Capítulo 24

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La alegría en el rostro de Lizzy era algo momentáneo, casi mágico porque siempre estaba sumergida en sus pensamientos, que eran un misterio para quienes la rodeaban. Algo la molestaba, tal vez era esa felicidad que sería a costa de alguien. Elizabeth no lograría ser feliz si permitía que una y otra vez esos pensamientos sobre lo que era moralmente correcto y de lo que no lo era la seguían perturbando. Se encontró en una gran problema, el mas grande de su vida. Tal vez más un dilema filosófico pero que planteárselo podría servirle para tomar una decisión concreta. No importaba cuántas veces se decía a si misma que iba a luchar por su Ciel hasta un sin fin de límites, muy en el fondo sabía que no podía. No podía no porque no pudiese o quisiese luchar, puede y está dispuesta, pero no en el sentido de perjudicar a otro... Después de todo ¿Por qué sería tan malvada de no darle derecho a el verdadero Ciel a tener todo lo que le corresponde por ley? Él también es su familia, él también padeció tanto como Ciel o incluso más siendo que no tuvo el privilegio de vivir en su mansión ni tener a Sebastian a su lado. Lizzy realmente no estaba segura, sus dudas surgieron luego de esa incómoda charla entre ella y Ciel, el real, el original y heredero legítimo.

 Quedaba alrededor de poco más de una semana para su boda. Todos estaban alterados con eso, el vestido de Elizabeth aún no había sido terminando mientras que el de Ciel ya estaba en perfecto estado, siendo custodiado por Sebastian. Aún no  se confirmaron a todos los invitados, muchos estaban "indignados" por el cambio de fecha. Muchos hombres y mujeres estaban muy tristes de que el hermoso y poderoso Ciel Phantomhive se casará, y que la preciosa y sofisticada Lizzy también. Y si hablamos sobre gente infeliz por matrimonio en camino no podemos evitar nombrar a Miranda. La mujer está tan enfurecida que sería capaz de dar toda su fortuna solo para impedir esa boda, de todos modos no era necesario llegar a tal extremo con dar su alma a cambio bastaba según las mismas palabras de Calima.

 Ciel aun no recuerda con precisión como fue que transcurrió todo, fue tan rápido y abrumante para él. 

 Sebastian Michaelis se encontraba fuera de la mansión Phantomhive, fue su propio amo quien le ordeno ir a investigar el caso de "la viuda francesa", una mujer que se volvió muy popular en todo Londres por sus innumerables historias que involucraban a reconocidos nobles y no de una forma tan positiva, Ciel necesitaba sabe si todo eso era cierto tal vez dichos datos, es que son verídicos, le sirvan para a su favor.

 Al oír que la puerta sonaba tras ser golpeada unas tres veces fue el mismo Ciel quien bajo a abrir la puerta, en el camino se la paso refunfuñando por la falta de atención del servicio domestico de la casa. Fue al llegar hasta ahí que vio que Mey-Rin finalmente la abrió para hacer el honor de recibir a Elizabeth. La joven saludo con un beso en a mejilla y una sonrisa a su prometido que se mostró algo sonrojado. La muchacha de enormes lentes se retiro saludando a la pareja algo emocionada por ver lo tiernos que se veían juntos. 

 En el frío del sillón se hallaban ambos enamorados compartiendo un platillo con algunas legumbres  que eran mas del agrado de la joven. Uno al lado del otro, Elizabeth incluso se atrevía a llevarle algunos granos del platillo hacia la boca del joven, ademas de esto se dedicaban a conversar de los detalles de la boda y se reían de algunos comentarios que escucharon sobre ellos, muy absurdos propios de los chusmerios que surgían. 

 Ya alrededor de la seis de la tarde Lizzy se encontraba dormida sobre el sillón de la sala de estar. Resulta que Ciel se fue a revisar unos papeles de manera urgente tras recibir la carta de uno de los inversionistas, nada muy preocupante sino que necesitaba dar una repuesta rápido. De tanto esperar y por lo agotada que estaba, ya que la tienen de un lado a otro con la boda, Elizabeth cerro levemente los ojos hasta quedar profundamente dormida allí. 

 La puerta de la mansión resonó dos veces, golpes fuertes y seguros, al ser abierta nuevamente, pero esta vez por Finnian, mostró como una mujer vestida con un fuerte verde esmeralda ingresaba con toda la libertad del mundo y sin la mas mínima intención de ser amable con el joven jardinero pregunto de manera altanera donde se ubicaba el Conde. Finnian algo confundido sobre como reaccionar se quedo inmóvil y ante esta conducta la mujer que estaba tras Miranda le susurro al oído —en el estudio— La muchacha junto a Calima subieron las escaleras hasta encontrarse con Ciel en el lugar supuesto.

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Mil disculpas por mi ausencia. Espero que hayan disfrutado este capitulo. 

¿Amor o Deber? - Ciel y LizzyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora