ARK: Supervivencia Extrema

35. El inicio de la guerra

"Mañana es el gran día. Preparaos.

P.D: el encapuchado me ha dicho que traerá refuerzos, la victoria está asegurada."

–Ya no aguanto más.

–Que nervios...

–Esperemos que salga todo bien. Vamos a dormir, mañana será un día largo y duro.

–Tengo algo de miedo... Y si algo sale mal y morimos o nos torturan...

–Tranquila Erika... Todos tenemos miedo, pero estamos todos juntos. Descansa.

Ella asiente algo nerviosa y se dirige a su cuarto.

–¿Creéis que el encapuchado traerá a más gente que conozca?

–Seguramente.

***

¡Toc, toc, toc!

–A vuestros puestos chicos.

Nos agrupamos alrededor de la puerta con rifles cargados de dardos para dormir. El plan es abrir la puerta, disparar y empezar a movilizarnos a las otras bases.

–¡Abrid la puerta de una vez!

Me acerco y abro.

–Perdonad, estábamos acabando de hacer unas cosillas –me hago el tonto.

De repente salen de los lados el resto de mis amigos y les disparamos. Han venido cuatro, y los cuatro van a dormir durante un buen rato.

Los arrastramos y los metemos dentro de casa. Les quitamos las armas y cualquier cosa que pueda ser un peligro. Les quitamos la armadura de metal y se la cambiamos por una simple de tela. A continuación, los volvemos a cargar y los encerramos en las jaulas que habíamos colocado encima del Quetzal para llevarlos con nosotros. Sus dinos voladores nos siguen cuando emprendemos el vuelo. Ian y yo vamos encima del Quetzal, Erika en un Ptera y Juls en un Argentavis.

Damos un pequeño rodeo por toda The Island visitando a nuestras tribus aliadas. Nos siguen con sus dinosaurios voladores y otros van con sus Raptores. El punto de encuentro es el lugar secreto en el que hemos escondido las armas y munición.

–¡Va, va, va! Coged las armas y la munición que necesitéis, pero dejad para el resto –digo.

–Vamos chicos.

–Ejem –carraspea Juls a propósito.

–Y chicas.

Uno a uno nos vamos armando. Los armarios van quedando vacíos y los vamos destruyendo para que no averigüen dónde estaban. Nos equipamos con armaduras de metal y las siguientes más buenas que son las de antidisturbios.

Cuando estamos equipados, nos reunimos los líderes de cada tribu a hablar del plan.

–Muy bien, recordad que no queremos matar a nadie. No somos asesinos como ellos. La idea es dormirlos a todos, sin excepción, hasta que lleguemos a Liam. Recordad que a él no debéis dispararle.

–Tiene torretas alrededor de su fortaleza y por encima de los muros. Tenemos que destruir el generador de energía para que dejen de funcionar.

–Sus animales también pueden ser un problema interponiéndose en nuestros objetivos. Lo bueno es que se cree el más fuerte e intocable, así que no tiene mucha variedad de animales feroces y tampoco creemos que los haya entrenado.

Al acabar de hablar, cada uno se dirige a su tribu para organizarse. Los Alphas nos subimos a una roca todos juntos captando la mirada de todos.

–¡Dispararemos desde los pájaros, desde los Raptores y desde donde haga falta, pero hoy, no nos iremos a casa siendo esclavos de ese tirano asesino! –grito para animar el ambiente.

–¡¡¡UEEEEEH!!! –gritan todos a la vez levantando los brazos.

Nunca llegué a imaginarme que estaría liderando una especie de ejército.

–¡VAMOS ALLÁ!

–¡SÍIIIIIIIII!