capitulo 8

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Después de terminar de comer y recoger todo para luego lavar los trastes juntas. Fueron a sentarse en el sofá muy cerca de la otra.

-¿Te gustó la cena?- preguntó Camila nerviosa.

-Por supuesto, Camz ya te lo había dicho. Nadie ha hecho esto por mi y es muy lindo de tu parte. Me encanta.

-¿En serio?- volvió a preguntar Camila insegura. Lauren la miró con una sonrisa tierna.

-Claro que sí, y además hiciste una buena elección de vino- dijo Lauren dándole una sonrisa juguetona.

Camila abrió los ojos sorprendida, nerviosa y mentiría si dijera que no tenia miedo ya que después de todo ella había entrado en esa habitación donde Lauren tenía esos vinos y ella lo había tomado sin pedir permiso.

No quería que Lauren se enojara con ella.

-No te enojes, por favor.... yo y-yo solo en-encontré la habitación cuando estaba limpiando y los los vi, vi los vinos y luego vi esta película donde el chico lleva a la chica a una cita y ahí había una botella de vino, entonces lo tome porque creí que era una buena idea pero ahora veo que no lo era porque ahora tu estás enojada. Yo solo quería que todo estuviera bien y y y y....- la gatita tomo una bocanada de aire e iba a volver a hablar pero Lauren la interrumpió con una risita.

-Camz, respira... eso.... así es- le decía mientras le tomaba la mano y se la acariciaba-. No estoy enojada, ahora tú vives aquí y todo lo que ves es tan mío cómo tuyo. Y, además hiciste una buena elección de vino. Mi papá tiene una colección igual sólo que un poco más grande que la mía y ese vino en especial es uno de mis favoritos ya que fue con el primero que me emborrache a los 14 años y estuve castiga por un mes- soltó una risita de bebé que hizo que Camila la mirase embobada.- Así que, Camz no tienes que pedir permiso y mucho menos tener miedo.

-Gracias, Lern- dijo la híbrida con los ojos brillantes y su colita moviéndose de un lado a otro suavemente- por todo.

-No tienes nada que agradecer, Camz- Lauren le acarició la mejilla para después besarla mientras Camila cerraba los ojos suspirando y sintiendo esos labios tan lindos en su mejilla derecha.

Pero todo encanto se fue cuando Lauren se separó sobresaltada y en el proceso asustando a su gatita provocando que los pelos de la cola se le crisparan graciosamente.

-¿Que pasa?- dijo con una mano en el pecho.

-Camz, casi se me olvidaba- dijo Lauren con una risita por la graciosa escena- mañana vamos a ir al veterinario, para que te revise.

-¿Que? ¡No!- en el rostro de la gatita había pánico mientras su cola estaba igual o un poco peor. Lauren en ese momento pensó que su gatita iba a saltar al techo.- yo no voy a ir al veterinario.

- ¿Por que no? Tienes que ir, para saber si todo está bien contigo.

-Pe-pero- yo no quiero que me inyecten. Eso duele- hizo un puchero con las orejitas caídas. Gesto que hizo morir de ternura a Lauren.

-Awwww, Camzi no hagas eso- le acarició la mejilla izquierda.- tenemos que ir. Es por tu bien.- esta vez fue más firme.

- Está bien- dijo Camila aún con sus orejitas caídas y un puchero en sus labios.

-No te pongas así Camzi, si quieres después podemos ir a comprar helados y de allí vamos a mi trabajo para que lo conozcas.- dijo Lauren entusiasmada y sin poder resistirse al puchero.

-¿En serio, me llevaras a conocer tu trabajo?.

Camila estaba tan contenta, pues iba a conocer otra parte de Lauren. Ella quería conocer todo de Lauren.

Mi GatitaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora