Capítulo 19

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Había transcurrido alrededor de una semana desde que Elizabeth no se encontraba con su "prometido", solía cuestionarse si era prudente seguir llamándolo de esa manera.

Lizzy no le comento nada a su madre, ni a nadie. Los preparativos de la boda continuaban, a pesar de que faltaran meses ya iban preparando todo, incluso en unos días saldrían las invitaciones. Desde los nobles mas alejados de Londres hasta el ciudadano mas simple, todos estaban interesados en la boda Phantomhive-Midford; ¿El Conde huérfano se casaría con la joven marquesa recién llegada?

Muchos ya se habían acostumbrado a ver a ese par como los prometidos eternos, y de ese hecho surgían miles de comentarios y rumores sobre ambos; que Elizabeth se había ido para no casarse con el Conde, a pesar de que siempre se mostró interesada en eso. También se decía que fue el mismo Conde quien deseo que ella se vaya lejos, y con la tardanza de la joven en volver mas rumores se levantaban, que si había fallecido o que se había casado con otro hombre. Al regresar muchos no sabían que pensar, y cuando se fijo fecha de matrimonio muchos empezaron a rumorear que Phantomhive lo hizo para mantener las apariencias de su misteriosa y lúgubre vida. Todos los rumores llegaban hasta los oídos de la reina, pero ella jamas se preocupo, siempre tuvo y le tiene una enorme confianza a su leal perro guardián.

El día que Elizabeth paso la noche en la Mansión Phantomhive se armo un gran revuelo por todos lados, se hablo de eso durante días enteros. Se comentaba que Elizabeth se había vuelto una libertina, y que aparentaba ser toda una dama a la altura del Conde Phantomhive.

[...]

En la fría mansión Phantomhive habitaba sumergido en sus pensamientos un joven Conde, solo sus asuntos y deberes lograban distraerlos de sus dos grandes dramas, Elizabeth y su hermano.

Se odiaba a si mismo por preocuparse mas por el bienestar de Lizzy que por el hecho de que su hermano gemelo haya vuelto dispuesto a reclamar todo lo que le correspondía.

- Estas muy callado Sebastian...

- Usted sabe que no soy de conversar mucho.

- Estas callado mas de lo que acostumbras.

- Es cierto, creí que usted necesitaba silencio.

- ¿No pensas decirme nada con respecto a mi gemelo?

- Como siempre estoy dispuesto a realizar lo que me ordene, solo estoy esperando su decisión.

- Siento que todo se esta desvaneciendo y no puedo hacer nada. Sebastian... Lizzy me odia.

- No lo odia.- Ciel volteo a verlo con una mirada de intriga ante las palabras de su fiel mayordomo.- Lo ama demasiado como para odiarlo tan repentinamente, solo esta confundía, supongo que es normal en un humano sentir algo así ante esta situación.

- Solo estoy seguro que no le contó a mi tía...¿POR QUÉ DIABLOS TENIA QUE APARECER AHORA?¿POR QUÉ FRENTE A LIZZY?- lo ultimo lo dijo gritando lleno de odio, mientras tiraba todo lo que estaba sobre su escritorio, Sebastian se mostró indiferente ante la actitud de su joven amo. Ya calmado Ciel se sentó en su cómoda silla, apoyo sus codos sobre la mesa, entrelazo sus manos y apoyo su mentón sobre estas.- Ella no me ama, se enamoro de aquel niño que jugaba con ella, el simpático que le sonreía.

- ¿Usted cree eso?- Sebastian mostró una leve sonrisa que no percibió Ciel, mientras recogía los papeles que estaban en el suelo. El alto y atractivo mayordomo tenia otro punto de vista de esta situación, pero se la reservo.

[...]

- Señorita Elizabeth ¿Puedo pasar?- dijo una de las sirvientas mas grandes y amables de la mansión Midford mientras tocaba la puerta del cuarto de la joven.

- Claro que si, querida Lois.- La mujer ingreso y cerro la puerta detrás de ella silenciosamente.- ¿Que clase de niña malcriada seria si no dejara entrar a la mujer mas simpática que conocí en toda mi vida?

La mujer sonrió ante el comentario de la inocente Marquesa. Lois era una mujer que sirve en la casa desde hace años. Ella cuido con mucho cariño tanto a Lizzy como a su hermano Edward, en el tiempo que estuvo enferma fue reemplazada por su sobrina Paula, quien estuvo al lado de la Marquesa hasta que ella se fue con Lady Margaret.

- Lady Lois... ¿y la Señorita Paula?

- Estuvo ayudándome por un tiempo hasta que se caso, ahora vive mas cerca del centro junto con su marido y sus hijos.- Elizabeth se sorprendió ante la respuesta, sintió como el cambio pesaba sobre ella. Como muchas cosas cambiaron sin que ella se diera cuenta.

- ¿Es feliz?

- Así es.- Lizzy sonrió, realmente estaba contenta de que Paula se encuentre bien, realmente la quería y apreciaba mucho.- Usted también lo será cuando se case con ese joven tan bonito.

- ¿Lo seré? -Miro fijamente a la mujer frente a ella.- ¿Me voy a casar acaso?

- Lo sé, no se encuentra bien, no debería dejar que sea tan evidente señorita. Jamás debe permitir que la vean mal. Ahora cuénteme que la abruma...- Elizabeth se quedo en silencio mientras esquivaba la mirada de Lois - Bien, debe ser algo serio...¿Acaso el Conde le hizo algo indebido?

- No, pero cometió algo inmoral... me mintió. Lois realmente no te puedo contar, no por ahora, pero... no sé si estoy enamora de Ciel.

- ¿No sabes si estas enamorada de Conde? Creo que siempre lo estuviste

- ¿Y si me enamore del niño que era Ciel antes y no del que es ahora? - Lois se quedo pensando un pequeño momento, analizando la pregusta de la joven.

- Eso solo lo sabrá usted, pero realmente creo que usted ama a el joven adulto, a el de ahora. Tal vez estaba enamorada del niño aquel... pero ahora se dejo encantar por este joven diferente y algo frió. El Conde cambio mucho luego del incendio, estuvo muchos días desaparecido, pero algo me dice que algo sienten ambos, se sentía en el ambiente el día de su compromiso. Pero bueno, por mas tonto que suene, la respuesta la tiene usted y él.


___Nota de escritora___

👉 Gracias a Celeste por el dibujo 💕

¿Amor o Deber? - Ciel y LizzyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora