— El azul queda con tu pelo – opina Jack.
— Pero no siempre vas a tenerlo azul, ¿o sí? – cuestiono.
— Pues hasta que decida cambiarlo con Sophie – dice sosteniendo los tahalíes.
— Güey ¿se pintan el cabello del mismo color? – Jack se asombra.
— Sí, es una forma de recordar más o menos la fecha por la que empezamos a andar.
Observo las cuerdas y dudo en comprar una para mi bajo porque ya está algo puteada. Pero creo que sí aguanta.
— Güey, el que sea está bien porque la guitarra es blanca.
— Cierto, primito. Deme el verde fosfo – afirma Jerry.
— ¿Algo más?
Levanto la cabeza y todos me miran esperando una respuesta.
— Ah, no.
Salimos del lugar y a una cuadra de la parada del camión, Jack se detiene en un local de cosas frikis.
— Güey no... hoy no quiero ver cosas otakus, paro – me quejo.
— Solo será un minuto – entra corriendo mientras Jerry y yo nos quedamos afuera.
— Tal vez hoy no quieres vivir. ¿Qué traes?
— Es que...
Normalmente no tengo secretos con Jerry, más bien, no tengo porque es mi mejor amigo, solo que esto no puedo contárselo, se lo prometí a Scar. Es algo pendejo, pero no puedo.
— Tengo que hacer una tarea y está bien cabrona.
El güey se caga de risa. Soné bien pinche ridículo.
— No mames, güey, eso ni tu madre te la cree – señala a la nada con la bolsa de la tienda de música en su mano.
— Chinga tu madre – me saca una risa nasal.
— Llevas como una semana así, güey.
En realidad son casi dos.
— Luego te cuento, ahorita solo quiero llegar a casa.
Jack sale con una mini caja.
— ¿Qué es eso, güey? – le arrebata la cajita.
— ¡Un funko llavero de Himiko Toga! – nos dice con ojos grandes como si fuera la cosa más asombrosa del mundo.
— Está perro, eh – Jerry lo examina.
— Se ve bonita – opino de lejos y emprendemos paso –. ¿Es otro que no vas a sacar de su caja?
— Claro, güey, son colección – responde obvio.
— ¡¿Tonces qué chingados?! Pa qué comprarlos si no los usas.
— Porque si los sacas pierden valor, güey.
Bufo frustrado y tuerzo los dedos por lo idiota que es el primo, lo bueno es que no somos de sangre. Na ya estuviera yo de pendejo haciendo lo que este güey hace.
— Sí, primito, sí – Jerry le palmea como dándole a entender que es un pendejo, pero lo queremos.
Por suerte el camión llega pronto, pero no hay asientos libres.
Llego a casa y tengo más mensajes de Scar desde hace dos semanas y dejé de abrir hace una.
Lo que pasa es que no sé si pueda seguir su juego. Acepté porque estaba pedo, pero... no sé cuánto pueda durar.
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Plan B
Teen FictionDicen que el mundo es de los aventados, de los tercos y perseverantes. De quien, si su plan A no funciona, cambian al plan B o al siguiente hasta conseguir lo deseado. Yo me considero así porque tampoco creo que el plan B sea aferrarse al A. La vida...