Capítulo 25

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Si algo la caracterizaba a Miranda esa actitud tan altanera que tenia, esa confianza en si misma y ese carácter tan prepotente.

Tras ingresar al estudio de Ciel se dirigió con toda confianza hasta él. 

— Hablemos.— Lanzo un leve suspiro, se sentó frente al joven y prosiguió— Te amo y no voy a permitir que te cases con esa mujer, voy a hacer mas allá de lo posible por casarme contigo.— Ciel hizo una miraba de incrédulo y en un acto de subestimar el poder que tenia Miranda ahora le respondió.

 — Retírate, no creo que tenga nada mas que hablar con una mujer que llega a mi despacho a amenazar mi matrimonio por simple capricho. Yo no te amo, no te quiero y jamas me casaría contigo.— una fuerte ira invadió el razonamiento de Miranda. Una lagrima empezó a recorrer el rostro de la joven y un odio profundo empezó a invadirla. 

— Ciel Phantomhive estas equivocado si piensas que con tus palabras hirientes te libraras de mi, Lizzy la pagara muy caro, te lo aseguro.— dio un suspiro mas antes de decir lo que no pensaba pronunciar en todo el día— Tu también morirás, pero no sin antes verla sufrir como una maldit...— Sus palabras fueron interrumpidas por un golpe en la puerta.

La joven de cabellos rubios entro en escena con toda seriedad, con un puño cerrado y en la otra mano una espada que saco del living Phantomhive. Se acerco hasta Miranda esquivando la mirada fría y sigilosa de Calima, y le dio un fuerte cachetada a la mujer que se atrevió a amenazar por completo todo su matrimonio. El golpe fue y tan intenso que Miranda torció el rostro hacia un lado y un color rojo empezó a notarse en su rostro.

— Me canse de las personas que se meten entre Ciel y yo, retírate ya mismo de esta casa o de lo contrario saldrás mas que herida.—  Miranda trajo saliva y le lanzo una mirada a Calima, en señal de que aún no haga nada. 

  — ¿Y la espada para que? Mira que yo también se utilizarla querida...

— Entonces enfrentémonos y veamos quien es mejor en este arte, haber si así comprendes que no tienes nada que hacer aquí. 

— Lizzy...

— Déjame Ciel estaré bien, ya lo sabes. 

Tanto las dos jóvenes como el dueño de la mansión y la sospechosa sirvienta de Miranda se encontraban en el jardín de la Mansión Phantomhive. Con espadas en manos ambas hicieron una reverencia y comenzaron a luchar. Miranda logro una cortar un poco la piel de Lizzy en el brazo, hecho que hizo que Ciel ya se preocupara y casi interviniera, pero Calima lo retuvo. Esa lee herida ya representaba una humillación para Elizabeth, así de igual manera logro lastimarla en el mismo lugar. Definitivamente esta pelea no era mucho para la joven de cabellos rubios, finalizo la lucha haciendo que su rival se caiga y ya en el piso le coloco la espada cerca del cuello.

— Lo lamento, se que es difícil luchar contra el dolor de un amor no correspondido pero no tienes que permanecer aquí, te quiero lejos de Londres.— Miranda le hizo una señal a Calima que rápidamente se abalanzo encima de Elizabeth, pero antes de alcanzarla Sebastian le corto el cuello. Con sangre sobre sus rostros y vestidos ambas jóvenes terminaron aterradas ante la sorpresa de la aparición del mayordomo y su violenta acción. Miranda dio un grito tan intenso que llamo la atención de los sirvientes de la casa, pero estos no salieron al socorro ya que sabían que lo que sea que este pasando allí afuera no les correspondía conocer. La cabeza de Calima rodó por el pasto. Ciel corrió a abrazar a Lizzy mientras Sebastian se acercaba lentamente hasta la joven que aun seguía gritando de terror.

  — ¡No! No la mates Sebastian.— Lizzy se soltó de los brazos de su amado para intervenir entre el mayordomo y la derrotada Miranda.

Unas horas mas tarde llego un carruaje encargado de llevarse a las personas con problemas psicológicos. Metieron a Miranda dentro y colocaron un candado en la puerta. La joven seguía temblando del miedo y no podía pronunciar palabra alguna. 

  — ¿Que ocurrió con esta joven Conde Phantomhive? — Pregunto un policía que también estaba presente en la escena. 

— No lo sé, esta mujer llego a mi casa y amenazo a la señorita Midford y a mi con la intención de evitar nuestro matrimonio.

— Ademas me invito a una lucha con  espadas, es decir, un duelo entre ambas y yo acepte. Pero antes de que termináramos, empezó a gritar como una loca. Como ve perdí bastante sangre de esa lucha, la misma que esta sobre el vestido de ella. 

— También hay sobre su vestido señorita...

— Creo que eso es obvio ya que Miranda también salio herida, señor oficial.— dijo el joven respondiendo por Elizabeth. 

— Bien. ¿La joven llego sola?

— Si. 

— Procederé a hablar con sus empleados.

El oficial se retiro de la Mansión Phantomhive con una sola idea; Miranda se enfrento a Elizabeth Midford y en el proceso entro en un estado de crisis al verse perdedora. Miranda carece de un equilibrio mental y debe ser internada en un hospital psiquiátrico. Calima nunca existió y jamas hizo presencia en la casa del Conde. 

No se sabe con seguridad que ocurrió con el cuerpo de la demonio ya que Sebastian se encargo y no le detallo nada a su amo. El jardín estaba tan limpio como siempre y sin una mancha de sangre. El hermano de Miranda rompió relaciones financieras con Phantomhive y se regreso a su país de origen con su hermana y asistentes terapéuticos.

 


 

¿Amor o Deber? - Ciel y LizzyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora