CAPITULO 5

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LOGAN
Después del baile que hizo Emily,  no pude evitar decirle las ganas que tenía de hacerla solo mía,  pero su respuesta me cabreó bastante. No podía estar en la misma habitación que ella en estos momentos, soy un masoquista cuando estoy con ella lo admito, pero no hasta ese punto. Como baila, como camina, como me mira, es que me vuelve loco. Estoy encerrado en mi despacho bebiendo y pensando en esos ojos azules que me obsesionan, hasta que unos golpes en la puerta me sacan de mis pensamientos. 

-Pasen- Digo desganado.  

La puerta se abre y entra un Max divertido. No se lo que le hará tanta gracia. Esto es una mierda, no esta saliendo como me imagine. Emily no me obedece y me gusta tenerlo todo bajo control, pero con ella se me esta haciendo difícil.

-Amigo jamás pensé verte a sí por una mujer- Max se sienta en frente de mí. 

-¿Qué hora es Max? - Le digo sin prestarle atención a su comentario. 

-Las ocho de la mañana. Por cierto deja de beber, que no te hará bien alguno- Dice Max quitándome la copa de entre mis manos.

Yo hecho mi cabeza hacia tras, cierro mis ojos y suspiro. Mi cansancio se empieza notar, he estado toda la noche en vela revisando algunos pedidos y pensando en aquella chica que me atormenta. ¿Qué voy hacer contigo Emily? Que voy hacer...

-Bro será mejor que descanses,  esta noche es la gala y si no estas bien.... - No puede continuar porque le interrumpí. 

-Ahora no es tiempo de dormir Max ya lo haré más tarde. Hay una mercancía pendiente y no puede esperar- Digo mientras me levanto del sillón de mi escritorio.

-En media hora estaré listo. Tu mientras tanto me esperas en el Land Rover cromado- Ordeno. 

-¿Preparo a los chicos?- Dice Max a la espera de mi respuesta. 

-Si, hoy viene el cargamento al puerto de la ciudad y hay que estar listos para lo que venga- Ese cargamento nos dará mucho dinero y aunque los Italianos nos quieren quitar la mercancía no lo permitiré. Nadie le quita nada al Dios, por lo menos nunca más.  Max asiente con la cabeza y se marcha, yo también salgo del despacho y me voy a mi habitación para darme una buena ducha.  

EMILY
Me despierto por unos sonidos proveniente del baño. Supongo que su majestad Logan se estará duchando. Miro a mi alrededor y deduzco que él esta noche no a dormido aquí, tampoco es que me importe por lo menos he dormido tranquila, aunque cuando dormí anoche con él estaba muy a gusto, ¡Ay Emi que dices!, me reprocho yo misma. Cuando me levanto de la cama, la puerta del baño es abierta por el Dios, un Dios muy sexy en toalla he de decir. Él me ignora y se dirige al vestidor. De ahí coge un pantalón de traje gris,  una camisa azul cielo de botones y una corbata a juego. Luego se vuelve a meter en el baño y sale de este a los cinco minutos, ya vestido. Que rapidez. Me mira de arriba abajo y se va para el vestidor de nuevo a escoger uno de los tantos relojes de marca que tiene. Yo sin embargo me quedo en el mismo lugar, no se que decir o lo que debo de hacer.

-Emily hoy será un día muy... Como decirlo, ajetreado- Comienza diciendo él mientras se pone su reloj en la muñeca derecha.

-Entiendo... -Es lo único que llego a decir. Los recuerdos de anoche mientras bailaba y el me pedía que fuera suya comienza asomarse en mi mente. Muchas mujeres estarían encantadas de estar donde estoy yo en estos momentos, pero a diferencia de las demás yo no lo veo como un privilegio sino más bien una sentencia a una muerte segura.
Logan se acerca a mi y pone sus grandes manos en mi delicado rostro para que lo miré fijamente. Esa sensación de electricidad cada vez que me toca o simplemente me roza vuelve a parecer y me pone los pelos de punta, ¿Por qué tengo que sentir esto cada vez que me toca?

OBSESIÓN DE UN MAFIOSO (editándose)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora