque ellos sí madrugaban por la mañana y ni siquiera parecía que hubieran ido a trabajar. Bueno, estaban acostumbrados a salir de fiesta.

Together; WarmiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora