*Parece otra Lizzy, esta totalmente cambiada, es mas seria, supongo que eso es bueno. Aunque... Lo siento, lo que me ocurrió hizo que mi actitud hacia ti cambiara, pero no hay otra alternativa, nos tendremos que casar igual, es cuestión de reputación, incluso si eso te condena a una amarga vida.
-Somos prometidos, no hay problema en bailar una simple pieza...
- Y de paso satisfacer y callar algunas dudas sobre nosotros supongo...
*Realmente me sorprende la manera en la que actúa y habla ¿Acaso dejo de ser aquella niña obsesionada con que todo sea colorido y alegre? Aquella que solía venir a esta mansión de sorpresa y deseaba que todos sus caprichos sean cumplidos... Supongo que dejo de ser esa Lizzy, ahora es la Marquesa Elizabeth Midford, una joven muy distinguida, educada y respetuosa, tal vez más acorde a mi.
Ciel tomo la mano de Lizzy, unieron sus palmas, ella paso su brazo por encima del hombro de él, mientras este la tomaba de la cintura. Un vals. Allí estaban ambos bailando, acaparando la atención de gran parte de los invitados, hasta el mismísimo Sebastian Michaelis se sorprendió de ver a su joven amo con tanta disposición para bailar. Miranda realmente se encontraba disgustada, ya que antes el Conde rechazo su invitación para aquello que hacia tan bien con su prometida. Cualquiera en esa velada no dudaría de que entre el Conde Phantomhive y la Marquesa Midford había mucha química. Pero Ciel ya conocía buenos métodos para engañar y sorprender a la sociedad, y este eran unos de ellos. Gran parte de los invitados especulaban con respecto a la unión entre ellos, siendo Elizabeth un gran partido para Ciel, su matrimonio traería fuertes lazos económicos.
Lizzy se encontraba bastante seria por fuera, pero por dentro estaba mas que contenta por este acontecimiento. Ciel se encontraba alegre de lograr callar dudas con respecto a su compromiso. Ambos estaban hipnotizados por la mirada del otro, pero cada tanto observaban a su alrededor, aquellas miradas curiosas que parecían pretender meterse en la cabeza de ambos.
Eran pasos perfectos los de Lizzy, mientras que Ciel andaba algo perdido, el arte de bailar nunca fue lo de él. De todos modos Elizabeth encontraba la manera de que no se noten los errores de tal forma que Ciel le seguía el ritmo a ella. Del lado de los observadores estaba Miranda, bastante enojada por la situación.
- ¿Podrías cambiar esa cara?
- ¿Y que cara queres que ponga? necesito tu ayuda
- ¿Pretendes al Conde hermanita? Realmente seria beneficioso una unión así, pero no voy a engañarte, lo veo muy difícil. Haz lo que quieras, solo no arruines los planes que tengo.
- Bien, pero si te necesito ¿voy a poder contar con vos?
-Como sea... creo que si.
La melodía iba acabando, Lizzy y Ciel pararon en el momento justo en el que la orquesta termino de tocar.
- Gracias, fue un maravillo momento. -Lizzy
-Por favor, eres mi prometida no tienes nada que agradecer en todo caso.
Lizzy asiente con la cabeza, en ese instante mucha gente se acerca a el Conde y ella decide alejarse.
*Ciel... realmente estas muy atareado como siempre, creo que ya es tarde me agradaría retirarme.
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¿Amor o Deber? - Ciel y Lizzy
Storie d'amore[completa/finalizada] Esta historia se centra cuando la Marquesa Elizabeth Midford, después de unos años alejada de Londres, regresa con la idea de afrontar su compromiso con el Conde Ciel Phantomhive con una mirada mas adulta y responsable. En cami...